SEÑOR DIRECTOR:
EL TIEMPO (19/3/2023) se refiere a los dilemas en las reformas laboral y pensional, como lo han hecho los demás periódicos, con la opinión de personajes de diferentes partidos, periodistas, centrales obreras, asociaciones de productores, universidades, entre otros.
Lo paradójico es que mientras eso ocurre en Colombia... “Arde París”, como se refirieron algunos diarios, sobre el mismo tema de la reforma pensional, pues el presidente Macron subió la edad de pensión y no a través del Parlamento, ni concertada. Ahora, como dijo el autor de La perrilla, “en más de una ocasión sale lo que no se espera”. Va a tocar que Macron venga a Colombia a analizar los procesos de concertación que se están dando. Esto con los diferentes entes citados.
Con el problema de los cultivos ilícitos también está ocurriendo algo paradójico. Incrementada la oferta, por nuevas normas sobre erradicación, bajó el precio, lo cual ha facilitado la sustitución en el Cauca por el café. Este fenómeno también se dio en el Vichada, donde fue sustituida por cacao, y en el Tolima, donde fue reemplazada por caucho. Lo conveniente es que los procesos de concertación se sigan dando sin necesidad de que arda Colombia.
Fidel Vanegas Cantor
¿Reglamentar lo ilegal?
SEÑOR DIRECTOR:
El sábado 18 de marzo, EL TIEMPO publicó la noticia de la reglamentación para la circulación de ciclomotores por parte de la Alcaldía de Bogotá. No se entiende cómo van a establecer condiciones y requisitos de circulación a vehículos que están prohibidos, tal y como lo señala la nota mencionada. En efecto, el decreto 035 del 2009 y la Ley 1972 de 2021 prohíben el uso y la circulación de vehículos que utilicen motores hechizos y de dos tiempos.
Entonces, ¿por qué su reglamentación? Los bogotanos soportamos el ruido intenso que producen y percibimos los gases contaminantes que generan. La Alcaldía Mayor debe prohibirlos, no reglamentarlos, en beneficio de la ciudad y sus habitantes. La desidia istrativa no puede traducirse en validar lo ilegal. Estos vehículos, además, no cumplen reglamentación de tránsito alguna y atentan contra el ciudadano y el medioambiente.
Eduardo Acosta Peñaloza
En defensa de la Fuerza Pública
SEÑOR DIRECTOR:
Este diario (21/3/2023), en la columna de José Manuel Acevedo, refleja fielmente el sentimiento de la mayoría de los colombianos que confían, iran y respetan a la Fuerza Pública, especialmente en estos momentos de incertidumbre, cuando se ven decepcionantes escenas de irrespeto a la legítima autoridad por parte de comunidades que desconocen su noble misión institucional.
Los soldados y policías de Colombia están cumpliendo con abnegación y sacrificio la noble misión constitucional de defender y proteger valientemente, sin distingos, a toda la sociedad, aun aquella que injustificadamente los vitupera y repudia. En consecuencia, el llamado del periodista a apoyar y fortalecer solidariamente a nuestros héroes de la patria, orgullo de la nación, cobra significativa vigencia y actualidad.
Fernando González Muñoz
Brigadier general (R. A.)