Las deplorables condiciones en que viven algunos prisioneros en las cárceles de Florida

Recientemente salieron a la luz las condiciones precarias que los prisioneros de Florida enfrentan como una clara violación a la política penitenciaria por, por ejemplo, tener que comer e ir al baño en cubículos estrechos e insalubres.

El reportaje, un artículo publicado en conjunto por los medios Insider y Tampa Bay Times, se conformó gracias a diversas entrevistas y cartas provenientes de 14 presos actuales y anteriores, quienes denunciaron que, por lo menos a lo largo de dos décadas, los oficiales los han encerrado. Las malas prácticas se documentaron en prisiones de todo el estado, es decir, más de 30 instalaciones, incluido un centro juvenil.

Una práctica común, de acuerdo con las denuncias de los prisioneros, es que fueron encerrados durante horas en las duchas, espacios reducidos que solo deberían ser utilizados como cubículos de revisión o de estadía breve antes de llevarlos a sus celdas.

Como ejemplo, Kobi Anderson dijo que en su cumpleaños número 17 lo encerraron en las regaderas durante 8 horas en la institución Correccional de Indian River que actualmente está cerrada. Aunque en otros centros correccionales también ha sido víctima del mismo trato, aseguró.

Milton Thompson, por su parte, declaró que había estado confinado en una ducha por 23 horas en el Centro Correccional de Blackwater River. Comentó que no le dieron oportunidad de ir al baño, solo una bolsa de plástico. Agregó, además, que nueve meses antes había quedado encerrado en una regadera durante la noche, pero esa vez en la Institución Correccional de Okaloosa en donde el lugar estaba sucio y el olor a desechos era insoportable.

De acuerdo con el prisionero, este tipo de prácticas se llevan a cabo cuando los oficiales quieren castigar a los internos, pues “saben que con ello te volverán loco”. Pero no es la única razón por la cual encierran a los reclusos. Según dijeron otros testigos, los oficiales también utilizan los cubículos como instalaciones de detención temporal mientras son trasladados a un régimen de aislamiento o al tribunal disciplinario de la prisión. También como una forma de disuadir a los presos de hablar con sus abogados sobre las condiciones en la cárcel.

Más allá del trato inhumano que significaría dicha práctica, el mayor riesgo es que muchos prisioneros aseguran que fueron encerrados con heridas recientes o en estados de angustia mental aguda. Como ejemplo, Frank Vinci dijo en una demanda que fue encerrado en la Institución Correccional de Apalachee en 2008, y que los agentes lo lanzaron contra la pared y le golpearon la cara, después lo dejaron seis horas encerrado sin tratamiento médico y le impidieron ir al baño.

Otra denuncia corresponde a Isnel Rigaud, quien a través de una demanda federal aseguró que mientras estaba en la Institución Correccional Dade en 2014 lo encerraron en un baño después de haber sido agredido sexualmente por un oficial.

En el artículo se detallan más casos de presos que presentaron denuncias civiles señalando que fueron encerrados en las duchas después de expresar pensamientos suicidas. En dicho lugar los dejaban únicamente vistiendo calzoncillos y con las manos atadas. Algunos aseguran que incluso fueron rociados con agentes químicos.

Mientras los prisioneros están encerrados se les niega todo tipo de derechos, desde ir al baño hasta acceder a sus medicamentos e incluso les ofrecen comida a la que son alérgicos. Y no solo eso, suelen dejarlos atados de muñecas y pies haciéndoles daño.

La situación no es nueva, los controversiales casos llevan tiempo saliendo a la luz. En 2012 Miami Herald dio a conocer el caso de un prisionero que fue obligado a darse una ducha con agua hirviendo durante casi dos horas como castigo por defecar en su celda, lo que lo llevó a la muerte.

Y en 2018 se dio a conocer el caso de una prisionera con diabetes llamada Lynn Hamlet que casi muere después de haber sido encerrada en una ducha sucia durante casi una hora debido a que el lugar comenzó a llenarse de agua que pronto llegó hasta sus tobillos en donde tenía heridas abiertas producto de su diabetes. El problema fue que en el sitio había una bolsa llena de heces y orina, posiblemente dejada por el prisionero anterior, lo cual infectó su piel.

Un denunciante señaló que en algunos casos los prisioneros recurren a autolesionarse como una medida desesperada para llamar la atención de los oficiales. Otros más tuvieron que recibir sus consultas de salud mental en el lugar, permaneciendo parados y con la incomodidad de que lo que comparten con sus consejeros no es privado.

Aunque el artículo está centrado en los casos de Florida, los medios descubrieron que se trata de una práctica en otros estados como Virginia, Alabama e Illinois. En este último, de acuerdo con el denunciante, en 2009 lo encerraron en una ducha llena de moho, infectada de insectos, en donde tuvo que permanecer de pie durante seis horas.

En el artículo de Insider se cita a Kayla McLaughli, directora de comunicaciones del departamento Correccional de Florida quien aseguró que están en contra de la política del departamento de utilizar las duchas como celdas de detención ya que esto solo se permite como una colocación temporal segura para propósitos específicos y no como un castigo, por lo que no pueden inmovilizar a los prisioneros, ni servirles comida.

Agregó que si se descubre que algún miembro del departamento ha violado ese procedimiento se le responsabilizará por sus acciones.