¿Qué ha pasado con los subsidios a la demanda en educación superior en Colombia? Los economistas usan dos expresiones para referirse a los subsidios que otorga el Estado a la población en sus esfuerzos de redistribución del ingreso: subsidios a la oferta, cuando los recursos van a las entidades públicas que los deben istrar según sus objetivos y políticas en la prestación de sus servicios, y subsidios a la demanda, cuando se entregan directamente a las personas con necesidades para que ellas decidan cómo usarlos. Para financiar el de los más necesitados a la educación superior, el Gobierno, históricamente, ha transferido, como subsidio a la oferta, cifras billonarias crecientes a decenas de instituciones de educación superior estatales. Pero solo a principios de este siglo, cuando se produjo una gran transformación en el Icetex, se empezaron a otorgar subsidios importantes a la demanda en la forma de tasas reducidas de interés en los créditos otorgados a jóvenes que escogían asistir, primordialmente, a universidades privadas. Centenares de miles de colombianos pudieron estudiar y graduarse, muchos de ellos en universidades privadas de élite académica. Y, posteriormente, pagaron, o están pagando, el valor de los préstamos recibidos.
La exitosa historia de esos créditos subsidiados se detuvo cuando, a partir de 2015, se cambiaron las reglas del Icetex. Se redujo, en cerca de un 70 %, la población elegible para los subsidios en las tasas de interés. Y el número de nuevos estudiantes beneficiados por año empezó a caer. Según cálculos del economista Jaime Tenjo, publicados en un artículo de Universidad en Colombia, un suplemento de Nueva Revista de Política, Cultura y Arte (septiembre, 2021), los nuevos préstamos del Icetex se redujeron de más de 80.000 en 2014 a cerca de 30.000 en 2018 (más del 62 %). La reducción del número de préstamos con tasa de interés subsidiada tuvo que ser significativamente mayor.
¿Por qué se les quita la posibilidad de asistir a las mejores universidades a tantos estudiantes destacados, provenientes de los grupos más pobres de la sociedad?
Al mismo tiempo que se dio ese lamentable cambio en el Icetex, se produjo una valiosa compensación temporal en los subsidios a la demanda para estudios universitarios: se lanzó el programa de créditos condonables Ser Pilo Paga, para que estudiantes muy pobres, con altas competencias académicas, estudiaran la carrera de su elección en la universidad acreditada que quisieran. Ese programa, que fue muy exitoso porque permitió a varias decenas de miles de jóvenes talentosos y sin recursos acceder y graduarse en las mejores universidades del país, fue suspendido por el Ministerio de Educación, al inicio del gobierno del presidente Duque. Y fue reemplazado por otro mucho menos ambicioso: Generación E Excelencia.
En lugar de 10.000 estudiantes por año, se beneficiaría a solo 4.000. Así operó durante los primeros tres años del Gobierno. Pero para 2022, sin ninguna explicación ni justificación, alterando el compromiso adquirido al empezar el Gobierno, la cantidad de beneficiarios de ese programa se ha reducido a la mitad, a solo 2.000. Informalmente, se anuncia otra cohorte de 2.000 estudiantes para que inicien en el segundo semestre. Eso no tiene sentido: para ese semestre se gradúan, en pequeñas cantidades, estudiantes de estratos altos que asisten a colegios privados.
La reducción presupuestal para las cohortes de los últimos tres años, por el cambio de programa, fue superior al 70 %. ¿Por qué se reduce ahora en un 50 % adicional? ¿Por qué se les quita la posibilidad de asistir a las mejores universidades a tantos estudiantes destacados, provenientes de los grupos más pobres de la sociedad?
FRANCISCO PIEDRAHITA P.
Rector de la Universidad ICESI