‘El olvido que seremos’, de Héctor Abad, encierra una paradoja: poner el pasado en el futuro, alrededor del asesinato de su padre, con los frutos e implicaciones psicoanalíticas de poner al frente y de modo público su libreto personal. El director del filme, Fernando Trueba, concibió su narración en dos partes, la familia y el vil asesinato. La primera es la más lograda, conmovedora estampa de una familia herida por un destino delirante y cruel. Con este filme, justo, me reinicio en el cine luego del encierro.
Marianna Piotrowska merece de nuevo nuestro aplauso, esta vez su ingenio como directora del Festival Internacional de Música Sacra nos llevó a conciertos a las mismas iglesias por ciudades con el mejor tema posible: el amor. Ahí estuvo en la basílica Señor de los Milagros, Buga, o Señora de Las Lajas, en Pasto; Mompox, Catedral de Sal de Zipaquirá o en Chiquinquirá.
El 13 de octubre, un grupo de comensales fuimos a una reunión en familia y se nos pidió entrar a un cuarto y cerrar los ojos al frente de una mesa, para que sintiéramos olores nacionales; sentimos infinitos manjares de nuestras culturas locales que Mariana Velásquez recogió en su detallado libro ‘Colombiana’, sabores de esta compleja Colombia con una de las mayores diversidades geográficas y culturales del mundo.
El pódcast, mensaje de audio, editado y distribuido por medios de bajo costo, se notó vigoroso en 2021. He seleccionado uno de María Wills (directora de Arte del Banco de la República) por su claridad y pertenencia con el momento que vivimos: los migrantes, que se fueron de sus regiones o del país y hoy muestran una obra de méritos, todos jóvenes y punzantes en sus creaciones: Óscar Murillo (actualmente en Museo de la Unal), Julieth Morales (indígena misak), Carolina Caicedo (en los Ángeles, EE. UU.), Elsim Quiñones. Varios de ellos con obra de tatuajes que ha de conectar con sus tradiciones en tejidos.
La buena imagen viene del filme que batió récords de visitas y entusiasmos nacionales, ‘Encanto’ (Disney); al igual que todos los eventos citados, se basa en algo que me apresuro a dar como tendencia mundial posencierro: no es lo global sino la extrema localidad lo que nos mueve: la familia, la región, el pueblo, el barrio, la comida sana en cosecha.
Y para cerrar este meme-grafiti-suvenir dedicado a Bogotá, cada vez más hueco peligroso que nos impide salir como desearíamos:
–¿Qué hacemos con este hueco, alcaldesa?
–¡Píntelo de verde, mi hermano!
ARMANDO SILVA