SEÑOR DIRECTOR:
Los datos del artículo del sábado pasado en este diario sobre la siniestralidad en las vías, en el que se resalta el hecho de que más del 50 % de las muertes corresponden a niños y adolescentes, y además se recalca que muchos de ellos iban conduciendo una moto, deben preocuparnos a la sociedad en general. Le genera a uno mucha tristeza pensar que ahora a la cantidad de niños que mueren por desnutrición, por hambre, por problemas de salud o por violencia intrafamiliar, le sumamos otra causa como esta.
Es hora de que la familia, la escuela y la sociedad nos preocupemos por hablar de las consecuencias que trae ese tipo de conductas; un padre no puede permitir que un menor manipule un vehículo de tanta peligrosidad como lo son las motos. Desde la escuela es bueno retomar lo que se promulgó en 2021, cuando se planteó la necesidad de abordar la educación vial para niños, desde donde se pueden tratar experiencias relacionadas con el aprendizaje para la vida. El Ministerio, a su vez, debería realizar una evaluación sobre los resultados de dichos lineamientos.
Profesor Henry Sarabia Angarita
SEÑOR DIRECTOR:
Es increíble que las últimas tres istraciones públicas de Bogotá no se hubiesen interesado por revivir el famoso septimazo, paseo que era todo un deleite cultural y recreativo. Dejaron que se volviera otro ‘cartucho’ el trayecto de la 26 a la plaza de Bolívar. Qué falta de sentido de pertenencia con Bogotá, asunto grave que en otros sectores sucede. Sobre el parque Nacional, es increíble su vuelco. Y ahora el Renacimiento, si no actúan las autoridades lo van a dejar degradar.
Se tiene fe en la Secretaría de Integración Social y en Lucía Bastidas respecto a la cara bonita que debe tener la calle Real, que hoy está en franco deterioro social y afecta la calidad de vida de vecinos, visitantes, servidores públicos y privados, comerciantes formalizados. Sin olvidar que es la entrada a todo un memorable y fastuoso centro histórico de Colombia.
Rogelio Vallejo Obando
Bogotá
SEÑOR DIRECTOR:
El llamado de EL TIEMPO, en su edición del 1-8-2024, sobre el ‘atornillamiento’ del mandatario venezolano y de sus áulicos (Cabello, Padrino y Rodríguez), es una demostración de que la gran mayoría de los países de Latinoamérica, de la ONU y de la Otán no producen milagros y que esos grupos de naciones no tienen justificación de su existencia, pues cualquier mandatario de aquellos países que no respeta los derechos humanos se ‘atornilla’ en el poder.
Ahora, ante esa burla ¿qué pensarán hacer Lula y Petro? ¿Lo reconocerán como presidente? ¿Aceptarán que no hubo el gigantesco fraude? ¿Qué ejemplo para las elecciones de 2026 aquí? ¿Cómo podrán hacer política los aspirantes cuando el 60 por ciento de los municipios están en poder de los grupos armados? ¿Dónde están los directores y jefes de los partidos que manifiesten, a través del Congreso, que el país no está de acuerdo con la dictadura venezolana? ¿Ellos serán capaces de ir a las presidenciales unidos con un solo candidato?
David Guillermo Puyana Silva