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Carlos III, los desafíos del eterno heredero que se convierte en rey
Este sábado fue proclamado formalmente como el nuevo monarca británico. ¿Qué viene?
Un monarca que se preparó para ser rey desde la cuna y tuvo que esperar 70 años para ascender al trono. Así podría definir la historia al rey Carlos III, quien a partir de ahora regirá sobre sus súbditos en el Reino Unido y catorce territorios de ultramar que permanecen bajo la soberanía británica.
Desde muy temprano en la mañana, el palacio de Saint James, en pleno centro londinense, fue recibiendo a unas 700 personalidades de la política, la Iglesia y el poder judicial británico, incluidos todos los ex primeros ministros, desde Tony Blair hasta la recién inaugurada Liz Truss.
Al grito unísono de “Dios salve al Rey” se selló la proclama del milenario protocolo, que data desde 1707 y que por primera vez pudo ser visto en vivo y directo por más de 60 millones de personas en el mundo.
“De lengua y corazón publicar y proclamar que el príncipe Carlos Felipe Arturo Jorge, ahora por la muerte de nuestro difunto soberano de feliz memoria, se convierte en nuestro único señor feudal legal y feliz. Carlos III, por la gracia de Dios del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y de sus demás reinos y territorios, Rey, cabeza de la República, defensor de la fe, a quien reconocemos toda fe y obediencia con humilde afecto, suplicando a Dios por quien reinan reyes y reinas que bendiga su majestad con largos y felices años para reinar sobre nosotros”, rezó este sábado la proclama del ascenso.
Flanqueado por Camila, su esposa y ahora reina consorte; y el nuevo heredero al trono Guillermo, el príncipe de Gales; el nuevo Rey juró lealtad y respeto sus súbditos y rindió un tributo especial a su fallecida madre a quien describió como “ejemplo de vida de servicio social” y alabó su “inigualable dedicación”.
Carlos III apuntó que estaba “consciente de esta gran herencia y de los deberes y responsabilidades”, y prometió “seguir su ejemplo inspirador para mantener el gobierno constitucional”.
Al término de su discurso, el monarca juró garantizar la protección de la Iglesia de Escocia (él es cabeza de la Iglesia anglicana) y autorizó distribuir su declaración para que sea leída en Escocia, Gales e Irlanda del Norte, así como en los países de la Mancomunidad, que reúne a 54 naciones, excolonias del otrora Imperio Británico y de una población de alrededor de 2.500 millones de habitantes.
Momento que Carlos esperó por siete décadas, aseguran los analistas, que coinciden en que el nuevo monarca británico es el mejor preparado para el rol.
Carlos III firma el acta de proclamación como nuevo rey. Foto:AFP
La era de Carlos III en Reino Unido
(Carlos) sabe desde sus primeros días que su estilo tendrá que cambiar. El público no querrá un monarca en campaña
Tres años tenía el pequeño Carlos cuando su madre fue proclamada Reina. Desde entonces y hasta el jueves, el nuevo Rey estuvo “tras sus faldas”, siendo testigo de excepción y aprendiendo de las tareas que ahora tendrá que ejecutar.
Carlos, quien nació un 14 de noviembre de 1948 en el Palacio de Buckingham, cuando apenas terminaba la Segunda Guerra Mundial, presenció el ir y venir de líderes mundiales, incluidos 15 primeros ministros del Reino Unido y 14 presidentes de Estados Unidos.
Los historiadores recuerdan que, cuando la BBC anunció su nacimiento, no fue con la noticia de que la Reina había tenido un niño, sino que su madre había “dado a luz a un príncipe”. Cuatro años más tarde, se convirtió en heredero.
Tras el notable reinado de Isabel II ,que definió una era, el propio Carlos está consciente que de todo ha cambiado para él y que deberá construir su propio estilo, pero manteniendo la tradición de ser el líder de un sistema de monarquía constitucional que rige desde la llamada Revolución Gloriosa de 1688 y confirmada en la Ley de Establecimiento de 1701.
Como Rey, Carlos ya no tendrá su propio pasaporte o licencia de conducir ni dar opiniones polémicas en público. Ser monarca reemplaza al individuo.
Según Vernon Bogdanor, profesor de investigación en el Centro de Política y Gobierno Británico de la Universidad King’s College London y experto constitucional, el nuevo Rey “sabe desde sus primeros días que su estilo tendrá que cambiar. El público no querrá un monarca en campaña”.
Carlos ya había reconocido que debería dejar de ser tan franco. “No soy tan estúpido. Me doy cuenta de que ser soberano es un ejercicio aparte”, afirmó en una entrevista con la BBC en 2018. “La idea de que de alguna manera voy a continuar exactamente de la misma manera es una completa tontería”.
Palacio de St James, momentos antes del inicio de la proclamación del monarca. Foto:Niklas HALLE'N / AFP
Reino Unido, una nación muy diferente a la de hace 70 años
Y es que el país que hereda el nuevo monarca es muy diferente al que recibió su madre Isabel. Ahora, el Reino Unido es más diverso, con una multicultural población de 68 millones de habitantes y con una mirada más crítica a los roles de la familia real.
También es un país sumido en la peor crisis de alto costos de vida desde la Segunda Guerra Mundial, con una desbordada inflación del 10,1 por ciento que agitan los temores de una recesión económica como producto de la guerra en Ucrania, y los efectos del brexit.
En su discurso de ascensión, Carlos dejó claro que aspira a ser una fuerza unificadora, haciendo esfuerzos visibles para conectarse con las minorías étnicas y los grupos desfavorecidos. Y, aunque dijo que no podría dedicarle tiempo a sus actividades de beneficencia, Sir Lloyd Dorfman, quien trabajó con él durante muchos años en su organización benéfica Prince’s Trust, no prevé un cese completo de su participación en temas como el cambio climático y la agricultura orgánica.
“Tiene mucho conocimiento, es muy efectivo. Es difícil imaginar que renunciará a eso al borde del precipicio el día que se convierta en soberano”, sugiere Sir Lloyd a medios locales.
Los expertos de temas de la Corona, creen que el nuevo monarca preferiría concentrar el trabajo en un reducido número de de la realeza que trabajen a su lado, incluyendo a Camila, además del heredero al trono, su hijo Guillermo, ahora príncipe de Gales, y su nuera Catherine en el centro.
“No esperes grandes diferencias discordantes. Él será muy cuidadoso”, afirmó la comentarista real, Victoria Murphy, al agregar que el mensaje primordial del nuevo reinado es la continuidad y la estabilidad.
Algo esencial de transmitir, puesto que mientras que su madre era una mujer apegada al protocolo y presta a la conversación sencilla, Carlos siempre había parecido más distante y hasta taciturno. Criado bajo la estricta vigilancia de su padre, el fallecido príncipe Felipe, tenía más propensión a la poesía y al teatro que a funciones de Estado.
Los historiadores hablan de un taciturno y solitario infante, objeto de burlas y quien se quejó por ser aislado en la escuela.
“Me tiran pantuflas toda la noche o me golpean con almohadas o corren por la habitación y me golpean tan fuerte como pueden”, escribió Carlos en una carta a su casa sobre cómo lo atormentaron en el dormitorio del colegio.
En una entrevista televisiva con motivo de la celebración de sus 70 años, su esposa Camila describió a Carlos como una persona “bastante impaciente”. “Quiere que las cosas estén hechas para ayer. Así es como hace las cosas”. Pero, según sus palabras, el nuevo Rey tiene un lado juguetón debajo del carácter bastante serio que la gente ve en público.
“Lo ven como una persona muy seria, y lo es. Pero me gustaría que la gente viera su lado más ligero. Se arrodilla y juega con los niños, les lee Harry Potter y hace las voces”.
Carlos III lleva el peso de su pasado. Sus debilidades y frustraciones fueron publicadas por los medios, mientras era criticado por sus detractores. Incluso ese gusto que ahora se le reconoce por la arquitectura y la agricultura orgánica fueron objetos de burlas en muchas ocasiones.
Diana y Carlos de Gales en 1989. Foto:AFP
Su relación con Diana de Gales, un peso del pasado
Pero tal vez lo que lo definió fue su vida pública en los años 80 en medio de su tormentoso matrimonio con Diana, la princesa de Gales, que se desmoronó por escándalos y acusaciones mutuas de infidelidad.
Y las encuestas se lo recuerdan. Pues, siguen hoy calificándolo con severidad al mostrar una popularidad del 48 por ciento. Aunque desde diciembre de 2021 aumentó la tendencia de mejía, con casi dos tercios de las personas viéndolo de manera positiva. Eso sí, debajo de su madre y de su hijo Guillermo, siendo menos favorecido entre los jóvenes.
A sus 73 años, el monarca británico es visto como una figura relajada y accesible cuando se encuentra con el público, logrando que su audiencia participe con algunos chistes autocríticos.
Eso se vio justo el viernes cuando se unió a la multitud que asistía a las puertas del Palacio de Buckingham a llevar flores y tributos a la fallecida Reina Isabel II. Recibió las condolencias de algunos visitantes, que daban muestras efervescentes de cariño, incluyendo una mujer que parecía asestarle un beso en la boca, gesto que fue captado por las cámaras de televisión.
The first public Proclamation of the new King is read at St James’s Palace following today's Accession Council.
Tomorrow there will be Proclamations in Edinburgh, Cardiff and Belfast.
“Carlos III ha cambiado su perfil en los últimos diez años. Hace una década se pensaba que debía abdicar en favor de su hijo Guillermo. Esa figura se ha revertido porque se convirtió en la figura que reemplazaba en muchas actividades a la Reina y comenzó a tomar el campo de un verdadero rey y a sus 73 años se ve más maduro, más ponderado y más experiencia”, aseguró Juan Carlos Ruiz, doctor en Ciencias Políticas egresado de la Universidad de Oxford.
Para Ruiz, entre las prioridades y desafíos del nuevo rey, estará la de influir para evitar los aires separatistas que vienen los países que integran el Reino Unido, desde Escocia, Gales y hasta Irlanda del Norte.
Como jefe de la Familia Real, tendrá que lidiar con el intenso apetito mundial por historias sobre el Príncipe Enrique y su esposa Meghan, y su relación con la Corona. Además, deberá enfrentar otras difíciles decisiones familiares, como el futuro papel del príncipe Andrés después del acuerdo de conciliación que siguió a las denuncias de agresión sexual de Virginia Giuffre.
Carlos sabe que su rol de monarca en los tiempos modernos no será fácil, pero, en medio de la solemnidad y la tradición, era algo que había estado esperando toda su vida. Y ahora llegó su momento.