La justicia cubana dictó sentencia, que puede ser apelada, contra los líderes opositores fundadores del Movimiento San Isidro (MSI). El artista plástico Luis Manuel Otero Alcántara fue sentenciado a cinco años de prisión y el rapero Maikel Castillo Pérez a nueve.
Oenegés y oposición denunciaron que el juicio, celebrado el 30 y 31 de mayo, fue una “farsa”, pues son condenados por su activismo político y por su defensa de la libertad de expresión , exigiendo su inmediata liberación.
Por su parte, simpatizantes gubernamentales apoyan la tesis de que los condenaron por la comisión de delitos comunes y rechazan las razones políticas.
La sentencia Tribunal Municipal Popular de Centro Habana enumera: “delitos de ultraje a los símbolos de la patria, desacato, difamación de las instituciones y organizaciones y de los héroes y mártires, atentado, resistencia y desórdenes públicos”.
El proceso no estaba ligado a las protestas antigubernamentales del año pasado, sino por unos hechos ocurridos el 4 de abril de 2021. Ese día, según la Fiscalía, Osorbo tuvo un encontronazo con unos agentes, aparentemente causado porque su acompañante no llevaba mascarilla.
Félix Roque Delgado, Juslid Justiz Lazo y Reina Sierra Duvergel fueron también condenados en el mismo juicio y por los supuestos que el tribunal considero “probados” y de “lesividad social”.
El fallo se conoce a menos de tres semanas del aniversario de las protestas del 11 de julio de 2021, que se saldaron con centenares de detenidos
Según el informe, Castillo Pérez logró zafarse, con unas esposas en la muñeca, y se marchó a la casa de Otero Alcántara y gritó desde allí consignas contra el Gobierno.
A Otero Alcántara le condenan “como autor de los delitos de ultraje a los símbolos de la patria, desacato y desórdenes públicos”.
A Castillo Pérez, por los delitos de “desacato, atentado, desórdenes públicos y difamación de las instituciones y organizaciones, héroes y mártires”.
La Fiscalía recogió hechos previos como "escritos ofensivos contra la bandera" en las redes, publicar "memes" en Facebook para "ridiculizar y desacreditar" al presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.
Organismos internacionales y distintas embajadas europeas intentaron, sin éxito, acceder a las audiencias.
Según difundieron en redes varios activistas, Castillo Pérez terminó su declaración diciendo a la magistrada: "Espero que la sentencia que decida usted, señora jueza, sea la de su conciencia".
Las organizaciones pro derechos humanos Human Rights Watch y AI han exigido que sean liberados "de inmediato y sin condiciones".
Además, el pasado 17 de junio, un total de 17 oenegés se sumaron a los llamamientos por dejar a los dos opositores en libertad.
En su nota difundida este viernes, la Fiscalía informó que el tribunal consideró probado que Otero Alcántara tenía “el ánimo expreso, sostenido en el tiempo, de ofender a la bandera nacional, mediante la publicación de fotos en redes sociales donde se le utiliza
en actos denigrantes”.
La decisión del Tribunal no es firme, por lo que los sentenciados aún pueden interponer un recurso de apelación para bien anular o reducir las condenas-
Los comentarios recogidos en el portal oficialista Cubadebate apoyan las condenas.
“Esos no son presos políticos, son delincuentes de la peor calaña. Creo que las sanciones han sido benévolas, demasiado suaves, con su actuar han intentado romper algo muy profundo dentro de este pueblo.
Ahora tienen cama y comida segura por un tiempo, empiezan a exigir derechos y en un santiamén de nuevo en la calle a dar guerra, hasta que los vecinos "los acojan en su seno".
Un observador de la realidad cubana consideró que después de todo lo mediático que fueron sus intervenciones en las redes sociales “la sentencia no ha sido tan dura como esperaba. Considerando que ya han cumplido un año y a poco que tengan buena conducta, en dos años estarán libres”.
De todas formas, la sentencia tiene mucho de aleccionadora y de aviso a navegantes.
Las autoridades nacionales trabajan para que no se repitan las protestas que se extendieron el año pasado por todo el país. Iniciaron por el descontento ante la realidad social, la dificultad para conseguir alimentos y los elevados precios y terminaron en disturbios y saqueos.
Una situación exacerbada en este momento por la inflación, los precios todavía más altos, la falta de gasolina y los apagones provocados por la rotura de varias centrales termoeléctricas.
MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO
CORRESPONSAL EL TIEMPO
LA HABANA, CUBA
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