Ann-Margret siempre ha hablado con una voz que se ubica entre un ronroneo y un arrullo. Pero en su casa en Los Ángeles, un día reciente, rompió su habitual tono diáfano con gruñidos profundos y audaces. “¡One, two, three o’clock rock!”, medio rugió y medio gritó, haciendo eco de la primera línea de “Rock Around the Clock”, el estridente éxito de 1954 de Bill Haley.
Interpretó con gruñidos “Splish Splash”, el éxito de 1958 de Bobby Darin, sólo para seguirlo con el estallido: “¡Me encanta el rock ‘n’ roll!”. Su tono era más similar a la rockera Joan Jett que a la joven Kim McAfee, el animado personaje que interpretó en “Bye Bye Birdie”, la película que la convirtió en un nombre conocido y en la figura más candente de 1963.
Ann-Margret siempre ha estado asociada con el rock ‘n’ roll, aunque de eso rara vez se habla en vista de su prolongada trayectoria como actriz y cantante de clásicos melosos. Ella coestelarizó con Elvis Presley la cinta “Viva Las Vegas”, proporcionó un complemento coqueto a un personaje inspirado cariñosamente en Presley en “Birdie”, y tuvo una relación personal con él de variada descripción.
También obtuvo un papel principal como cantante en la versión cinematográfica de Ken Russell de “Tommy” de The Who y ganó una nominación al Grammy como Mejor Artista Nuevo en 1962 después de anotarse un éxito con “I Just Don’t Understand”, una de las primeras grabaciones en presentar una guitarra con tonos fuzz. Su canción inspiró un cover de los Beatles en la BBC dos años después y, en el 2014, el grupo Spoon grabó una versión de la interpretación de ella.
Sin embargo, es apenas ahora, a los 82 años, que Ann-Margret tiene la oportunidad de afirmarse como una diosa del rock ‘n’ roll hecha y derecha —si bien con un guiño. El mes pasado lanzó “Born to Be Wild”, su primer álbum en enfocarse en clásicos del rock, incluyendo el himno al motociclismo de Steppenwolf que da título al álbum y “Rockin ‘Around the Christmas Tree”, que Elvis famosamente cantó entre movimientos de cadera.
Una gran cantidad de rockeros no dudaron en apoyarla en el proyecto, incluyendo a Pete Townshend, el creador de “Tommy”, quien cantó y tocó la guitarra en la versión de Ann-Margret de “Bye-Bye Love” de los Everly Brothers, y Joe Perry, quien introdujo solos punzantes en su versión de “Rock Around the Clock”. El álbum también presenta cameos de homólogos como Cliff Richard (de 82 años) y Pat Boone (de 88).
“Lo que ha hecho es extraordinario”, dijo Townshend, agregando una maldición enfática. “Recogió el hilo plateado que la une a la génesis misma de la historia del rock ‘n’ roll”.
Ann-Margret, que luce juvenil con su característica cabellera castaña rojiza a los hombros, ha conservado el carácter coqueto que la convirtió en una estrella. Fue su imagen original la que inspiró a Brian Perera, director de Cleopatra Records, a proponer el álbum.
“Cuando miras fotos antiguas de ella, viste chaqueta de cuero y conduce una motocicleta, por lo que la idea de que haga un disco de rock ‘n’ roll realmente encaja”, dijo. Ann-Margret aún maneja una Harley especialmente diseñada para ella en color lavanda.
Paul Shaffer, quien tocó el piano en “The Great Pretender”, insiste en que el enfoque musical de Ann-Margret es más que humor.
Comparándola con artistas jóvenes como Taylor Swift y Demi Lovato, dijo: “¿Acaso no están ellas imitando a Ann-Margret?”
JIM FARBER. THE NEW YORK TIMES
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