La decisión de declarar que el a internet sea un servicio público y esencial es muy buena, leyéndola en los papeles que contienen las especificaciones de la ley que obliga a esto. Se convierte a internet en algo que está regulado, igual que el agua, la luz y el gas. El ser servicio público esencial implica que los empleados de los operadores no pueden parar ni entrar en huelga.
Ahora, leyendo los beneficios que esto traerá para los colombianos, que son de aplaudir, surge la duda de cómo se va a garantizar el desde los sitios remotos donde aún no hay antenas para prestarlo. En la ley se describen beneficios tributarios para aquellos que penetren esas zonas con sus servicios, exenciones como la del pago de la contribución por 5 años a la CRC y de la contraprestación periódica a favor del Fondo Único del as TIC.
Hay temas que tecnológicamente pueden ser un poco complicados de implementar, como la navegación sin costo por portales como el de los ministerios de Educación y las TIC, entre otros. Y ¿qué quiere decir ‘sin costo’? Es obvio que para acceder a esos portales no hay que pagar nada, lo que hace que se piense que ‘sin costo’ es que se pueden acceder sin tener contratado ningún plan de internet con un operador. Hay que establecer qué significa ‘sin costo’ a los operadores para que estos puedan cambiar sus sistemas y ejecutar esto como se quiere, lo que requiere tiempo.
La implementación de esta nueva ley se debería hacer de forma rápida y clara de entender, porque seguramente los que más van a acceder a sitios web sin costo son personas de zonas remotas sin mucha experiencia en el uso de esta herramienta.
Hay que felicitar al representante del liberalismo Rodrigo Rojas por esta iniciativa, a la ministra Abudinen y al presidente Duque por sacar adelante esta ley que, si se ejecuta de manera rápida y efectiva, va a llevar el a la red mundial a zonas a las que hoy no llega.
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Cartagena da pena, lástima, tristeza y rabia. Ningún alcalde ha tenido como una prioridad entender que el turismo es el mayor ingreso de la ciudad y que por esto hay que cuidarla. Lo que hay son andenes rotos, olor a popó de caballo, muchos huecos en las calles y suciedad por todo lado. El tráfico no puede ser peor. La Policía debería hacer mejor su trabajo para que Cartagena sea más limpia, mejor tráfico, y el alcalde, remendar todo lo que está roto.
GUILLERMO SANTOS CALDERÓN