Señor director:
Cuando creíamos que en el triste desorden que vive nuestro país ya lo habíamos visto todo, nos encontramos que en las cámaras legislativas algunos padres de la patria, que son los llamados a dar el buen ejemplo, en días pasados decidieron expulsar a los policías que se encontraban en los recintos. Olvidaron nuestros brillantes legisladores que los agentes del orden no están allí en calidad de observadores de su gestión, solo los protegen.
Lo ocurrido en los recintos de la Cámara y el Senado fue un muy mal ejemplo para los colombianos. Por ello no nos debe sorprender lo que está pasando en las ciudades donde se ha querido estigmatizar el actuar policial. Con alguna frecuencia son agredidos salvajemente, y su respuesta, en casos aislados, puede terminar en un exceso de fuerza, la cual canalizan muy bien quienes dirigen a los vándalos para avergonzar al país.
Mario Patino Morris
Mujeres académicas
Señor director:
Celebramos los 150 años de la Academia Colombiana de la Lengua (10 de mayo, 1871-2021), fundada por los filólogos Miguel Antonio Caro, Rufino José Cuervo y un grupo de intelectuales y lingüistas que la historia no registra, en Bogotá. La primera en América. Llama la atención que nadie enaltece a las mujeres académicas pioneras, como de número de la Academia. Dora Castellanos, bogotana, con 100 años, fue la primera mujer en ocupar la silla Ñ. Elisa Mújica (+), bumanguesa, la silla Y. Maruja Vieira, manizalita, 98 años, por nombrar algunas.
Estas mujeres han sido verdaderas maestras porque han trasegado por la literatura, la poesía, el periodismo, la docencia, la diplomacia e infinidad de disciplinas que la literatura abarca y desarrolla. Por eso hay que honrarlas hoy y siempre, porque abrieron la senda femenina como académicas de número y correspondientes en el máximo recinto de la palabra en Colombia, la Academia de la Lengua.
Helena Manrique Romero
La Colombia desconocida
Señor director:
El encierro de esta pandemia me ha permitido ver en televisión la Colombia que no conozco: la inmensidad y los atardeceres con luna roja de los Llanos Orientales, el bello paisaje del Eje Cafetero con pueblos como Salento y Circasia, el cañón del Chicamocha y las casas coloniales de Mompós, a una de las cuales, a su casa natal, Miguel Faciolince le dedicó esto: “Casa grande, casa vieja, te calientan otros sueños, mas nunca serás ajena, pues me encuentro metido hasta en las piedras dormidas de tus cimientos”.
Tomás Ochoa Andrade
La Copa América, mejor en EE. UU.
Señor director:
Es increíble que la Copa América haya terminado siendo una de las víctimas principales del covid-19 y hasta de la violencia. Después de peleársela todos los países, ahora casi que nadie la quiere o la puede hacer. En Brasil, la última puerta a la que tocaron los de la Conmebol, un gran sector también la rechaza. Es difícil por el alto contagio y por la falta de tribunas llenas. ¿No sería mejor en EE. UU., donde un mayor número de personas están vacunadas?
Dagoberto Castaño Paredes
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