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'Rusia no puede ganar si los aliados de Kiev se comportan con sensatez'
El historiador norteamericano Timothy Snyder reflexiona sobre las guerras de Ucrania y Gaza.
Timothy Snyder está especializado en Europa central y oriental y es uno de los principales expertos en historia europea en Estados Unidos. Foto: Getty Images
Timothy Snyder es un historiador estadounidense especializado en Europa central y oriental. Nacido en Dayton, Ohio, hace 54 años, es profesor en la Universidad de Yale y uno de los principales expertos en historia europea. En su obra se destacan los libros Tierras de sangre: Europa entre Hitler y Stalin (Galaxia Gutenberg, 2011), que le valió el premio de Pensamiento Político Hannah Arendt (2013) y Tierra negra. El Holocausto como historia y advertencia (Galaxia Gutenberg, 2015), así como el libro coescrito con el historiador Tony Judt Pensar el siglo XX (Taurus, 2012). En Sobre la tiranía y El camino hacia la no libertad (Galaxia Gutenberg, 2018), se centra en la historia más reciente para advertirnos sobre los peligros de la deriva antidemocrática actual.
Snyder, que ha escrito para The New York Times, The Wall Street Journal y The Guardian, entre otros medios, concedió esta entrevista en la Casa de Ucrania en la Promenade de Davos, la calle central del pueblo suizo, durante la celebración del Foro Económico Mundial. En ella aborda la guerra en ese país, de la que dice que “Rusia no puede ganar si los aliados de Kiev se comportan con sensatez”; el estado de la democracia, para el cual considera que los ciudadanos deben mostrar un “compromiso existencial cotidiano”; y el futuro de la humanidad con el advenimiento de nuevas tecnologías. “Es un poco tabú decirlo, pero nos estamos volviendo cada vez menos inteligentes”, considera.
Las guerras son pulsos que no dependen solo de la capacidad, sino también de la voluntad. Cómo ve la pugna de voluntades entre los principales actores del conflicto en Ucrania. ¿Cómo ve la actitud de la Unión Europea (UE) ante la invasión de Ucrania?
Creo que los líderes europeos han pensado correctamente en esta guerra en términos históricos, que tienen razón al hacer comparaciones con los años 30 y al creer que este es un momento que determina el futuro de la Unión Europea. Es un reto no solo para los países europeos, sino para la idea de la UE.
Homenajes a Yevgueni Prigozhin, líder de Wagner y presuntamente fallecido tras un accidente aéreo. Foto:EFE
¿Cómo ve a Estados Unidos, con el serpenteante sentimiento aislacionista en el seno del Partido Republicano?
Hay una clara mayoría entre nuestros representantes electos para apoyar a Ucrania. Y también hay una mayoría muy clara en nuestra población. El problema es el sistema; es muy difícil aprobar leyes. La UE espera que Ucrania apruebe 250 leyes este año. Yo me alegraría si mi Congreso aprobara dos este año. Hay un problema del sistema político, con el apoyo de un pequeño pero decidido grupo de republicanos que, en mi opinión, se oponen activamente a esto porque simpatizan esencialmente con los sistemas al estilo Putin.
Hablemos de Putin. Datos del SIPRI (Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz) apuntan a que Rusia invierte un 35 % de su gasto público en la guerra. ¿Cuánto podrá Putin mantener este nivel de esfuerzo?
Voy a relacionar la pregunta con la UE y Estados Unidos, porque, como sugiere, el nivel de compromiso presupuestario que Rusia sostiene nos dice cómo puede acabar la guerra. ¿Cuál es el porcentaje para Estados Unidos? Es del orden del 5 % de nuestro presupuesto de defensa. Si todos dobláramos el presupuesto, esta guerra habría terminado. Rusia no puede ganar esta guerra, siempre que los aliados de Ucrania se comporten con sensatez.
Putin sufrió hace poco una revuelta encabezada por Yevgueni Prigozhin, pero logró sobreponerse. ¿Cómo ve su capacidad para mantenerse en el poder?
Parecerá estable hasta que todo desaparezca. Y será impredecible hasta que suceda. Así son las dictaduras. Pero el intento de golpe de Prigozhin demostró un par de cosas. Una es que cuando se produzca un cambio de poder en Rusia se hará a la manera rusa y no tendrá nada que ver con nosotros. La otra es que ese episodio nos dice algo acerca de las negociaciones con Putin. Prigozhin negoció con él, tenía un trato y Putin lo mató. Vale la pena recordarlo cuando algunos les dicen a los ucranianos que deben negociar con Putin. No hay nadie con quien poder negociar seriamente ahí.
La democracia no es algo que podamos dar por sentado. Siempre ha sido una situación excepcional.
¿Cómo ve la sociedad ucraniana en estos momentos?
Esto no es Hollywood. La gente muere. Tenemos que reconocer el peso del sacrificio que están haciendo antes de decir que siguen decididos. No se rinden.
Esta es una guerra relacionada con el concepto de democracia, que se erosiona a escala global. ¿Cuáles son las principales causas de esta tendencia?
La democracia no es algo que podamos dar por sentado. Siempre ha sido una situación excepcional. Requiere una reflexión constante. Si no reflexionamos sobre nosotros mismos, no tendremos democracia. La naturaleza de la democracia es que somos capaces de autocorregirnos. Pero si pensamos que la democracia es un proceso que sobrevive por sí solo, entonces ya nos hemos olvidado de lo que se trata.
¿Qué aspecto de ese deterioro le preocupa más?
En primer lugar, al menos en Estados Unidos, la desigualdad, que hace difícil que la gente crea que todos pertenecen a la misma sociedad y hace más difícil que haya una conversación política única. Un segundo problema son las redes sociales, que tienden a alejar a la gente del tipo de conversaciones humanas en las que se entienden las diferencias. Y el tercer problema es que en el mundo hay una coalición de actores antidemocráticos hostiles, activos y a veces bastante eficaces. Y el último problema, un poco más sutil, tiene que ver con la ética. Y aquí Ucrania es muy importante. Ellos están haciendo sacrificios por la democracia. Y creo que, si pudiéramos absorber un poco de esa lección, estaríamos en mejor forma. Creo que, en los últimos 30 años, la gente se convenció de que la democracia era un mecanismo. Y no es realmente un mecanismo. Es más un compromiso existencial cotidiano.
Esto es algo que es un poco tabú decir, pero nos estamos volviendo todos cada vez menos inteligentes.
¿Qué piensa sobre la inteligencia artificial (IA) generativa. ¿Cuál podría ser su impacto sobre la democracia?
Había muchas cosas malas en la antigua democracia griega, y hay muchas cosas ineficaces en la democracia local suiza, pero tienen en común un elemento de o humano. Porque en el momento en que te veo, reconozco que vas a tener intereses diferentes a los míos y que, de alguna manera, eres real como yo soy real. Si estamos en internet, no tengo por qué considerarte real, aunque lo seas. Y a menudo, por así decirlo, no lo eres. A menudo eres un bot o lo que sea. E internet, ya antes de la IA, nos guía de tal manera que estamos con gente que está de acuerdo con nosotros. Luego, de vez en cuando, nos dosifican con miedo, porque ese es el patrón. La IA empeora todo esto.
¿Cómo?
Un riesgo es que la IA sirva como un mal terapeuta. El tipo de terapeuta que te dice: “Tienes toda la razón”. Ya sabes, todo es culpa de tu mujer. Y esto es preocupante porque la democracia es posible gracias a una especie de suave fricción entre las personas. Tenemos que ser capaces de soportar la fricción y saber cómo hacer para que sea suave.
Pasamos mucho tiempo en línea. Perdemos la fricción real, y también perdemos la capacidad de hacerlo suavemente. El aprendizaje no es solo informativo. El aprendizaje implica un poco de incomodidad cognitiva. Toparse con cosas que nos resultan difíciles, porque aprendemos de ellas. Y la IA nos las quitará. Esto es algo que es un poco tabú decir, pero nos estamos volviendo todos cada vez menos inteligentes. Estamos a la defensiva. Si nos volviéramos más inteligentes, seríamos capaces de aceptar las críticas.
Hay críticas contra la istración de Joe Biden por presunta doble vara en Ucrania y Gaza. ¿Cree que Estados Unidos debería haber presionado más al gobierno israelí para que respondiera al ataque de Hamás de forma más cuidadosa con los civiles?
Antes de empezar a criticar a los gobiernos, tenemos que ser honestos. El conflicto en Gaza es muy diferente al de Ucrania. El conflicto en Ucrania es moralmente muy simple. Y también es militarmente mucho más sencillo porque es entre dos ejércitos. La ética del conflicto Israel-Gaza es mucho más complicada. Y la solución, a diferencia de Rusia-Ucrania, no puede ser una solución militar. Tiene que ser política. Es normal que Israel reaccione de alguna manera. No podemos olvidar lo horribles que fueron los atentados de Hamás. Pero el mayor problema para Israel es una guerra sin final. Y me preocupa que la gente que dirige Israel, permítanme decirlo suavemente, no vaya a llegar por sí sola a la conclusión de que debe haber una solución política. Esa idea tiene que venir de fuera. Creo que la política estadounidense debería ir en esa dirección.