Las imágenes de las tropas rusas retirándose de una aldea en Ucrania bajo fuego dejan pocas dudas sobre el impacto de las municiones racimo. Soldados huyendo de una constelación de al menos una docena de explosiones a su alrededor. Un vehículo blindado a toda velocidad siendo alcanzado en una cascada de erupciones simultáneas que salpicaron el terreno circundante.
Las imágenes tomadas con dron en agosto de la retirada rusa de la aldea de Urozhaine, en el sureste del País, verificadas por The New York Times, resaltan el poder de las armas. Pero su uso también apunta a un sombrío toma y daca en el conflicto de 18 meses. Al acoger las municiones racimo para seguir adelante con la contraofensiva de este verano, Ucrania y Estados Unidos se han expuesto a preocupaciones de derechos humanos sobre su amenaza a largo plazo para los civiles que activan sin querer bombas sin detonar.
Ahora, dos meses después de que Estados Unidos hizo un envío inicial de estas municiones a Ucrania para garantizar que sus tropas no se quedaran sin parque, tres funcionarios estadounidenses dijeron que la istración Biden planea enviar más.
Un funcionario dijo que las armas eran clave para ayudar a Ucrania a mantener el impulso que sus tropas ganaron recientemente en el frente sur contra las fuerzas rusas. Los tres funcionarios hablaron bajo condición de anonimato para describir pláticas internas.
La decisión del Presidente Joseph R. Biden Jr. este año de enviar las municiones a Ucrania, tras las súplicas del Presidente Volodymyr Zelensky, generó una condena generalizada.
Tanto Rusia como Ucrania utilizaron las minibombas durante la guerra de 18 meses mucho antes de que llegara el envío estadounidense a mediados de julio, pero con una distinción crucial. Rusia los ha utilizado contra un País que había invadido, donde sus fuerzas no han dudado en causar una destrucción indiscriminada, mientras que Ucrania los ha utilizado en su propio suelo, sopesando los costos para su propio pueblo.
Más de 100 países han prohibido las municiones racimo debido a sus efectos devastadores.
Algunos efectivos ucranianos dijeron que las municiones racimo suministradas por Estados Unidos han sido una poderosa adición a un abanico de armas que Occidente ha enviado para la contraofensiva y un sustituto para sus cada vez más menguantes reservas de proyectiles de artillería de 155 milímetros. “Son súper eficientes”, dijo un infante de marina ucraniano, que participó en la exitosa lucha por Urozhaine y se identificó únicamente como Serhiy. “Cuando nuestros muchachos ven cómo las usamos contra el enemigo, se animan”.
Pero otros soldados ucranianos son más mesurados y dicen que las municiones racimo se utilizan principalmente contra la infantería enemiga que está expuesta, y que son en gran medida ineficaces contra las posiciones rusas atrincheradas —líneas de trincheras y búnkeres— que son un obstáculo importante.
Los funcionarios estadounidenses han estimado que las fuerzas ucranianas estuvieron disparando recientemente hasta 8 mil rondas de artillería por día, incluyendo cientos de municiones racimo.
Esto es preocupante para quienes se oponen a que se entreguen municiones racimo a Ucrania. “Lo que hemos visto es que Ucrania está dispuesta a demostrar que las municiones racimo tienen utilidad militar”, dijo Mary Wareham, directora de defensa de la división de armas de Human Rights Watch. “Pero el hecho es que estas armas están prohibidas debido al daño infligido a los civiles”.
Pero sin ellos, dicen los líderes de Ucrania, no pueden igualar la potencia de fuego rusa. “Quiero ver esto desde una perspectiva de lo que es justo”, dijo Zelensky en julio en la cumbre anual de la OTAN en Vilnius, Lituania. “Rusia utiliza constantemente municiones racimo en nuestro territorio y sólo lucha en nuestra tierra. Están matando a nuestra gente”.
Thomas Gibbons-Neff y Marc Santora contribuyeron con reportes a este artículo.
Por: Lara Jakes y Eric Schmitt
The New York Times
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