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Boris Johnson se niega a dimitir ante presión por fiestas ilegales
Las conclusiones podrían desencadenar una demoledora moción de censura contra el primer ministro.
Las portadas de los periódicos del Reino Unido en Londres, Gran Bretaña, el 13 de enero de 2022. Los medios del Reino Unido han estado reaccionando a la disculpa del primer ministro británico Boris Johnson en el parlamento tras las acusaciones del partido de cierre donde se dice que asistió a una fiesta en el jardín en Downing Street durante el cierre en mayo 2020. Muchos del parlamento pidieron la renuncia del primer ministro. Foto: EFE/EPA/ANDY RAIN
El primer ministro británico, Boris Johnson, rechazó este miércoles las peticiones de la oposición para que dimita y rehusó responder a preguntas sobre el escándalo por las fiestas en Downing Street durante la pandemia, con la justificación de que ya hay una investigación policial en marcha.
El primer ministro británico, junto con el parlamento, se preparaban el miércoles para la inminente publicación de un informe sobre las fiestas celebradas en Downing Street durante los confinamientos, cuyas conclusiones podrían desencadenar una demoledora moción de censura contra el controvertido primer ministro.
El primer ministro británico, Boris Johnson. Foto:Tolga Akmen / POOL / AF
"Sospecho que no tendremos que esperar mucho más para el informe de Sue Gray, con el que podremos tener una visión más completa de lo que ocurrió exactamente", afirmó a la BBC la ministra de Relaciones Exteriores, Liz Truss.
A principios de diciembre, intentando esquivar un escándalo entonces incipiente sobre una supuesta fiesta de Navidad organizada por sus colaboradores un año antes, cuando las normas anticovid lo prohibían, el líder conservador se declaró "furioso" y ordenó una investigación interna prometiendo "consecuencias" si se infringieron las reglas.
Pero desde entonces, en un goteo incesante de filtraciones, la prensa ha publicado informaciones sobre más de una docena de estos eventos presuntamente ilegales, en algunos de los cuales Johnson tuvo que itir haber participado aunque esforzándose por eludir responsabilidades.
El "partygate", o escándalo de las fiestas, se convirtió en una bola de nieve que amenaza con arrasarlo a su paso, especialmente después de que la policía de Londres anunciara el martes, tras mucha dilación, estar investigando posibles delitos.
Tras el anuncio, se vivió a una confusa tarde de declaraciones contradictorias. Downing Street comenzó anunciado que se suspendía buena parte de la investigación interna, encargado a la alta funcionaria Sue Gray, para no interferir con las pesquisas policiales.
Se dijo después que el informe podría publicarse solo parcialmente y luego se filtró que Johnson debía recibirlo esa misma noche en su totalidad y reaccionar a él este miércoles durante la sesión semanal de preguntas en la Cámara de los Comunes.
Y, finalmente, que Gray no entregó aún sus conclusiones pero estas podían conocerse antes de acabar la jornada, en los próximos días o la semana que viene, abriendo un muy tenso compás de espera para un primer ministro cuyo puesto pende de un hilo
Ten Downing Street en Londres, Gran Bretaña, 11 de enero de 2022. El primer ministro británico, Boris Johnson, se ha visto sometido a una mayor presión tras nuevas acusaciones de partidos de confinamiento en los que se dice que asistió a una fiesta en el jardín de Downing Street durante el confinamiento en mayo de 2020. Foto:EFE/EPA/ANDY RAIN
¿Moción de censura para Johnson o nuevo respiro?
"No necesitamos el informe de Sue Gray para saber que Boris Johnson debe irse", escribió Angela Rayner, número dos del Partido Laborista, principal fuerza de oposición, en un artículo de opinión publicado el miércoles.
Rayner denunció "una cultura muy clara de total desprecio por las normas y el decoro en Downing Street" y aseguró que esta "viene solo de la persona que está al mando".
Johnson, de 57 años, llegó triunfalmente al poder en 2019 prometiendo llevar a cabo un Brexit con el que su predecesora, Theresa May, llevaba años debatiéndose. Sedujo así a un gran número de bastiones laboristas en el norte posindustrial de Inglaterra y se alzó con la mayoría conservadora más importante desde los años 1980.
Pero ahora son precisamente los jóvenes diputados de su partido elegidos en esas circunscripciones que tradicionalmente votaban a la izquierda quienes se rebelan con más fuerza contra su líder, al que quieren arrebatar las riendas de la formación, y por lo tanto del gobierno, con una moción de censura interna.
El primer ministro británico, Boris Johnson, que se cubre la cara para ayudar a mitigar la propagación del coronavirus, saluda cuando sale de 10 Downing Street en el centro de Londres el 19 de enero de 2022 para participar en la sesión semanal de Preguntas al Primer Ministro (PMQ) en la casa de los Comunes. Foto:Tolga Akmen / AFP
Para ello, necesitan enviar al menos 54 cartas, 15 por ciento de los 360 diputados de la mayoría gubernamental, al denominado Comité 1922, encargado de la gestión del grupo parlamentario. Su número se mantiene secreto hasta que se alcanza ese umbral.
Y aunque la semana pasada la rebelión pareció verse enfriada por el temor a acabar perdiendo el poder en favor de un laborismo que por primera vez en años le saca a los conservadores 10 puntos de ventaja en las encuestas, las conclusiones del informe Gray podrían reavivarla.
Aunque todo depende de si publica su investigación completa, sobre todas las presuntas fiestas ilegales, o se limita a hechos menores y deja la determinación de los posibles delitos a la policía.
Esto podría darle a Johnson unos preciosos meses de respiro a la espera de sus resultados, durante los que intentar mejorar su popularidad aprovechando la mejora de la situación sanitaria, el levantamiento el jueves de las restricciones y el impulso económico que debe seguir.
De momento, la investigación policial en curso le puede servir para esquivar las preguntas sobre el "partygate" en la tensa sesión de este miércoles en la Cámara de los Comunes.
Una captura de video de imágenes transmitidas por la Unidad de Grabación Parlamentaria (PRU) del Parlamento del Reino Unido muestra al primer ministro británico, Boris Johnson, de pie e intentando hablar (izquierda) mientras el líder del Partido Laborista de la oposición británica, Keir Starmer (derecha), se levanta para hablar. Foto:PRU/AFP
En una tensa sesión de control al Gobierno en la Cámara de los Comunes, el líder laborista, Keir Starmer, le preguntó a Johnson sobre si pensaba dejar su cargo, dado que, en contra de lo que el jefe del Gobierno argumentó durante meses, se ha demostrado que hubo fiestas en su residencia y despacho oficiales en posible violación de las restricciones sanitarias.
"No", respondió Johnson, que acusó a su rival de tratar de forzarle a comentar sobre un asunto del cual, según él, "no puede hablar aún".
Starmer le reprochó poner al Reino Unido en una situación "vergonzosa", después de que la Policía Metropolitana de Londres (MET, o Scotland Yard) confirmara ayer que investigará las reuniones en Downing Street que pudieron violar la normativa.
Johnson respondió afirmativamente, sin embargo, cuando el laborista le preguntó si dejará el cargo en caso de que, en violación del código de conducta parlamentario, se pruebe que "engañó a sabiendas" al Parlamento, al asegurar hace unos meses que no hubo actos sociales en Downing Street ni se incumplieron las normas sanitarias.
Con el argumento de que los ciudadanos quieren que se centre en los grandes asuntos, como la crisis energética o el aumento de la inflación, el primer ministro logró esquivar las preguntas relativas a su futuro y a los festejos de los funcionarios durante la pandemia. Sostuvo que el laborista y otros le quieren "fuera de su camino", porque él ha conseguido grandes logros para el Reino Unido como ejecutar el Brexit, el programa de vacunación o "unir a Occidente para preparar un duro paquete de sanciones" que disuadan a Rusia de invadir Ucrania, dijo.
Dependiendo de las conclusiones del informe de Gray -y sobre todo de la investigación policial-, los diputados conservadores podrían decidir organizar una moción de confianza interna contra Johnson, que estaría obligado a dimitir como líder del partido y primer ministro si la perdiera y sería sustituido por un candidato surgido de una elección internas.
Parece más improbable que Johnson deje el puesto por iniciativa propia, si no se ve obligado por sus colegas o las circunstancias.