Armados con machetes y motosierras, los arqueólogos abrieron un camino por senderos rocosos.
Por fin, llegaron a su destino en la Península de Yucatán en México: una ciudad oculta donde pirámides y palacios se alzaron sobre las multitudes hace más de mil años, con una cancha de pelota y terrazas ahora enterradas y cubiertas de maleza.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México elogió su labor recientemente, diciendo que habían descubierto una antigua ciudad maya en “una vasta área prácticamente desconocida para la arqueología”. Los arqueólogos bautizaron a las ruinas como Ocomtún, usando la palabra maya yucateca para las columnas de piedra que se encuentran en la Ciudad.
Durante al menos parte de la era clásica maya —alrededor del año 250 al 900 d.C.— el sitio estuvo bien poblado. Hoy el sitio, en el Estado de Campeche, es parte de una gran reserva ecológica con terreno traicionero.
“A menudo me preguntan por qué nadie ha ido allí y digo: ‘Bueno, probablemente es porque tienes que estar un poco loco para ir allí’”, dijo Ivan Sprajc, el arqueólogo principal del grupo. “No es una labor fácil”.
Sprajc, de 67 años, dijo que la expedición a Ocomtún tomó alrededor de un mes y medio.
Ocomtún incluye pirámides, plazas, residencias de élite y “extraños” complejos de estructuras dispuestas casi en círculos concéntricos, explicó Sprajc. “No sabemos nada sobre eso del resto de las tierras bajas mayas”.
La estructura más grande documentada en Ocomtún fue una pirámide de unos 15 metros de altura, que Sprajc dijo habría sido un templo. Esta y algunas otras estructuras se levantaban sobre una gran plataforma, elevada unos 9 metros del suelo y con lados de más de 75 metros de largo.
“Sólo por su escala y su ubicación, debe ser un sitio importante”, dijo Charles Golden, antropólogo en la Universidad de Brandeis, en Massachusetts.
También se encontraron terrazas agrícolas, que los mayas empleaban junto con hidráulica y conservación y captura de agua para poder vivir en “lo que hoy parecen áreas bastante inhóspitas”, dijo Simon Martin, antropólogo político de la Universidad de Pennsylvania que no estuvo involucrado en la labor.
Hoy el agua llega por camión. Sprajc dijo que incluso después de que su equipo había abierto unos 60 kilómetros de senderos transitables hasta Ocomtún, todavía les tomaba de 5 a 10 horas llegar al sitio debido a lo accidentado del terreno.
“En lugares como Campeche, que por un lado están bastante cerca de lugares como Cancún y sitios de mucho turismo, todavía existen estos lugares que nadie realmente ha documentado. Así que eso siempre es emocionante”, dijo Golden.
Por: ALAN YUHAS
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