No es hora de lamentarse. Que Brasil venciera 2-0 a México, en los octavos de final del Mundial, no es ninguna sorpresa. La capacidad de Neymar, Coutinho, Paulinho y compañía otra vez hicieron de las suyas y, tranquilamente, eliminaron a los mexicanos que echaron al traste el sueño del quinto partido en una Copa del Mundo.
Por séptima vez consecutiva México se queda en los octavos de final, pero no fue Brasil el culpable, o el árbitro o las “payasadas de Neymar” como lo dijo su entrenador Juan Carlos Osorio. La goleada 0-3 contra Suecia, en la última fecha de la fase de grupos, sentenció el destino de México, ya que le tocó ‘bailar con la más fea’ y era previsible la derrota.
México asombró al mundo luego de vencer en la primera jornada del grupo cuando venció a la vigente campeona mundial, Alemania. Todos los reflectores se pusieron encima del equipo que soñaba con ‘cosas chingonas’ como lo dijo uno de sus referentes, Javier ‘Chicharito’ Hernández. Sin embargo, esa victoria, con la eliminación de los alemanes en primera ronda, quedó devaluada y el equipo vino de más a menos en el campeonato del mundo, luego de perder contra Corea y, este lunes contra Brasil.
Se vio de nuevo un equipo con mucha voluntad, capaz de inquietar en los primeros minutos a Brasil, pero cuando los muñecos se pusieron serios la única resistencia fue la del arquero Guillermo Ochoa, quien evitó una goleada de marca mayor.
Brasil demostró que su andar es de campeonato. Neymar, esta vez vestido de 9, apareció a los 51 minutos del partido con un gol de esos que aparecen en el primer capítulo del manual hecho para los delanteros. Surgió desde el fondo del área, en un pestañeo de la defensa y con el espacio suficiente para estirarse marcó. El referente de Brasil, que lleva en su espalda el número 10, tomó prestada la posición encomendada al 9 Gabriel Jesús, que en Rusia completó cuatro partidos sin ver su nombre en el marcador.
Este Brasil parece el que fue campeón en el 2002. Un equipo lleno de fantasía, con jugadores fantásticos que parecía que ganaba con lo justo, pero jamás sufrió algún partido. Siempre pegó en el momento indicado y se llevó la copa para la casa.
Tite, DT de Brasil dijo en conferencia de prensa: “El nivel que hemos alcanzado son los cuartos de final. El equipo tiene que establecerse. No voy a decir que somos favoritos. Este equipo (México) ganó bien a Alemania. Rusia jugó muy bien ayer, controlando a España, no pasaron por demasiadas adversidades... Todo está abierto”, y añadió: “Fue un gran partido, con muchas oportunidades. Estuvo igualado. Tuvimos 21 finalizaciones, pusimos al arquero a trabajar. Fue un partido muy bonito, muy bien jugado”.
Si bien Tite no se siente favorito, por el planteamiento que él ha construido y sus grandes jugadores sí lo es. Ahora vendrá Bélgica, un equipo que pasó dificultades contra Japón, pero del cual se espera un rendimiento mucho mejor del que mostró. Esa será una prueba de fuego para Brasil en su aspiración a ser campeón en Rusia ya que después vendrán dos de los mejores: Francia o Uruguay, en semifinales.
El único dato en contra para Brasil es que el equipo que siempre saca a México en octavos, no llega a la final. Amanecerá...