El nuevo mosquito que genera peligrosas infecciones en Estados Unidos

Una enfermedad parasitaria que consume la carne de sus víctimas se volvió endémica en Texas, informó el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Aunque esta afección, conocida como leishmaniasis, es relativamente común en otras partes del mundo, rara vez se encuentra en Estados Unidos, pero un creciente número de casos a lo largo de los años indica que esta situación ha cambiado, y una forma de la enfermedad es ahora "nativa" en ciertas áreas del país.

El análisis del CDC revisó la información genética de los casos recopilados entre 2005 y 2019. La mayoría de esos casos involucraban a pacientes sin historial de viajes, lo que sugiere que adquirieron el patógeno localmente. 

La leishmaniasis es una enfermedad parasitaria que se encuentra en partes de los trópicos, subtrópicos y el sur de Europa. La leishmaniasis es causada por la infección con parásitos de Leishmania, que se transmiten mediante la picadura de mosquitos de la arena infectados.

La principal vía de infección es a través de la picadura de mosquitos de la arena hembra infectados. Los mosquitos de la arena se infectan al succionar sangre de un animal o persona infectada. Las personas pueden no darse cuenta de la presencia de mosquitos de la arena debido a que no hacen ruido, son pequeños y las picaduras pueden pasar desapercibidas (pueden ser indoloras o dolorosas).

La Organización Mundial de la Salud identifica tres formas principales de leishmaniasis: "visceral (la forma más grave, ya que casi siempre es fatal sin tratamiento); cutánea (la más común, que generalmente provoca úlceras en la piel); y mucocutánea (que afecta la boca, la nariz y la garganta)". Esta enfermedad suele propagarse a través de la picadura de insectos llamados mosquitos de la arena que habitan en las playas. No existen vacunas contra la enfermedad, pero algunos medicamentos pueden ser efectivos en su tratamiento.

Algunas personas tienen una infección silenciosa, sin síntomas ni signos. Aquellas que desarrollan evidencia clínica de infección presentan una o más úlceras en la piel. Estas úlceras pueden cambiar en tamaño y aspecto con el tiempo. Por lo general, las úlceras comienzan como pápulas (protuberancias) o nódulos y pueden convertirse en úlceras (como un volcán, con un borde elevado y un cráter central); las úlceras cutáneas pueden estar cubiertas de costras o escamas.

Las úlceras suelen ser indoloras, pero hay ocasiones en las que sí pueden causar dolor. Algunas personas desarrollan ganglios inflamados cerca de las úlceras; por ejemplo, debajo del brazo si las úlceras están en el brazo o la mano.

Asimismo, algunos pacientes tienen una infección silenciosa, sin síntomas ni signos. Aquellos que desarrollan evidencia clínica de infección suelen tener fiebre, pérdida de peso, agrandamiento del bazo y el hígado, y resultados anormales en las pruebas de sangre. Las personas pueden tener recuentos sanguíneos bajos, incluyendo un bajo recuento de glóbulos rojos (anemia), un bajo recuento de glóbulos blancos (leucopenia) y un bajo recuento de plaquetas (trombocitopenia).

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El número de nuevos casos puede variar o cambiar con el tiempo y es difícil de estimar. Para la leishmaniasis cutánea, las estimaciones del número de positivos por año han oscilado entre aproximadamente 700.000 y 1’200.000 o más. Para la leishmaniasis visceral, el número estimado de nuevos casos por año puede haber disminuido a menos de 100.000, pero estimaciones previas llegaron a hasta 400.000 casos o más.

En el hemisferio oriental, la leishmaniasis se encuentra en algunas partes de Asia, el Medio Oriente, África, particularmente en la región tropical y el norte de África, con algunos casos en otras partes y el sur de Europa. No tienen presencia en Australia ni en las Islas del Pacífico. En el hemisferio occidental, la leishmaniasis se encuentra en algunas partes de México, América Central y América del Sur. No está en Chile ni en Uruguay.