El presidente de Estados Unidos,
Donald Trump, afirmó este miércoles que recibió una carta "formidable" del líder norcoreano,
Kim Jong-un, y que está dispuesto a una segunda reunión entre ambos mandatarios.
Durante una reunión con su Gabinete, cuando se cumplen doce días de cierre parcial del gobierno, Trump consideró que los dos líderes "han establecido una muy buena relación" aunque precisó que no hay "ninguna urgencia" para organizar dicho encuentro.
El presidente estadounidense aseguró que habría acontecido una "guerra muy gorda" en Asia si no hubiera accedido a reunirse con Kim el año pasado con la intención de "hacer algo" por rebajar las tensiones entre sus respectivos países.
La revelación de esta carta llega después de que el líder norcoreano advirtiera en su discurso de Año Nuevo de que si EE. UU. no rebajaba las sanciones políticas y económicas contra su país, se vería obligado a romper sus compromisos con Washington.
El líder norcoreano no especificó a qué medidas alternativas se estaba refiriendo, pero en ocasiones anteriores el régimen de Pionyang ha amenazado con desarrollar su programa nuclear como respuesta a las sanciones de EE. UU. y de las Naciones Unidas.
En su intervención Kim también señaló su buena disposición a una segunda reunión. "Siempre estaré listo para sentarme de nuevo en cualquier momento con el presidente de Estados Unidos para hacer esfuerzos que deriven en un resultado que podría ser bienvenido por la comunidad internacional", afirmó.
Trump le respondió en la noche de este martes con un mensaje en Twitter en el que afirmó que "espera con interés reunirse con un líder que se da cuenta de que Corea del Norte posee un gran potencial económico".
Si bien Kim reafirmó su disposición a reunirse con Trump nuevamente, su discurso televisado a nivel nacional no ofreció nuevas iniciativas para avanzar en las conversaciones, las cuales han andado a tropezones desde su primera cumbre en junio.
En cambio, Kim dijo que su paciencia con el régimen de sanciones dirigido por Estados Unidos y diseñado como castigo por su programa de armas nucleares se estaba agotando. "Estoy dispuesto a sentarme con el presidente de EE. UU. en cualquier momento en el futuro y me esforzaré por lograr resultados que sean bienvenidos por la comunidad internacional", dijo Kim, vestido de traje y corbata y sentado en una silla de cuero bajo pinturas de su padre y su abuelo en el trabajo. "Sin embargo, si EE. UU. Unidos no cumple su promesa y juzga mal la paciencia de nuestro pueblo, haciendo demandas unilaterales para continuar imponiendo sanciones y ejercer presión sobre nosotros, no tendremos mas remedio que buscar un nuevo camino para proteger la independencia, los intereses y la paz del país en la península de Corea", dijo Kim.
En un tuit el martes por la noche, Trump recibió con satisfacción los comentarios de
Kim sobre una posible reunión y la detención de las pruebas de armas nucleares.
"También espero reunirme con el presidente Kim, quien se da cuenta tan bien de que Corea del Norte posee un gran potencial económico", escribió Trump.
En su discurso, Kim también señaló que cualquier acuerdo podría requerir el debilitamiento de la alianza entre EE. UU. y Corea del Sur, e instó a Seúl a no reanudar los ejercicios militares con la parte estadounidense.
Además, dejó en claro su convicción de que su acuerdo de "trabajar para completar la desnuclearización de la Península Coreana" incluía "activos estratégicos", como los aviones y los buques de guerra con capacidad nuclear de EE. UU.
La capacidad de Kim para llevar a cabo sus amenazas parece limitada si Trump mantiene su línea dura. EE. UU. puede defender el régimen de sanciones a través de su veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y su influencia sobre Corea del Sur.
Si Kim se retira de las conversaciones y reanuda las pruebas de armas, correría el riesgo de socavar la afirmación de Trump de que Corea del Norte ya no es una amenaza nuclear.
Para la parte estadounidense sería mas fácil reorganizar las sanciones, ya que China y Rusia han basado sus argumentos para aliviarlas en la suspensión de dichas pruebas. Así, el discurso reafirmó las líneas de negociación desde la cumbre sin precedentes entre Trump y Kim en Singapur, con las dos partes enfrentadas por el ritmo y la secuencia de los pasos de desarme y el alivio de las sanciones.
No obstante, el presidente de EE. UU ha presionado por una segunda reunión con
Kim a principios de este año y escribió en Twitter, después de una sesión informativa de la Oficina Oval el 24 de diciembre, que había progreso.
Autosuficiencia
Las declaraciones de Kim también parecían tener la intención de atraer a vecinos como China y Corea del Sur, a quienes EE. UU. necesita para ayudar a mantener la presion de las sanciones.
Kim promocionó sus reuniones con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y de China, Xi Jinping, en su discurso, en el que expresó un deseo de ampliar los lazos en 2019.
Siempre estaré listo para sentarme de nuevo en cualquier momento con el presidente Trump para hacer esfuerzos que deriven en un resultado que podría ser bienvenido por la comunidad internacional.
Corea del Sur elogió el discurso y señaló que era la primera vez que Kim había pronunciado el término "desnuclearización total" en público. "La firme determinación del presidente Kim será positiva para resolver con facilidad el problema de Corea en el nuevo año", aseguró el portavoz de Moon, Kim Eui-keum.
Kim hizo énfasis en la "autosuficiencia" durante su discurso, a la vez que describía sus esfuerzos para desarrollar su nación empobrecida.
Sin embargo, hizo pocos reconocimientos a los problemas que enfrenta su régimen, incluida la insuficiencia energética.