En el transcurso de este lunes podría ser trasladado desde Yopal (Casanare) a Bogotá Wilmer Antonio Alarcón Vargas.
El hombre, quien se encontraba prófugo de la justicia desde hace 5 años, fue capturado este domingo por la Fiscalía General y el Gaula del Ejército para que responda por la condena a 37 años de cárcel por la muerte de
Diego Felipe Becerra, caso conocido como el del
grafitero.
Alarcón Vargas será trasladado inicialmente al búnker de la Fiscalía a la espera de que el Inpec le asigne un centro de reclusión.
Casualmente, este 19 de agosto se cumplieron 10 años del asesinato del joven, en hechos registrados en la calle 116 con avenida Boyacá, en el norte de Bogotá.
La investigación, de acuerdo con el proceso desarrollado, demostró que la escena del crimen fue adulterada, que hubo testimonios inducidos, todo para validar la muerte del adolescente como el resultado de la acción de la Policía tras el asalto a un bus de servicio urbano.
La familia de Diego Felipe demostró que el joven no estuvo involucrado en un asalto y que fue asesinado por la espalda al correr cuando la policía lo encontró pintando un grafiti.
Alarcón decidió guardar silencio en todo el proceso, por eso, si decidiera declarar pese a que ya esta condenado, su testimonio sería muy importante para ratificar el papel de cada uno de los involucrados en la adulteración de la escena del crimen.
De hecho, Alarcón, quien era patrullero de la Policía Nacional, fue quien llevó a Diego Felipe herido a la Clínica y quien permaneció a su lado hasta que llegaron sus padres.
En ese lapso, los mandos de la Policía del momento, asesorados por el abogado
Héctor Hernando Ruiz, habrían decidido manipular la escena del crimen para no dañar la imagen de seguridad de la ciudad de cara a un torneo deportivo de carácter internacional que se desarrollaba en la ciudad.
Ruiz fue capturado en el 2013 y fue dejado en libertad en agosto de 2015 por vencimiento de términos. Si Alarcón decidiera hablar podría dar a conocer qué le dijeron -el abogado y los mandos de la Policía- para que cambiara su versión de los hechos.
Falso testimonio
Además, el conductor de un bus de servicio público -Jorge Narváez y su esposa, Julia Mahecha- se presentaron ante la Fiscalía y radicaron denuncia (agosto de 2011) sobre un atraco con arma de fuego a los pasajeros, hecho del que aseguró fue protagonista el joven grafitero.
"El muchacho saca la pistola y la mete por el vidrio. Me dice: 'haga lo que le digo, váyase despacito'. (…) La muchacha saca el cuchillo y empieza a quitarle las pertenencias a los pasajeros, yo aceleré un poco y el muchacho carga el arma y me dice: despacio o se la estallo", fue el testimonio del conductor.
Ese atraco fue el que justificó la supuesta persecución de la Policía contra Diego Felipe, quien armado, de acuerdo con los testigos, había asaltado a los pasajeros del bus.
El conductor entregó ese testimonio en varios medios de comunicación, por lo que en su momento se abrió investigación contra el asesor de prensa de la Policía Metropolitana de Bogotá y el jefe de prensa.
La pareja fue investigada por falso testimonio. A esto se suman las investigaciones, que no han dado resultados contundentes contra los mandos de la época, por la manipulación de la escena del crimen y los testimonios.