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El agujero en medio del mar que se convirtió en un cementerio de buzos
A lo largo de los años, varios cuerpos de aficionados y profesionales han sido encontrados.
Este agujero está ubicado en el Mar Rojo, en Egipto. Foto: iStock
Algunos lo conocen como el ‘cementerio de los buzos’, debido a que cuerpos de personas que practican este deporte que han sido recuperados tras su muerte dentro de este orificio a lo largo de los años.
‘El agujero azul’
Ubicado en el Océano Índico, en el Mar Rojo. El lugar se trata de un espacio en forma de agujero de 120 metros de profundidad, hasta donde se tiene registrado, que se ha convertido en un atractivo para algunos buzos profesionales y aficionados.
Al parecer, su origen se remonta a cuando los niveles del mar estaban mucho más bajos.
Debido a cu cercanía con la costa, se ha convertido en un destino turístico. Foto:iStock
Algunas personas no lo ven como algo terrorífico debido a que no se encuentra lejos de la costa, como muchos otros agujeros de este tipo que existen en pleno mar abierto, por lo que su es relativamente fácil.
De hecho, Tarek Omar, buzo certificado que ha circulado esas aguas con familiaridad, le habló al periódico alemán ‘Der Spiegel’ y comentó que justamente en lo “fácil” que puede llegar a parecer el sumergirse en el agujero está el problema: “No es difícil bucear en el ‘Blue Hole’. Al contrario, y eso es lo que lo hace arriesgado, muchos buzos lo subestiman, lo que rápidamente lo convierte en una trampa”.
Quizás por eso es que, hasta el momento, las autoridades egipcias tienen hasta 40 muertes registradas, aunque se estima que puede tratarse de más.
El cementerio de buzos
Según reportan algunos expertos sobre el tema, hay varios aspectos del agujero que hacen que bucear allí se pueda tornar en una actividad de alto riesgo.
En primer lugar, algunos deportistas profesionales quieren atravesar el ‘Arch’, un arco submarino que se encuentra más o menos a los 52 metros de profundidad, tiene una longitud de aproximadamente 30 metros y se conecta con el mar abierto. Sin embargo, dicha tarea puede ser difícil debido a la presión que maneja el cuerpo en ese arco y también al tiempo que toma volver hasta la superficie.
En segundo lugar, hay muchas personas que ingresan sin el equipamiento adecuado y pretenden llegar al fondo del agujero. Por lo cual, causan daños permanentes a sus pulmones y, posiblemente, pierden la conciencia mientras intentan lograrlo.
De hecho, buzos profesionales han mencionado que para intentar llegar al fondo se requieren altas cantidades de gas de nitrógeno.
Para siquiera intentar sumergirse en el agujero es necesario tener equipos específicos de buceo. Foto:iStock
En tercer lugar, algunas personas que ya han ingresado al agujero señalan que sus aguas son engañosas y traicioneras. La zona ha sido descrita como “desorientadora” por el medio argentino ‘La Nación’, esto también porque existe un efecto de luz que hace que los buzos confundan el fondo con la superficie.
En algunos casos, cuando se está a mucha profundidad y por tiempos prolongados, los buzos pueden sentirse desorientados y confundir lo que es arriba y abajo. En ese sentido, en el agujero hay un tipo de fenómeno que hace ver un reflejo de la luz del sol en donde en realidad está el fondo del pozo, por lo que algunos se confunden y acaban descendiendo aún más.
Cuarto y último, hay una condición, dentro de este deporte, conocida como la ‘narcosis nitrogenada’, que, según el medio especializado en buceo ‘Open Water’, hace referencia a cuando “la conciencia del buceador con botella de gas con nitrógeno se ve alterada por la alta solubilidad de este gas con el agua”.
Lo anterior tiene un efecto que puede aparecer en cualquier profundidad, pero es más notorio entre más se baja y es “parecido a una borrachera”, en la cual el buzo puede presentar “deterioro en el razonamiento lógico, respuesta retardada en estímulos visuales, somnolencia y alucinaciones” por lo que puede llegar a ser mortal si la persona se encuentra varios metros debajo del agua.
Hay algunos casos que marcaron la comunidad de buceadores. Uno de los más importantes, debido a que dio origen a investigaciones dentro del tema, es el de Yuri Lipski, un buceador ruso-israelí que en el 2000 documentó su intento de descender hasta el fondo del pozo, pero murió.
Sin embargo, los videos que grabó en ese momento lograron recuperarse tras algún tiempo y han permitido estudiar qué puede ser lo que les ocurre a las personas que bajan a tal nivel del agua.
También está el caso de Bárbara Dillinger, buceadora argentina que, a pesar de que alcanzó a salir a la superficie después de supuestamente tener un ataque de pánico, murió probablemente debido a la descompresión pulmonar causada por lo rápido que subió.