SEÑOR DIRECTOR:
En el Plan de Desarrollo de Bogotá está el propósito de ordenar a los vendedores ambulantes. Es una tarea interesante, necesaria y de muy difícil implementación. Pero hay que trabajar en ella. Los vendedores ambulantes, los del rebusque, son por miles. Y no se puede negar que en muchas ocasiones obstaculizan el tránsito de los demás ciudadanos, pero ellos necesitan subsistir. Hay que ordenarlos, darles espacios, capacitarlos. Eso sería lo primero.
Pero también hay normas y derechos. Por ejemplo, nadie debe instalarse sobre los puentes peatonales, pues por algunos de ellos es difícil caminar. Lo mismo en las salidas de algunas estaciones, o en calles donde invaden un carril completo. Otra cosa es la explotación de menores. Algunos van con niños de pocos años. ¿Qué vida es esa para ellos? Insisto, no es perseguir, es organizarlos, ubicarlos. Qué tal los fines de semana unas calles dedicadas para ellos en varias localidades, donde expongan su comercio y luego se dejen limpias y transitables. ¿Qué tal partes para los cantantes? Algo por ese lado. Y ojalá vengan muchas propuestas más.
José Francisco Piñeres
SEÑOR DIRECTOR:
Me refiero a la entrevista publicada el martes pasado, en la que la senadora Paloma Valencia menciona que es muy importante el hecho de que se haya incluido en el proyecto de ley lo relacionado con la evaluación de los maestros, desconociendo que ese aspecto no solo está en la Ley 115, sino que hace parte de la Constitución Política. Si se quiere mejorar en lo relacionado con la profesión docente, se debe más bien insistir en procesos de formación permanente garantizada por el Estado, en la que se tengan en cuenta las verdaderas necesidades no solo del maestro, sino de la escuela en general. Además de procesos de investigación desde dentro de la escuela y no desde organismos externos, que muchas veces desconocen lo que sucede en el interior de esta. Supeditar la evaluación del maestro a pruebas externas es peligroso, pues los maestros se verían obligados a solo preparar a los estudiantes para dichas pruebas, dejando de lado los procesos formativos del alumnado.
Profesor Henry Sarabia Angarita
SEÑOR DIRECTOR:
EL TIEMPO (7-6-2024) se refiere a las muertes por siniestros viales que son fácilmente evitables. Citan las estrategias que han emprendido para evitar estas muertes: 1) Control de velocidad. Pero se deben hacer más drásticas, con multas, reductores en las vías. 2) Acciones pedagógicas, campañas educativas y señalización vial. 3) Avanzar en los estudios para hacer obligatorio el límite de los 50 km/h. Hemos sugerido por este espacio una propuesta que es efectiva: para bajar el número de muertes por año de motociclistas, que en 2023 fueron 242, se debe delimitar un espacio, 50 metros después del paso peatonal, para que paren las motos y luego sí los automotores. Al cambiar el semáforo parten primero las motos, y luego, los automotores, evitando la mezcla peligrosa de vehículos. Para esto se pueden emplear muchachos, como en la alcaldía de Mockus, lo cual fue muy efectivo.
Fidel Vanegas Cantor