En el 2021 se presentaron 7 billones de ataques cibernéticos en Colombia, y del 2020 al 2021 la violación de datos personales ha crecido un 123 %, con 5,734 delitos, según estudio de la CCIT. Esto ilustra claramente el aumento de los delitos digitales y el riesgo que se corre al no tomar las medidas adecuadas.
Muchas empresas creen que inyectar dinero a soluciones digitales las va a asegurar y curar de esta enfermedad tan de moda, de la que se enriquecen los delincuentes digitales de sombrero negro. No voy a decir que esto no ayuda mucho. Sí lo hace, pero en la cadena de la seguridad informática el eslabón más débil es el ser humano, y seguramente muchas empresas no han tomado las medidas para prevenir que sea usado por los ‘hackers’ de ‘black hat’ para penetrar sus redes y sacar información o dinero de sus servidores.
Las personas que no tengan conciencia de que ellas son el eslabón más débil van a sufrir las consecuencias de ser hackeadas, y sus datos personales robados para suplantar su identidad y sacar préstamos, celulares u otras cosas a su nombre.
Las empresas deben ofrecer conferencias a sus empleados para demostrar qué actividades o qué uso del computador de la oficina puede ser utilizado para penetrar la empresa. Por ejemplo, colocar una memoria USB sin antes haberla vacunado es de alto riesgo, al navegar por sitios de pornografía es casi seguro permitir que los accedan; no asegurar sus claves para entrar a la red es otra falla, no se deben compartir ni entre empleados mismos. Yo he escuchado cuando una cajera le dice a la jefa que le dé la clave para reversar una factura, y se la da en voz alta. ¡Gran error!
La ingeniería social, que es manipular a las personas para hackearlas a ellas o a la empresa, es muy usada. Las empresas pueden hacer pruebas como disfrazar a alguien con el uniforme de una entidad del Estado y que llega a hacer una revisión y así poder ver la seguridad que se tiene, a ver si se le pide el carné o se llama a verificar, pues dejarla entrar es permitirle que le instale una USB a un computador para que cuando se conecten a la red, el ‘hacker’ pueda ver lo que teclea y se apropia del código de y la clave para entrar a la red.
Hay que fortalecer este eslabón de seguridad. Hay que estimular la conciencia de que la seguridad depende de las personas, y que deben tomar las medidas correctas para el manejo de sus equipos y su información.
GUILLERMO SANTOS CALDERÓN