En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Opinión

Propaganda

La propaganda, que hoy sustituye al gobierno, somete todo a un mismo grito. Y en un país en guerra es cien veces peor.

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
De una vez la conclusión: la literatura es el antídoto de la propaganda. Si la pregunta sigue siendo cómo no sumarle locura a la locura, cómo resistirse, en cuerpo y alma, a la violencia, entonces la respuesta es la precisión, la compasión, el humor, la lengua y la incomodidad de –por ejemplo– la novela. La propaganda no busca reflejar a un lector irrepetible, como lo hace la ficción, sino que, a punta de exaltadas verdades a medias, azuza a una sociedad reducida a audiencia hasta llevarla al trance. Qué extraño es ver cómo las redes de RTVC no solo se van limitando al punto de vista del Presidente, sino que van asumiendo sus enemigos. Qué triste es notar la ofensiva del Pacto Histórico contra “los medios corporativos” que tanto defendía cuando no defendía el poder. Pero así es la vida entre la propaganda.
(También le puede interesar: Providencia)
La propaganda, que empezó un par de siglos antes de Cristo, desfigura, vilifica, arrasa y emborracha. Qué tal el cartel, digno del burdo sincretismo de estos días, que el presidente Petro publicó el martes en sus redes: invitaba a la marcha del jueves con una imagen del pueblo petrista, pero con el propagandístico puño de siempre –el puño que fue falangista, obrero, ariano– soportado por el “no pasarán” antifascista. No era claro por qué había que verse “en todas las plazas”, ni quiénes eran los que no pasarían, pero da igual porque no estamos hablando de reflexión, sino de propaganda. Se trata de generalizar sin escrúpulos: de culpar a “las élites golpistas” que impiden las reformas que resolverán la historia o a “los medios hegemónicos” que “destilan veneno”, “se roban la plata de la salud” y “ocultan la verdad al país”.
Vaya usted a saber qué tanto funciona: qué tanta gente nueva está creyéndose las teorías de conspiración y las retóricas incendiarias.
Es violencia de manual. Se trata de gritar “ellos” sin decir “quiénes”. Se trata de despertar el estómago revuelto de los ninguneados sin reconocerles la voz propia, de contagiar la peligrosa convicción de estar del lado correcto de la historia, de convencer a una ciudadanía cautiva de que el poder está en manos de unas siluetas indeterminadas e imprecisas: de que el presidente no es Goliat, sino David, en este país presidencialista y reverente. Vaya usted a saber qué tanto funciona: qué tanta gente nueva está creyéndose las teorías de conspiración y las retóricas incendiarias. Sea como fuere, el gran peligro es que el propagandista suele triunfar si la propaganda se le sale de las manos: si se vuelve delirio y horror. Y en Colombia, tierra de amenazas de muerte con coronas fúnebres, es diez veces peor.
El colombiano sensato, que suele darse en el silencio, se repite a sí mismo la frase “uno nunca sabe”. Teme a la propaganda porque es la terrible tarea de volver kamikazes a los olvidados. Confía, como confió el maestro Carlos José Reyes hasta el fin de semana pasado, en los grises, en los matices, en las conexiones, en las ganas de vivir, en las tierras de nadie que devuelve la literatura: detrás de la obra de Reyes, de sus ficciones urgentes a los tres tomos de aquella formidable investigación que tituló Teatro y violencia en dos siglos de Historia de Colombia, podría leerse tanto la convicción de que el arte desafía la barbarie como la sospecha de que el mundo es lo contrario a la propaganda. La literatura va voz por voz. La propaganda, que hoy sustituye al gobierno, somete todo a un mismo grito. Y en un país en guerra es cien veces peor.
Dice el papa Francisco, en su carta de agosto sobre el papel de la literatura, que leer esclarece el propio relato, permite ser los otros, repara las emociones, rebautiza el misterio y empuja por una tierra incierta “donde los confines entre salvación y perdición no están definidos”.
O sea que un gobierno valiente, serio, no engendra propagandistas despiadados, sino lectores solidarios.
www.ricardosilvaromero.com

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.