Hay una escena en “Oppenheimer”, la exitosa película sobre la construcción de la bomba atómica, en la que Luis Álvarez, físico de la Universidad de California, en Berkeley, lee un periódico mientras se corta el cabello. De repente, Álvarez salta de su asiento y corre calle abajo a encontrar a su colega, J. Robert Oppenheimer.
“¡Opi! ¡Opi!”, grita. “Lo han hecho. Hahn y Strassmann en Alemania. Dividieron el núcleo de uranio. Dividieron el átomo”.
La referencia es a dos químicos alemanes, Otto Hahn y Fritz Strassmann, quienes en 1939 reportaron sin saberlo sobre una demostración de fisión nuclear. El descubrimiento fue clave para el Proyecto Manhattan, el esfuerzo estadounidense ultrasecreto que Oppenheimer ayudó a liderar para desarrollar las primeras armas nucleares.
Excepto que Lise Meitner, física que desarrolló la teoría de la fisión nuclear, está ausente de la escena.
Meitner fue contemporánea de premios Nobel como Albert Einstein, Niels Bohr y Max Planck. Después de que se lanzó el segundo dispositivo atómico sobre Nagasaki en 1945, la prensa estadounidense la apodó la “madre de la bomba atómica”, asociación que ella rechazó con vehemencia.
Sólo Hahn ganó el Premio Nobel por la fisión nuclear. En su discurso de aceptación, se refirió a Meitner con un término alemán que significa asistente o empleada, según Marissa Moss, autora de un libro reciente sobre Meitner.
En 2022, Moss examinó el archivo de Meitner en la Universidad de Cambridge. Desde entonces, ha traducido cientos de cartas entre Meitner y Hahn, escritas en alemán. Todo ello desafía la percepción de que Meitner aceptó el resultado del Premio Nobel sin resentimiento.
“Es fácil decir que no lo obtuvo porque era mujer”, dijo Moss, pero también agregó que la herencia de Meitner tuvo un papel: “Este es un caso de que fue porque ella era judía”.
En 1947, Meitner le escribió a su sobrino Otto Robert Frisch, un físico judío que también contribuyó al descubrimiento de la fisión nuclear: “Sé que su actitud contribuyó a que el comité del Nobel decidiera en nuestra contra”, dijo sobre Hahn. “Pero eso es algo puramente privado que no queremos hacer público”.
Nacida en 1878 en Viena, Meitner comenzó a estudiar física en forma privada, ya que a las mujeres en Austria no se les permitió asistir a la universidad hasta 1897. En 1901, se matriculó en la Universidad de Viena; cinco años después obtuvo un doctorado en física. Se mudó a la Universidad de Berlín y comenzó a asistir a las clases impartidas por Planck, quien ganó el Premio Nobel de Física en 1918.
En Berlín conoció a Hahn, quien estaba ansioso por colaborar, ya que los físicos tendían a comprender mejor la radiactividad, la energía emitida por los núcleos atómicos inestables, que los químicos. Pero, como mujer, no se le permitía subir al laboratorio. Trabajó, sin paga, en el sótano. En 1912 se trasladaron al Instituto de Química Kaiser Wilhelm. Juntos descubrieron el elemento protactinio. Cuando los hombres del instituto fueron reclutados durante la Primera Guerra Mundial, a Meitner se le dio su propio laboratorio y el título de profesora, lo que le otorgó la capacidad de realizar su propia investigación.
Pero el antisemitismo iba en aumento y en 1933 Adolf Hitler fue nombrado canciller de Alemania. En 1938, Bohr hizo arreglos para que ella escapara. Llegó a Suecia y continuó colaborando con Hahn por correo. Él realizaba experimentos y ella interpretaba los hallazgos que él no entendía. Cuando los átomos de uranio fueron bombardeados con neutrones, el neutrón debería haber sido absorbido y un electrón liberado, creando un elemento más pesado. En cambio, Hahn encontró bario, un elemento mucho más ligero.
“Quizás puedas encontrar algún tipo de explicación fantástica”, escribió Hahn en una carta traducida por Ruth Lewin Sime, quien publicó una biografía de Meitner en 1996. “Si hay algo que puedas proponer y publicar, entonces en cierto modo aún sería una labor de los tres”.
Hahn y su colega Strassmann presentaron los resultados para su publicación en diciembre de 1938. “Quizás podría haber una serie de coincidencias inusuales que nos hayan dado indicaciones falsas”, escribieron. Meitner no fue incluida.
En Suecia, Meitner reflexionó sobre los resultados con su sobrino. Se dieron cuenta de que el uranio era extremadamente inestable y que probablemente se fracturaría al impactar con un neutrón. Esos fragmentos serían destrozados violentamente. Si una pieza fuera bario, reflexionó Meitner, la otra tendría que ser otro elemento ligero, criptón.
“Hemos leído y considerado el estudio con mucha atención”, escribió Meitner a Hahn en enero de 1939. “Quizás sea energéticamente posible que un núcleo tan pesado se rompa”.
Meitner y Frisch publicaron su interpretación teórica de los resultados de Hahn y Strassmann en la edición de febrero de 1939 de la revista Nature. Frisch y Meitner idearon experimentos para probar su hipótesis. En las semanas siguientes, publicaron dos artículos más con los resultados, que se convirtieron en la primera confirmación física de lo que Frisch denominó “fisión nuclear”.
En 1945, Hahn fue nominado al Premio Nobel de Química de 1944, un año tarde, por el descubrimiento de la fisión nuclear. Meitner y Frisch fueron nominados ese año al premio de Física. Pero sólo Hahn ganó.
Por: KATRINA MILLER
BBC-NEWS-SRC: http://www.nytsyn.com/subscribed/stories/6940034, IMPORTING DATE: 2023-10-16 19:40:06