Las fiestas de San Francisco de Asís: más que un festejo en Quibdó

El ejercicio de comprender a la ciudad de Quibdó con todos sus encantos y complejidades, entre otros, el comportamiento de sus habitantes, la agravada situación social y de orden público no es para nada fácil. Lo que sin duda alguna es fácil de entender y concluir es sobre el alto nivel de resiliencia moral y colectiva que esta población tiene. Resiliencia desde el concepto de la fuerza y la rapidez de las respuestas ante la adversidad.

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Precisamente, como he escrito anteriormente, Quibdó, a pesar de su fracturado tejido social, sus falencias a nivel de infraestructura, sus pocas oportunidades laborales, el agobio psicológico colectivo como consecuencia de la imparable criminalidad en la zona, la inoperancia de algunos entes locales y el histórico abandono del gobierno nacional que hasta ahora ha vivido, cuenta con individuos que luchan diariamente por salir adelante, por superarse, por conservar las tradiciones. Además, se ha entendido implícitamente el rol que algunas manifestaciones culturales y ancestrales juegan en el bienestar colectivo y en la salud mental de los habitantes de la ciudad.

El 4 de octubre, oficialmente, terminaron las fiestas patronales más significativas para la sociedad quibdoseña, las fiestas del seráfico San Francisco de Asís, más conocidas como fiestas de San Pacho. Fiestas que son un orgullo para los quibdoseños, nacidos o adoptados por la ciudad. Fiestas que se constituyeron en un bien cultural y ancestral intangible; pero, además, en un aporte inigualable a la salud mental y el bienestar del pueblo quibdoseño.

Más allá de las opiniones divididas, de las diferentes formas de ver lo oportuno o inoportuno de dichas fiestas, precisamente, cuando hay una desenfrenada situación de violencia, inseguridad y miedo en la capital del Chocó, donde además existen otras clases de insatisfacciones a nivel general, considero que es relevante darle perspectivas psicosociales al rol que las fiestas patronales cumplen como sanación emocional a una sociedad que tiene una salud mental colectiva deteriorada, y que, como anteriormente he indicado, es una bomba de tiempo. Por lo anterior, ¿qué función cumplen las fiestas y celebraciones en la salud mental de los habitantes de una ciudad que ha sido empujada tanto al cansancio como al debilitamiento social y a una degradación socioeconómica?

Uno podría pensar que estas fiestas patronales dan la posibilidad de satisfacer muchas necesidades psicológicas en una población que requiere urgentemente alivio, tranquilidad y esperanzas. Igualmente, es pertinente pensar que éstas proporcionan un ambiente psicológico positivo y sanador en instantes, donde se promueve la alegría, el optimismo y la hermandad. Además, podría verse como totalmente aceptado pensar que dichas celebraciones refuerzan en muchas personas la sensación de que la vida sí vale la pena de ser vivida. Podría concluirse que, fortalecen aún más la resiliencia del pueblo quibdoseño.

Sin desconocer los niveles de violencia que se dan en la sociedad quibdoseña, debido a la descomposición social en la que se ha visto inmersa en los últimos años, los reportes de la conciencia y responsabilidad como se desarrollaron las fiestas este año, en comparación a años anteriores, también podrían ser muestras positivas que indican que hay potenciales prometedores cuando de responsabilidad ciudadana se trata. Obviamente, hay mucho por mejorar; pero es importante realzar los cambios positivos del comportamiento de la mayoría de las personas que participaron en las fiestas, además, atreverse a ver que esos son indicadores alentadores que muestran la importancia que tiene esta celebración para un buen porcentaje de los quibdoseños.

A pesar de las diferentes posiciones de la ciudadanía quibdoseña acerca de la celebración de las fiestas, este año, considero que, en los días de estas celebraciones quedaron a un lado, así sea momentáneamente, las preocupaciones por los conflictos sociales, el miedo por la delincuencia, las discordias políticas; en otras palabras, muchas personas se desinhibieron de las rutinas, liberaron las tensiones de todo tipo y olvidaron muchas preocupaciones. Repito, así sea por un momento, pero son muy significativas cuando de salud mental, sanación y bienestar emocional se trata. Esto que pasa con la mente humana de muchos quibdoseños que participan en las celebraciones, es la máxima aplicación colectiva de la técnica psicoterapéutica “Mindfulness”, que es la focalización de la atención en el momento presente, permitiendo así conseguir la atención plena que es la que ayuda a soltar pensamientos negativos, tóxicos y angustiantes que lo único que logran es deteriorar la vida saludable de muchas personas y profundizar más en la preocupante salud pública de la ciudad.

Igualmente, es importante resaltar que más allá de los cachés, de las comparsas, de la chirimía, del bunde y de la tradición gastronómica, indiscutiblemente, las fiestas patronales de San Pacho, también potencian el micro-emprendimiento local y es prácticamente el foro más incluyente que la sociedad quibdoseña tiene hoy en día. Todos y todas, sin excepción alguna, pueden sentir que caben, que tienen un lugar en las fiestas, independientemente, a qué condición física, psíquica, social, económica, cultural o política pertenecen; la inclusión es también un importante factor protector de la salud mental de los individuos.

Así pues, al responder a la pregunta de la columna, me atrevo a decir que sí cumple una función importante en la salud mental de muchos quibdoseños, así sea por el tiempo de la celebración de estas fiestas, pues cuando ellas pasan, los pobladores sienten que se vuelve a vivir la misma zozobra que se percibe cotidianamente; sin embargo, estos momentos se convierten en un respiro y en la evidencia de que es posible lograr el orden y la tranquilidad para los quibdoseños, sin querer afirmar con esto que es la solución al abultado problema social de la cuidad; pero por lo menos, se convierten en un espacio de espiritualidad y tranquilidad en medio del caos.

HAIDY SÁNCHEZ MATTSSON