La
Fiscalía imputó cargos a tres profesionales de la salud de Ibagué
(Tolima), por el delito de homicidio culposo, por hechos ocurridos en enero de 2016 cuando murió Anderson Valencia Piñeros a causa de un edema pulmonar
como reacción a una transfusión de sangre asociada a un dengue grave.Según el ente investigador y acusador, la víctima consultó por urgencias, situación ante la cual se presentó una presunta negligencia médica en la atención del paciente.
Para la Fiscalía, los profesionales no dedicaron el tiempo necesario y suficiente para realizar una evaluación adecuada de las condiciones del paciente, que requería un manejo oportuno y diligente.
La imputación fue hecha a dos médicos y una enfermera, que atendieron a Valencia, en diferentes momentos entre el 7 y el 9 de enero en dos centros asistenciales de la ciudad.
El 7 de enero, la víctima de 20 años de edad, acudió por urgencias a la Unidad de Salud de Ibagué, por un cuadro de síntomas asociados al dengue como diarrea, desaliento, dolor ocular, dolor de cabeza, fiebre, taquicardia, deshidratación leve, entre otros.
Valencia fue valorado por el médico de turno que lo encontró en aparente mejor condición clínica y con resultados de laboratorio definió manejo ambulatorio con control de hemograma el día siguiente, al considerar que tenía un cuadro de dengue sin signos de alarma.
El 8 de enero el joven regresó tal como se lo habían indicado, siendo hospitalizado debido a su mal estado y se vio la necesidad de ordenar su traslado al hospital del municipio, pero al parecer, el centro médico no contaba con los medios para ello y por ende el joven lo hizo por cuenta propia.
Valencia fue atendido a las 2:00 de la mañana del 9 de enero, cinco horas después de su ingreso. En la valoración médica lo encontraron deshidratado, con signos de sangrado en piel, por lo tanto, fue canalizado dando inicio a manejo de líquidos, y se ordenaron laboratorios. En ese período inició un choque hipovolémico.
En la mañana se manifestó la necesidad de pasarlo a la Unidad de Cuidados Intensivos UCI. Sin embargo, no había camas ni personal auxiliar, por lo tanto, no lo podían aceptar, lo que incrementó los riesgos para Valencia.
El centro médico no contaba con los medios para ello y por ende el joven lo hizo por cuenta propia.
Posteriormente la enfermera jefa le suministró seis unidades de plaquetas, y al aplicársele la última unidad al paciente, un médico evidenció que presentó una reacción adversa con dificultad respiratoria. El joven fue intubado y trasladado en ambulancia a otra sede del centro médico y murió horas después.
La Fiscalía halló que la causa directa de la muerte fue un edema pulmonar a una reacción transfusional, asociada a dengue grave, circunstancias estas que se sumaron para producir el resultado. Hubo demoras en la atención en la UCI, error médico en la valoración del riesgo clínico, que ocasionó demoras en la instauración de un tratamiento adecuado.
Las atenciones en el hospital local evidenciaron demoras significativas en el inicio del tratamiento, reporte de laboratorios, seguimiento clínico, valoración especializada y traslado a la UCI.
Ninguno de los cuatro imputados aceptó los cargos imputados por la delegada fiscal de la Unidad de Vida que adelanta la investigación en su contra.
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