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El escalofriante testimonio de una monja abusada por un reconocido sacerdote artista
Gloria Branciani contó que fue obligada a tener relaciones sexuales “a imagen de la Trinidad”.
En la imagen, de izda a dcha: la abogada Laura Sgró, Gloria Branciani, y Mirando Kovav. Foto: EFE
Ante más de cien periodistas de diversas partes del mundo, Branciani compartió su dolorosa experiencia con el objetivo de "romper el círculo de soledad y de silencio" que la ha envuelto durante años.
"Mi deseo es que se reconozca la verdad y el mal que hemos sufrido, que haya justicia, que se nos visibilice: somos muchas más que dos. Pero nos piden silencio, desaparecer, nos desacreditan como ‘mujerzuelas’ y esto no es aceptable", declaró la exmonja.
La historia de abusos, que incluye violencia sexual, espiritual, psicológica y de poder, se remonta a la Comunidad de Loyola en Ljubljana, Eslovenia, donde Branciani y Mirjam Kovac, otra exmonja, se convirtieron en víctimas de Rupnik.
Muchos medios de todo el mundo en la conferencia de prensa de Gloria Branciani y Mirjam Kovag, ex monjas que fueron víctimas de abusos sexuales, psicológicos, de poder y de conciencia del famoso ex jesuita pero aún sacerdote y artista Marko #Rupnik@barrett_doylepic.twitter.com/EFQP9iW9aY
Este sacerdote, conocido mundialmente por sus obras de arte en mosaicos y pinturas, fue expulsado de la Compañía de Jesús pero continúa ejerciendo su ministerio en Eslovenia.
El escalofriante testimonio de Gloria Branciani
Branciani relató cómo, siendo una joven estudiante de medicina aspirante a misionera, fue atraída al atelier de Rupnik en Roma en 1985.
"Yo era muy ingenua, tenía baja autoestima y Rupnik comenzó a prestarme atenciones, a respaldarme en mi fragilidad, a acompañarme en mi camino espiritual", contó. Sin embargo, este apoyo pronto se convirtió en un calvario de abuso sexual y manipulación psicológica, llegando a involucrarla en "orgías colectivas" y actos degradantes bajo la falsa promesa de una conexión más profunda con Dios.
“Un día Rupnik me dijo que nuestra relación sexual no era exclusiva y que teníamos que sumar a otra hermana para que fuéramos tres, a imagen de la Trinidad”, relató. Además, la obligó a ir a ver películas porno y hasta le pedía actos sexuales mientras pintaba imágenes sagradas.
La situación se agravó cuando Rupnik impuso silencio y amenazas, manipulando su autoridad espiritual para continuar con los abusos. "Al principio estaba desorientada, confundida, porque Rupnik entró en mi mundo espiritual con la autoridad del padre espiritual y confeso. Su medio para actuar fue la obediencia", explicó Branciani.
Después de años de "esclavitud", Branciani logró escapar de la comunidad en 1993, llevando sus denuncias ante las autoridades eclesiásticas (entre ellas, la superior y fundadora de la comunidad, Ivanka, y el padre espiritual de Rupnik), las cuales fueron ignoradas en favor del silencio y la protección de la imagen de la Iglesia. Ahora, tres décadas después, busca no solo justicia sino también sanación y reconocimiento para todas las víctimas de Rupnik.
“Por sus intereses personales, Ivanka prefirió encubrir”, dijo Gloria.
Ambas mujeres, tanto Gloria Branciani como Mirjam Kovac, piden una investigación seria por parte del papa Francisco, apoyadas por voces dentro y fuera de la Iglesia, incluida la abogada italiana Laura Sgró, quien afirmó que "quien hace lo que le hicieron a Gloria tiene que ir a la cárcel".
*Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de la periodista y un editor.