Todos los colombianos, (podríamos asegurarlo) petristas y no petristas, queremos que el país marche bien y que el presidente enrumbe a Colombia por buenos caminos. Suena lógico. Si el piloto del avión hace bien las cosas los pasajeros llegaremos a buen puerto. Magnífica la propuesta de Petro en Davos al pedir a las potencias que nos condonen la deuda externa por acciones en pro de la salud del planeta. Magnífica idea, como también la declaración que hizo en otra asamblea de su promesa indeclinable para luchar en defensa de la selva amazónica. La primera propuesta no depende de nosotros, pero la segunda sí. Entre las cifras con las que nos bombardean, casi a diario, sobre el número de hectáreas que se destruyen en la Amazonía y que ya no nos llaman la atención, pues parece que nos hemos anestesiado, hay una verdaderamente terrible y que debería ponernos a todos los colombianos en pie de guerra, en favor del ecosistema: cada cinco segundo se destruye un área de selva tan grande como una cancha de fútbol. CADA CINCO SEGUNDOS.
Petro, llevado de su encomiable afán de lograr la paz de Colombia se mete en la “paz” de otros países. Declaró solemnemente que no se pronuncia a favor ni de Rusia ni de Ucrania porque quiere la paz. Una vez más lo traicionó su ideología. Señor Presidente, con esa declaración usted no representa al país ni a millones de Colombianos que apoyamos a Ucrania. No diga tonterías, no hay paz si no hay respeto a la soberanía de otros países y a sus pueblos. Rusia es un invasor, buscó la guerra, ha propiciado muerte y horrores de lado y lado y ha puesto a todo el planeta en nerviosismo, por una posible guerra nuclear. Rusia no quiere la paz, inició la guerra. Confiese simplemente que usted apoya a Rusia.
Ha sido política de Colombia la no intervención en asuntos de otros países. Petro criticó a su antecesor por entrometerse en problemas de sus vecinos en vez de solucionar los problemas propios. Una vez más ha debido “tragarse” sus palabras. Ahora Petro opina sobre políticas y situaciones de países vecinos, alguno de los cuales le ha pedido respeto y no meterse en lo que no debe. De nuevo su ideología lo lleva a declaraciones indebidas. Como muchos esperamos que Petro solucione los problemas del país, no le reprochamos como sí lo hicimos con Duque, la cantidad de líderes ambientales y sociales que han sido asesinados y siguen cayendo víctimas de la intolerancia.
Petro criticó a su antecesor por entrometerse en problemas de sus vecinos en vez de solucionar los problemas propios. Una vez más ha debido “tragarse” sus palabras.
Yo personalmente no entiendo a los presidentes, de derecha y de izquierda, que apoyan pública y cerradamente a colegas de otros países cuando están en problemas, sin conocer realmente cuáles son las causas verdaderas de los mismos. Simplemente por apoyar a colegas ideológicos en situaciones difíciles. Me dirán que no entiendo mucho de política, y puede ser cierto; no entiendo mucho de política, entiendo sí mucho de honestidad, de coherencia y de pudor.
Valoro mucho el interés de Petro por dar tierra a quienes no la tienen y quieren trabajarla.
Pero ello el país quedó estupefacto cuando vio que en el Cauca y en el Valle invadían tierras bien aprovechadas agrícolamente y pertenecientes a legítimos dueños y Petro que se pronunció tantas veces en campaña a favor de los indígenas y los afros, callaba y pasaron muchos días hasta que al fin hubo respuesta desde el Gobierno para el tremendo problema social creado porque los trabajadores afros de las fincas se armaron y hubo enfrentamientos entre ellos y los indígenas invasores. Presidente, actúe correctamente y lo apoyaremos jubilosos.
ANDRÉS HURTADO GARCÍA