Editorial

'El desorden causaba conflictos en mi matrimonio; aprendí algo clave para comunicarnos mejor'

Una mujer estadounidense relató cómo el desorden en su hogar afectó su relación y bienestar.

ordenar la casa — "Demasiadas cosas me ponen ansiosa, deshacerme de ellas me da una sensación de control", escribió Karen DeBonis.
Foto: iStock

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Camila Eslava

20.01.2025 11:18 Actualizado: 27.01.2025 00:00

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El desorden en casa suele generar tensiones en muchas relaciones, y para una mujer estadounidense que decidió compartir su experiencia, la acumulación de objetos se convirtió en un conflicto recurrente con su esposo.

Karen DeBonis escribió para el medio Business Insider que comprendió que el problema no solo residía en los objetos acumulados por su pareja, sino en su propia relación con el desorden y cómo este afectaba su capacidad para comunicarse de manera efectiva con él.

"El desorden solía causar discusiones. Yo quería deshacerme de todo y él se oponía a cualquier cosa que considerara imprescindible", relató.

Lo más complicado, explicó DeBonis, era cuando los objetos se acumulaban en áreas comunes de la casa, como el sótano, que estaba lleno de cajas, muebles rotos y materiales de construcción: "Cuando tenía que buscar algo en el cuarto de herramientas, el desorden me hacía sentir que perdía el control".

A pesar de las dificultades, DeBonis reconoció el trabajo de su esposo: "El cuarto de herramientas es territorio de Mike, y, en su defensa, gran parte del desorden es el resultado de sus hermosas renovaciones, que incluyen una lavandería, un baño nuevo y una amplia sala de recreación. Aún así, Mike es un acumulador, y yo no lo soy, lo que ha sido una fuente de conflicto".

Y añadió: “Para ser honesta, no soy una obsesionada del orden. A menudo dejo platos en el fregadero, calcetines sucios en el suelo, y mi tocador acumula productos de cuidado personal y chucherías más rápido de lo que puedes buscar la definición de la palabra ‘chuchería’”.

“Al igual que Mike”, —continuó—, “tolero un cierto grado de desorden. Sin embargo, siento que mi desorden está bajo mi control. Puedo ordenar rápidamente y desechar lo que decida. Pero cuando nuestro desorden colectivo cruza una línea invisible y no tengo autoridad para decidir sobre más de la mitad de él, quiero gritar”.

A lo largo de los años, DeBonis reflexionó sobre cómo las dinámicas de su marido respecto a este tema afectaban su bienestar emocional y la relación en su matrimonio. "Me di cuenta de que mi enojo no solo provenía de que él guardara cosas, sino de mi propia ansiedad frente al caos", explicó, lo que le permitió modificar su enfoque hacia el problema y adoptar una actitud más abierta.

Las tareas del hogar repartidas, con ayuda de aparatos tecnológicos. — "Aprendí a comunicarme mejor con mi esposo para evitar conflictos por el desorden", relató DeBonis. Foto:iStock

"El desorden transformó mi relación con mi esposo"

"Un día, abrí el armario del cuarto de invitados e inmediatamente me tensé. El exceso de pertenencias no era solo de Mike, era de toda nuestra familia. No estaba molesta con una persona, sino con el desorden. O tal vez no era exactamente enojo lo que sentía", dijo.

"Tuve un momento de iluminación: demasiadas cosas me ponen ansiosa, y deshacerme de ellas me da una sensación de control. Si estoy aburrida o preocupada por otra cosa, vaciar un área de su desorden me hace sentir mejor. En realidad, no se trata de Mike, sino de mi relación con el desorden: simplemente no nos llevamos bien", expresó.

En este momento clave, DeBonis decidió comunicar a su esposo su necesidad de ordenar el espacio, pero de una manera diferente a la habitual. "Le dije, 'Solo para que sepas, disfruto deshacerme de cosas. Lo hago para sentirme mejor', y eso cambió la manera en que le hablaba sobre el tema", recordó. Este cambio en su enfoque fue fundamental para que su esposo dejara ir algunos objetos sin sentirse atacado.

Aunque ella es quien se deshace de las cosas con mayor facilidad, aprendió a respetar el espacio de su esposo. "Lo que para mí es desorden, para él puede ser algo valioso. Aprendí a comunicarme de una manera que no lo haga sentir que está haciendo algo mal", comentó.

Al final, su reflexión sobre el desorden no sólo transformó su relación con los objetos, sino también la forma en que se relaciona con su esposo. "Ahora, hablamos más sobre el tema sin peleas. Él se ha ido deshaciendo de más cosas, y yo me siento más tranquila", relató.

“Seguiré evitando el cuarto de herramientas para controlar mi presión arterial y respetar la cueva de Mike. Si lo que para mí parece basura es su tesoro, mi forma de amarlo es decirle: ‘Es todo tuyo’”, concluyó.

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