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En Huila el conflicto se ha recrudecido: ¿por qué está pasando?
El jueves fueron asesinadas cuatro personas. Van cinco homicidios de excombatientes este año.
Patrullajes del Ejército Nacional en Algeciras, Huila, tras el violento ataque armado. Foto: Cortesía
El lunes pasado fue asesinado, en zona urbana de Algeciras, Huila, el excombatiente de las Farc José Antonio Rivera. Este jueves, en horas de la noche, una incursión armada que al parecer estaba dirigida contra la familia de otro excombatiente, Nencer Barrera, dejó cuatro personas muertas, entre ellas dos familiares del hombre, mientras que otros no aparecen.
Este año ha sido violento contra excombatientes y líderes sociales en Huila. Como recuerda Carlos Ospina, integrante de la Comisión de la Verdad, solo en el municipio de Algeciras han sido asesinadas más de 10 personas entre reincorporados y líderes sociales y comunitarios. Además, más de 50 familias han sido desplazadas por amenazas que no se han esclarecido.
Resalta que, del 4 al 7 de julio, fueron asesinados en Algeciras tres campesinos que pertenecían a juntas de acción comunal y al movimiento campesino de Huila, y que el excombatiente José Antonio Rivera, quien según el partido Farc es el asesinado 218 entre 219 de esa colectividad, era integrante de la Cooperativa Cooagropaz.
Tras los hechos de esta semana, el comandante del Ejército, general Eduardo Zapateiro, declaró que en Algeciras se desarrollan compromisos con la Policía. “Nos hemos comprometido en poder ejercer una mejor inteligencia sobre el sector de Algeciras, que siempre ha sido estratégico”, dijo. “Vamos a tener el Gaula Militar sobre esta región del municipio”, anunció el general.
“En todo el departamento, la zozobra crece y los hechos de violencia se expanden al ritmo que avanza la incursión de los grupos armados disidentes, residuales, narcotraficantes y paramilitares”, asegura el comisionado Ospina, quien es oriundo de esa región del país y está a cargo de esa macro región en la Comisión de la Verdad.
Según la Farc, en Huila han asesinado a ocho excombatientes. De estos, cinco casos ocurrieron en 2020: dos en Algeciras, uno en Pitalito, uno en Campoalegre y otro en zona rural de Neiva. Los otros tres ocurrieron el año pasado, es decir que antes de 2019 ningún excombatiente había sido asesinado en el departamento. 2017 y 2018 fueron años más tranquilos.
El excombatiente José Antonio Rivera tenía 53 años. Foto:@PartidoFARC
Llama la atención, además, que cinco de las víctimas fueron asesinadas en zonas urbanas, como Héctor Rivera Agudelo, en el barrio La Provincia de Neiva, Jhon Fredy Vargas en el barrio Manzanares de Pitalito, Esder Pineda Peña en el barrio La Floresta de Algeciras, Herney Betancourt en el barrio Alfonso López de Campoalegre y, más recientemente, José Antonio Rivera, en un taller ubicado en la cabecera municipal de Algeciras.
(Vea también: Dos soldados muertos y ocho heridos deja emboscada al Ejército en Tibú).
Ronald Rojas Ramos, conocido con el seudónimo de Ramiro Durán, es consejero político del partido Farc en Huila. Cuenta que en el departamento hay más de 400 exguerrilleros acreditados por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, de los cuales cerca de 200 están en Neiva.
Rojas señala que, entre las familias desplazadas en Algeciras, al menos siete son de excombatientes, que han sido amenazadas en momentos distintos, o bien a través de llamadas telefónicas o abordadas por sujetos en motocicletas. Incluso, un excombatiente se desplazó a Bogotá, donde sufrió un atentado.
Esta semana, cuenta, una persona de confianza le informó que en zona rural entre Algeciras y Campoalegre viene haciendo presencia un grupo de al menos 12 personas armadas. “Se pasean de manera impune personas armadas con fusiles y no pasa nada”, asegura. Para él, todo indica que son grupos que actúan como paramilitares.
Entre las personas amenazadas y desplazadas este año, cuenta el excombatiente, también hay quienes, durante el conflicto, tuvieron relación con las Farc, algunos en condición de milicianos y otros solo como colaboradores ocasionales.
El comisionado Ospina apunta que también, como muchos de esos antiguos milicianos no fueron incluidos en la reincorporación, se ‘reciclaron’ en otros grupos y que una de la causa de los asesinatos y amenazas radica en que algunos excombatientes han sido invitados a rearmarse y no han querido hacerlo.
Como señala el comisionado, en Huila tuvieron presencia hasta 12 frentes y tres bloques de las Farc. La columna Móvil Teófilo Forero tuvo fuerte injerencia en la zona, y algunos de sus antiguos integrantes ahora adelantan su reincorporación allí, junto a sus familias.
Otros grupos guerrilleros como el EPL, el M-19 y el Eln, así como los bloques paramilitares Calima y Central Bolívar también actuaron en suelo huilense.
Pese a este panorama, el departamento no fue priorizado en los programas de paz. De los 170 municipios escogidos para los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, el único huilense es Algeciras, “asociado a la cuenca del Caguán y del piedemonte caqueteño”, explica Ospina.
En la actualidad, se sabe que disidencias de las Farc hacen presencia en el departamento. Tanto de las de ‘Gentil Duarte’ como los rearmados con ‘Iván Márquez’. De hecho, este jueves fue capturado un hombre de la llamada Segunda Marquetalia, conocido como ‘Hermes’, señalado de acciones violentas en el oriente de Huila, como homicidios y extorsiones.
A esto se suma la presencia de cinco carteles: ‘Héroes del Valle’, ‘Los Paisas’, el ‘cartel de Saladoblanco’, el ‘cartel de Pitalito’ y el ‘cartel Jalisco Nueva Generación de México’, señala Ospina.
“También integran este coctel unas células que aparecieron de los ‘Pelusos’ y del Eln, que muy pronto también tuvieron que ver con el narcotráfico”, dice el comisionado, así como “antiguas estructuras de las autodefensas también van apareciendo con diferentes nombres o denominaciones”, señala.
“Tenemos que mirar al Huila como un departamento de tránsito entre el sur del Tolima, los Llanos, el Caquetá, el Putumayo, Nariño y el Cauca”, explica Ospina.
Por eso es un corredor estratégico del cual Algeciras, dice, es el “área pivote”, lo que la convierte en zona de interés en las rutas del narcotráfico: “Es el área central, en donde todo gira a su alrededor. Allí llegan las rutas del narcotráfico, las rutas de movilidad de la insurgencia, el movimiento de secuestrados y el centro de lavado de dineros y economías ilegales”.
Desde 2017, principalmente en Pitalito y Algeciras, hay una “prosperidad atípica”, dice Ospina, que se refleja en un crecimiento del comercio y la construcción “con dinámicas inusuales que facilitan el blanqueo de capitales a través de la inversión en la región”. Recuerda que, en ese contexto, fue asesinado en 2017 un candidato a la alcaldía de Pitalito, tras hacer denuncias de corrupción y narcotráfico que vincularían a la istración local.
Incluso, dice el comisionado que se ha conocido que vienen apareciendo cultivos de amapola en la cordillera oriental, entre Huila y Caquetá. La salida de la Orinoquia y la Amazonia hacia el Pacífico pasa por Huila, y eso podría explicar lo que está pasando en el departamento, considera Ospina.
Como en el departamento no hubo espacios colectivos de reincorporación, los excombatientes –dice Ospina que son cerca de 900- optaron por crear cooperativas para adelantar sus proyectos productivos en Nuevas Áreas de Reincorporación (NAR). Varias víctimas de ataques pertenecían a esas cooperativas.
Por su parte, Rojas concluye que, además de investigar y esclarecer estos crímenes, es necesario que se adopte un enfoque preventivo para que dejen de ocurrir.