NUEVA DELHI — Hace un año, India se recuperaba de una recesión provocada por el Covid-19. Había rebasado a China como el país con mayor población del mundo, y sus líderes declaraban que India era la economía de más rápido crecimiento.
Esto fue música para los oídos de inversionistas extranjeros y para el Primer Ministro de India, Narendra Modi, quien hizo alarde del inevitable ascenso de su País. India, el hogar de 1.4 mil millones de personas, podría convertirse en un caballo de batalla económico para impulsar al mundo.
No obstante, la nación ha perdido el paso.
El mercado de valores, que se disparó durante años, acaba de borrar los últimos seis meses de ganancias. Su moneda, la rupia, está cayendo rápidamente frente al dólar, lo que hace que las ganancias locales parezcan menores en el escenario mundial. La nueva clase media de India se pregunta qué salió mal.
En noviembre, estadísticas nacionales revelaron que el crecimiento anual de la economía se había desacelerado al 5.4 por ciento en el transcurso del verano. El año fiscal pasado, que abarcó de abril a marzo, registró un crecimiento del 8.2 por ciento, suficiente para duplicar el tamaño de la economía en una década. La proyección corregida para el año fiscal actual es del 6.4 por ciento.
Hace 20 años, hubo un breve periodo en el que India parecía estar lista para alcanzar un crecimiento de dos dígitos, señaló Rathin Roy, catedrático en la Escuela Kautilya de Políticas Públicas, en Hyderabad. Pero ese crecimiento dependía de que los bancos otorgaran préstamos a empresas a una tasa insostenible, explicó.
Desde que el Gobierno retiró grandes cantidades de dinero de la circulación en el 2016 en un esfuerzo por controlar el comercio clandestino, la economía nunca ha recuperado ni siquiera su ritmo del 8 por ciento, apuntó Roy.
Un efecto es innegable: los inversionistas extranjeros se están marchando.
El Gobierno de Modi ha enfocado el gasto en elementos de infraestructura, como puentes y autopistas, que se supone que persuadirían al sector privado de realizar sus propias inversiones.
El Gobierno de India le apostó fuerte a la construcción de nuevos aeropuertos, por ejemplo, pero las aerolíneas que iban a darles servicio se están retirando. Los turistas que se dirigen a destinos de playa como Sindhudurg no están comprando boletos suficientes.
Arvind Subramanian, economista en el Instituto Peterson de Economía Internacional, en Washington, atribuye la falta de demanda a la situación general del empleo.
“No se están creando puestos de trabajo, por lo que la gente no tiene ingresos”, comentó. El salario mínimo nacional es de sólo 2 dólares al día.