Señor Director:
Algunos propietarios de comercios y negocios en el país aseguran que por el paro, las manifestaciones, los bloqueos de importantes vías y hasta por el vandalismo se está presentando un aumento de los precios de alimentos.
Pero el ciudadano corriente es el que resulta afectado por esos reajustes, y las autoridades no hacen absolutamente nada. ¿No puede haber un control de precios?
El aumento más notorio es con el precio de los huevos, de la carne de gallina y en la mayoría de las frutas. Además, se han conocido reajustes moderados, que afectan la economía de los hogares, en los precios de algunas verduras y en alimentos del campo.
El caso más descarado de reajustes desmedidos e incontrolables de precios se conoció en la ciudad de Medellín: la cubeta de huevos, con 30 unidades, se ha estado vendiendo a 30.000 pesos, y la unidad, a 1.000. Esto es insólito.
Los colombianos quedamos a la espera del informe del Dane sobre el índice de precios al consumidor o costo de vida correspondiente al mes de julio.
Jorge E. Giraldo Acevedo
Señor Director:
Difícilmente se puede aceptar que una sociedad progrese sin contar con sus jóvenes. Siempre se ha aceptado que ellos son el futuro, o que sin ellos no hay futuro para el país. Ahora vemos el enfrentamiento Estado vs. jóvenes. Triste perspectiva para nuestra sociedad. ¿Qué es lo que ha fallado? ¿Dónde se encuentra el origen de este nuevo drama? En la familia, la sociedad, el colegio, la universidad, el Estado. Debemos tratar de remar en la misma dirección, aun desde orillas opuestas.
Es urgente encontrar vías de entendimiento que no sean las de las armas empuñadas. El primer paso podría darse en el sentido de evitar el relevo generacional para dar vida al empalme de generaciones. Tanto entre los ‘viejos’ como entre los ‘jóvenes’ podremos encontrar perspectivas de solución. Todos podemos aportar si dejamos de lado los prejuicios que nos alejan y que difícilmente unen una sociedad. Ojalá el Estado no abandone a la juventud de Colombia a su suerte.
Jorge Agustín Reyes Pulido
Tunja
Señor Director:
En EL TIEMPO de 15-7-2021, el representante de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, sustenta la erradicación voluntaria y concertada porque con ella la resiembra es del 1 %. En tanto que con la forzada, la resiembra es del 40 %. Ah, y otro dato, que no se cita: la forzada vale 40 millones de pesos por hectárea, pues se requiere la fumigación con venenos (glifosato) que afectan el medio- ambiente.
Dice que con la erradicación integral se han reincorporado el 50 % de los excombatientes. Qué mejor que con la sustitución de los ilícitos los mismos campesinos se sientan beneficiados con productos para su seguridad alimentaria. En estos momentos se habla de que el valor de los huevos y el pollo va en aumento, dado que los concentrados avícolas son importados.
Lo conveniente es retomar nuestra soberanía productiva de años pasados. Colombia se puede autoabastecer y convertirse en exportador de productos ‘agricultura limpia’. Tiene todas las posibilidades para lograrlo.
Fidel Vanegas Cantor
FORO DEL LECTOR
EL TIEMPO
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