La incertidumbre para miles de migrantes de Latinoamérica y todas las partes del mundo que cruzaron, o intentan cruzar la frontera entre México y Estados Unidos sigue, especialmente luego de que el Tribunal Supremo estadounidense decidiera este martes posponer la vigencia del Título 42.
El gobierno de Guatemala advirtió este miércoles en un comunicado a todos los ciudadanos que planeen viajar de forma irregular a los Estados Unidos.
Indicó que la frontera "no está abierta" y que podrían ser víctimas de grupos criminales dedicados al tráfico de personas, los cuales se aprovechan de la incertidumbre del Título 42.
La norma expedida en el gobierno de Donald Trump durante la pandemia, permitía a las autoridades expulsar inmediatamente a aquellos migrantes que cruzaban la frontera ilegalmente.
“Si se retira o no se retira el Título 42, hay que dejarlo muy claro, vuelve la aplicación de las leyes de seguridad migratoria de aquel país”, advirtió Kevin López Oliva, secretario de Comunicación de la Presidencia de la República de Guatemala este miercoles.
Asmismo, agregó que las personas "no se deben dejar engañar" ante la posible remoción del Título 42, porque eso no implica que puedan ser deportados "conforme a los criterios de ley migratoria de Estados Unidos".
La norma del Título 42 de deportación expedita fue creada durante la istración Trump como una medida sanitaria para impedir el flujo de personas potencialmente contagiadas con covid-19. Esto a causa de las pocas condiciones salubres a las que se enfrentan los migrantes ilegales que se emprenden en el viaje de cruzar la frontera.
Esta norma debía haber terminado el pasado miércoles 21 de diciembre; pero una decisión de el Tribunal Supermo extendió su vigencia. Esto mientras se concreta una estrategia migratoria clara ante el súbito aumento de personas que entrar irregularmente al país.
Sin embargo, frente a la incertidumbre de si continuará o no rigiendo esta norma, los traficantes de personas podrían utilizar esa situación para engañar a los migrantes que deciden viajar.
Mientras Washington decide, las ciudades de los Estados fronterizos están abarrrotados de personas que buscan regularizar su situación y las alcaldías y gobernaciones declaran emergencia ante la crisis.
Los migrantes que cruzaron cientos y miles de kilómetros entre selva, lluvia, frío y desierto se ven ante dos opciones, o entrar a Estados Unidos, arriesgándose de ser deportados inmediatamente, o esperar en México mientras se decide el futuro del Título 42.
Santiago Andrés Venera Salazar*
REDACCIÓN INTERNACIONAL
Con información de medios