En una austera casa de seguridad al noroeste de Nairobi, la capital de Kenia, gente de la vecina Uganda se aferraba a los pocos objetos de valor que pudieron llevarse mientras huían de una nueva y severa legislación en su contra en su país de origen.
Un hombre gay sostenía el rosario blanco que llevaba a la iglesia todos los domingos. Una mujer transgénero llevaba consigo su vestido azul favorito. Una pareja de lesbianas sujetaba con fuerza un teléfono inteligente que contenía fotos de días más felices.
Empezaron a partir después de que el Parlamento de Uganda aprobó a fines de marzo un proyecto de ley radical contra los homosexuales que amenaza con castigos tan severos como la muerte por algunos delitos percibidos y pide cadena perpetua por tener relaciones con personas del mismo sexo.
“El Gobierno y el pueblo de Uganda están en contra de nuestra existencia”, dijo Mbajjwe Nimiro Wilson, un joven de 24 años que huyó días después de que una multitud lo acorraló mientras compraba comestibles en la capital, Kampala. “No dejaban de decirme, ‘Te cazaremos. Ustedes los homosexuales deberían ser asesinados. Te masacraremos’”.
El proyecto de ley, aprobado por 387 a 2, exige la “rehabilitación” de los hallados culpables de ser homosexuales. El Presidente Yoweri Museveni felicitó a los legisladores por su “postura firme”. “Es bueno que rechazaran la presión de los imperiales”, dijo en imágenes difundidas por la cadena pública después de que el Parlamento Europeo denunció el proyecto de ley.
La legislación sigue a una oleada de retórica anti-gay en África. En marzo, legisladores de más de una docena de países se reunieron en Uganda y prometieron aprobar sus propias medidas que, dijeron, protegerían la santidad de la familia y los niños contra “el pecado de la homosexualidad”.
Los actos entre personas del mismo sexo ya eran ilegales bajo el código penal de Uganda, pero el proyecto de ley introduce penas mucho más severas y amplía la gama de delitos percibidos. Ha atraído el apoyo de grupos cristianos y musulmanes locales, y el respaldo de algunos grupos evangélicos conservadores en Estados Unidos.
Después de que el Parlamento aprobó el proyecto de ley, docenas de personas LGBTQ comenzaron a huir a la vecina Kenia. Pero el proyecto de ley ya está inspirando a otros allí.
“Estas personas son pervertidas y prometo legislar para eliminar todos los derechos que creen que tienen”, dijo George Peter Kaluma, un legislador keniano que introdujo una legislación que criminalizaría la homosexualidad, prohibiendo que cualquiera se identifique como LGBTQ y dando al público el poder de arrestar a cualquier persona sospechosa de ser gay.
Muchos ugandeses que dijeron sentirse aliviados cuando llegaron a Kenia ya están pensando a dónde ir ahora.
Por: Abdi Latif Dahir
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