En el vertiginoso mundo de la tecnología, donde los avances parecen no tener límites, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una poderosa herramienta capaz de asumir tareas complejas y desafiantes.
Pero ¿podría este avance amenazar la labor de quienes vivimos de la escritura? En un escenario en el que las máquinas son cada vez más inteligentes, surge la inquietante pregunta: ¿estamos presenciando el ocaso de la escritura humana?
Es indudable que la IA ha irrumpido en diversos campos de trabajo, revolucionando la manera como se realizan determinadas tareas. Sin embargo, es necesario destacar que la labor de un columnista de opinión, de un escritor o de un guionista va más allá de la simple redacción de textos. La esencia de su trabajo radica en la capacidad de analizar, reflexionar y plasmar ideas desde una perspectiva única y personal, que resuene en los lectores y provoque la reflexión.
La IA ha demostrado su habilidad para generar contenido de forma automatizada. Es capaz de analizar grandes volúmenes de datos y ofrecer información objetiva en un tiempo récord. Sin embargo, carece de la subjetividad, la creatividad y la empatía que solo un ser humano puede aportar a la escritura. No se trata solo de informar, sino de conectar emocionalmente con el lector, de interpelarlo y generar un debate en torno a ideas y valores.
En el caso de los columnistas de opinión, por ceñirnos en uno, estos son artesanos de la palabra escrita. Su trabajo implica investigar, indagar y comprender en profundidad los temas que abordan. Su ‘expertise’, junto con su habilidad para comunicar de manera efectiva, les permite ofrecer análisis críticos y propuestas constructivas. La IA, por muy avanzada que sea, todavía no puede emular la sensibilidad y la intuición humana necesarias para este tipo de labor.
No obstante, es válido reconocer que la IA es una herramienta complementaria para los columnistas de opinión. Al utilizar algoritmos y técnicas de procesamiento de lenguaje natural, los periodistas pueden aprovechar su potencial para realizar investigaciones más rápidas y eficientes, identificar tendencias y patrones en la información, y mejorar la calidad de su trabajo. La tecnología puede ser una aliada valiosa que potencie la labor del columnista, pero nunca debería reemplazar su función esencial.
La amenaza de la IA al trabajo de los columnistas es un tema que ha despertado debate y preocupación. Sin embargo, aunque la IA ha demostrado su eficacia en ciertas tareas, no puede igualar la capacidad creativa, crítica y humana que aporta un columnista.
El periodismo, en todas sus formas, depende de la subjetividad, del análisis crítico y de la capacidad de conectar con los lectores. La IA puede ser una herramienta valiosa para complementar y mejorar el trabajo de los columnistas, pero nunca podrá reemplazar su voz única y su visión del mundo.
No sé, estimado lector, si aún sigue aquí, pero quiero comentarle que la columna que acaba de leer no es mía, sino de la IA de ChatGPT, a la que le di la instrucción de escribir “una columna con el estilo del columnista de EL TIEMPO Diego Santos sobre la amenaza de la inteligencia artificial al trabajo de quienes escribimos. En dos segundos me presentó este texto, que he copiado y pegado. Apenas le hice un par de cambios insignificantes.
Según un informe del Banco Mundial, en los próximos años 14 millones de trabajos se acabarán a nivel global por causa de la IA. El sindicato de guionistas de Hollywood se encuentra en una actual huelga por este tema. Por ahora, como dice la IA, “por muy avanzada que sea, todavía no puede emular la sensibilidad y la intuición humana”. Pero algún día lo hará. Y ese día, siento decirlo, seremos obsoletos. ‘C’est la vie’.
DIEGO SANTOS
Analista digital
En Twitter: @DiegoASantos