Ko Arimatsu, un astrónomo en la Universidad de Kyoto, en Japón, recibió un interesante correo electrónico hace varias semanas: un astrónomo aficionado en su País había detectado un destello brillante en la atmósfera de Júpiter.
Arimatsu, que dirige un programa de observación para estudiar el sistema solar exterior utilizando equipos astronómicos domésticos, hizo un llamado en busca de más información. Seis reportes más del destello del 28 de agosto —que, afirmó Arimatsu, es uno de los más brillantes jamás registrados en el planeta gaseoso gigante— llegaron de observadores del cielo japoneses.
Destellos como estos son causados por asteroides o cometas de los confines de nuestro sistema solar que impactan la atmósfera de Júpiter. Caracterizar estos destellos es una forma crucial de comprender la historia de nuestro sistema solar. Ofrecen “un vistazo a los procesos violentos que ocurrieron en los primeros días de nuestro sistema solar”, dijo Leigh Fletcher, científico planetario en la Universidad de Leicester, en Inglaterra. Es como “ver la evolución planetaria en acción”, añadió.
La mayoría de las colisiones con Júpiter, el quinto planeta del sistema solar, son presenciadas de manera oportunista por astrónomos aficionados. Normalmente usan una técnica que toma un video de una parte del cielo a gran velocidad de tomas.
Esas tomas contienen “un acervo de datos”, dijo Fletcher, de donde los astrónomos profesionales pueden deducir información sobre la meteorología y las tormentas de Júpiter.
De acuerdo con los análisis iniciales de Arimatsu, el destello reportado en agosto tuvo un impacto comparable con la explosión de Tunguska en Siberia en 1908, que los expertos creen fue un asteroide que destruyó 2 mil 70 kilómetros cuadrados de bosque.
Aún así, el impacto más reciente no fue lo suficientemente fuerte como para dejar un campo de escombros visible, dijo Fletcher. Los científicos estudian estos rastros para aprender cómo responden la química y la temperatura de Júpiter.
Los astrónomos se centran en Júpiter porque es grande, lo que lo hace fácil de ver y más propenso a sufrir el impacto de desechos cósmicos. Pero algunos científicos opinan que los anillos de Saturno alguna vez fueron moldeados por explosiones así, y la evidencia tentativa indica que Urano y Neptuno también fueron impactados.
“Si fuera un apostador, diría que todos nuestros planetas gigantes están siendo bombardeados por asteroides y cometas”, dijo Fletcher.
Debido a que estos eventos son captados por casualidad, son los aficionados quienes están haciendo la labor en esta línea de investigación. “No se pueden tener horas y horas, noche tras noche, en los grandes telescopios profesionales”, dijo Fletcher. “Es necesario contar con astrónomos amateur dedicados en todo el mundo para poder hacerlo”.
“Es una parte vital de la comunidad científica que a menudo pasa desapercibida”, afirmó Arimatsu.
Por: Katrina Miller
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