Casi 28 años después de la muerte, en un operativo de las autoridades, del narcotraficante
Pablo Escobar, aún sigue el mito de que existirían caletas enterradas llenas de dinero del
cartel de Medellín. A finales del año pasado circuló una versión sobre el hallazgo de dos máquinas de escribir, varios radioteléfonos, una cámara y 18 millones de dólares en efectivo. Según la versión, que luego fue desmentida por un familiar de Escobar Gaviria, los elementos se encontraron en un apartamento en Medellín.
Desde Miami hasta la zona rural del municipio de Envigado, al sur de Medellín, son muchos los lugares que se han vuelto famosos por supuestamente tener pasadizos secretos, túneles y paredes falsas en donde se escondían armas, dinero y hasta personas secuestradas.
Lo cierto es que públicamente poco se conoce de la suerte de esas caletas en las que Escobar Gaviria guardaba el dinero. Se han tejido versiones sobre hombres bajo su mando que las habrían sacado tras la muerte del capo, o que definitivamente se les perdió el rastro ante la muerte de las pocas personas que conocían su ubicación.
De hecho en los años 90 llegó el momento en que se llegó a denunciar el homicidio o desaparición de personas vinculadas a la construcción y que habrían sido víctimas del cartel intentando borrar el rastro de las caletas y los escondites del capo.
Se evidenció que las caletas incluían desde puertas falsas hasta pasadizos de quince metros que conectan a baños y habitaciones, a los que solo se tiene mediante el conocimiento de sofisticados mecanismos electrónicos.
Sitios asociados al capo a lo largo de la historia han sido saqueados, pero pocas noticias se han tenido del éxito o fracaso de esas expediciones a los predios del narcotraficante.
Por ejemplo la cárcel de La Catedral en la que estuvo preso con sus hombres cercanos ya estaba medio destruida antes de que en 2006 la Alcaldía de Envigado decidiera demolerla. Cientos de personas habían pasado por allí abriendo huecos y tumbando paredes en busca de las míticas caletas.
Los escondites del Cartel empezaron a ser localizadas a partir de la Operación Cocorná, desplegada en julio de 1990, cuando el propio Escobar y Jorge Luis Ochoa Vásquez, escaparon a un cerco tendido por las autoridades para lograr su captura en la hacienda El Oro, en el Magdalena Medio. Los investigadores descubrieron dos meses después poseía dos pasadizos secretos y cuatro vías de escape que al final le permitieron escapar al cerco tendido por el Cuerpo Elite de la Policía.
Y en Girardota, los investigadores localizaron una verdadera obra de arquitectura en una finca que tenía un túnel subterráneo que concluía al otro lado de una piscina. Como esta han sido ubicadas otras cuatro caletas en cuatro casaquintas en Envigado y El Poblado.
Todos esos hallazgos de los 90 sin embargo no se reflejaron en la ubicación de joyas, obras de arte o dinero en efectivo.
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