Un buen regalo de Navidad para los pensionados

Una de las buenas iniciativas con alto sentido social y alcances redistributivos que se ha tramitado en el Congreso Nacional ha sido la que reduce el monto del descuento de la cotización de salud de los pensionados del doce al cuatro por ciento, la cual ha tenido, paradójicamente, un trámite tortuoso debido a la indolencia de quienes manejan las finanzas públicas, dado que no tienen inconvenientes en asignar masivamente los recursos públicos para otros usos proclives a la corrupción, mientras que para esta justa causa oponen toda clase de obstáculos que, como veremos a continuación, lindan con la falacia.

En efecto, en un magnífico video muy didáctico y explicativo, el senador Alexander López ha dado un informe, que ha circulado ampliamente por las redes sociales, sobre el estado del arte de la decisión tomada por la comisión de conciliación de tres senadores y dos representantes que, por unanimidad, rechazó las objeciones presidenciales a este proyecto de ley, las cuales se resumen en los siguientes puntos:

1. Vicios de trámite que, según la comisión, no existen, pues solo en el Senado fueron 64 votos a favor y ninguno en contra.

2. El Gobierno sostuvo que como es un tributo requería de su aval previo, pero aquí no se trata ni de tributos ni de impuestos.

3. Además, el senador López expresó que esta iniciativa no solo tenía uno, sino cuatro avales, y mostró tres videos del presidente en los cuales públicamente se comprometió a sacar adelante esta “justa aspiración de los pensionados”, y uno del ministro de Hacienda quien, en la discusión de la última reforma tributaria, dijo que no se incluyera ese tema en la ley en curso y que él se comprometía a darle su apoyo en un proyecto aparte.

4. Que el proyecto afecta la solidaridad y el derecho a la salud de los demás pensionados, a lo cual la comisión ripostó que cubre a todos los pensionados, por lo tanto, nadie queda excluido. Pero además, la comisión recordó que la corrupción calculada tanto por el Gobierno como por los organismos de control, en el sector salud, es del orden de los cinco billones, por lo cual era una vergüenza que se esgrimiera la escasez de recursos para negar un derecho fundamental de personas de la tercera edad, mientras se tolerara semejante vena rota.

5. Otra de las objeciones esgrimidas por el Gobierno fue la de sostenibilidad fiscal, pero esta no aplica para las pensiones, sino para las exenciones, las cuales por cierto son muy cuantiosas para sectores privilegiados que no las requieren.

6. Finalmente, el Gobierno aludió al costo retroactivo de esta iniciativa, extraño argumento cuando se sabe que este proyecto solo tendrá efectos fiscales hacia el futuro una vez entre en vigor.

Al respecto, quiero citar un aparte de una columna anterior, ‘La salud de los pensionados’, que refuerza los argumentos atrás expresados: “Pero si de recursos fiscales se trata hay que anotar que, por estos días, hay mucho ruido mediático con las campañas anticorrupción y se han actualizado las cifras de su cuantía, es decir lo que nos roban los corruptos. Esos cálculos dicen que los costos de la corrupción, en Colombia, son del orden de entre 40 y 60 billones y el ministro Cárdenas declaró en un evento reciente que esa cifra se aproximaba a los 60 billones. Entonces, lo que habría que plantear no es “reducir la corrupción a sus justas proporciones” como dijera un conocido expresidente, sino que con solo un mordisco del diez por ciento a lo que manejan los corruptos bastaría para atender el costo fiscal que tanto alarma al Gobierno sobre la reducción del gasto en salud para todos los pensionados del 12 al 4 por ciento. Por ejemplo, que tal que una vena rota como es el programa de alimentación escolar se contratara directamente con los padres de familia de cada colegio, de seguro que los niños estarían mejor alimentados y las arcas fiscales más sanas, y ese es solo uno de los frentes emblemáticos de la corrupción”.

El informe de la comisión de conciliación pasa ahora a la consideración de la Cámara de Representantes en donde se espera no tenga tropiezos, por lo que aspiro a que cuando esta columna aparezca ese buen regalo de aguinaldo para los pensionados se haya materializado.

AMADEO RODRÍGUEZ

* Economista consultor