LONDRES — Por primera vez en años, una maestra estaba corrigiendo mi escritura.
“Más despacio”, me dijo Laura Edralin, profesora de caligrafía en Londres, caminando alrededor de una mesa de principiantes y explicando cómo lograr trazos uniformes y fluidos.
Como reportera de noticias de última hora para The New York Times, no estoy acostumbrada a que me digan que reduzca la velocidad, ni tampoco a escribir a mano. Pero la naturaleza deliberada de la práctica es gran parte de su atractivo —uno que va en aumento. Con tanta fatiga digital, escribir elegantemente con lápiz y papel puede ser un placer.
La caligrafía está experimentando un auge de interés, incluso entre los jóvenes más familiarizados con la codificación que con la letra cursiva.
Un aumento en las publicaciones relacionadas con la caligrafía en las redes sociales y la popularidad de las clases en línea pueden haber ayudado a impulsar la tendencia. En TikTok, donde los s pueden encontrar videos instructivos o ver clips de calígrafos experimentados realizando su oficio, 63 por ciento más publicaciones utilizaron #calligraphy en abril del 2024 que en abril del 2023, reporta TikTok. Y en Instagram, los influencers en caligrafía más destacados, como Nhuan Dao en Hanoi, Vietnam, y Paola Gallegos en Cuzco, Perú, tienen 2 millones o más seguidores cada uno (en TikTok, Gallegos tiene 9 millones).
La caligrafía data de antes del siglo 1 d.C., dijo Chia-Ling Yang, profesora de historia del arte chino en la Universidad de Edimburgo. Para el siglo 10, las buenas pinceladas se conocían en China como un indicio de buen carácter.
En Europa, la introducción de la imprenta a mediados del siglo 15 allanó el camino para una distinción entre escritura a mano y escrituras más estilizadas. La caligrafía en Europa se desvaneció en el siglo 19 con la llegada de la máquina de escribir, pero siguió usándose para documentos oficiales y fines académicos. “Lo que es igual en todas las prácticas de caligrafía, no importa el idioma, es la belleza del trazo confiado”, dijo Rajiv Surendra, calígrafo y actor.
Parte del atractivo de la caligrafía es su accesibilidad: cualquiera con pluma y papel puede probarla.
Algunos estudios sugieren que trabajar con las manos —escribiendo, tejiendo o dibujando— puede mejorar la cognición y el estado de ánimo, y un estudio publicado este año en Noruega halló que escribir a mano era beneficioso para el aprendizaje y activaba más el cerebro que escribir a máquina. Algunas escuelas en EU han reintroducido la escritura cursiva (considerada obsoleta en la era digital) a sus planes de estudio, considerándola importante para el desarrollo intelectual.
Aun así, Ravi Jain, que asistió a la clase de caligrafía en Londres, dijo que la belleza de la caligrafía supera lo que cualquier letra generada por computadora podría lograr. “Nada reemplazará la cantidad de amor, paciencia y tiempo que involucra crear algo a mano”, dijo Jain, de 27 años, analista de datos. “Sé que las tarjetas que doy duran mucho más que un mensaje de texto”.