Este miércoles voy para Tumaco, la tierra de la que regularmente el país solo oye hablar por algún enfrentamiento entre campesinos que siembran coca y la Fuerza Pública o por un hecho de corrupción. Lamentablemente.
La Coalición Colombia va a Tumaco para hablar de educación, de educación para construir la paz. Vamos a presentar nuestro programa Jóvenes con Futuro. En los últimos años nos hemos ocupado de acompañar a jóvenes destacados por su rendimiento académico, y ahora también debemos ocuparnos de brindarles oportunidades a los jóvenes más vulnerables, a hombres y mujeres entre los 16 y los 24 años que hayan culminado la educación básica y a aquellos que se hayan quedado por fuera antes de cursar los grados 10 y 11 en los 250 municipios con mayores niveles de violencia y deserción escolar. Unas cifras básicas ilustran la problemática que queremos enfrentar: la tasa de graduación es del 31 % en entornos rurales y del 63 % en entornos urbanos; el desempleo juvenil es del 16 %, muy por encima de la tasa nacional, de 9,3 %.
Los grupos ilegales saben bien de esta situación; todos los días, en las zonas rurales y en las ciudades, utilizan a estos jóvenes como su materia prima. El daño es irreparable. Nuestra responsabilidad es cuidarlos y, junto con los gobiernos locales, acompañarlos para retomar una senda que les permita desarrollar sus capacidades. Eso ocurrirá en las aulas, no llenando cárceles. La Policía y el Ejército son los primeros en reconocer que si no se trabaja en mejorar las condiciones sociales de los jóvenes, no es posible mantener la seguridad.
Jóvenes con Futuro consta de módulos de entrenamiento de dos meses en programas de educación vocacional por un periodo máximo de dos años. La combinación de módulos permitirá mejorar las habilidades orientadas al trabajo, el desarrollo de habilidades blandas (liderazgo, trabajo en equipo) y la validación del bachillerato. Inicialmente buscamos que los jóvenes recuperen el orgullo de estudiar con módulos sencillos de actividades lúdicas, deportivas, científicas o culturales. Después conseguiremos que el estudiante se vincule a una empresa aliada y dedique medio tiempo a trabajar mientras estudia. Al cabo de dos años tendremos ciudadanos bachilleres motivados, formados y eficientes que contribuyan activamente a la competitividad del país. Las empresas tendrán personas mejor capacitadas y motivadas a continuar aprendiendo a lo largo de la vida, para lo cual algunos continuarán con una carrera técnica, tecnológica o universitaria. Vamos a empezar atendiendo a 150.000 jóvenes.
Pero para lograrlo se necesitan grandes cambios. Desde la Presidencia vamos a erradicar la relación clientelista que se ocupa solo de las regiones durante las elecciones para negociar unos votos a cambio de puestos y contratos, y la vamos a convertir en una relación de igual a igual en la que cada uno de los territorios del país tendrá protagonismo por su talento, su potencial económico, su riqueza cultural. No habrá nada para negociar, todo se construirá de manera colectiva, con acuerdos públicos y transparentes. Ya lo he dicho, y tengo que repetirlo: de la forma como se llega al poder, así se gobierna. Por mucho que se presenten buenas ideas, si se usan los métodos tradicionales de la política quedarán empolvadas en los anaqueles de los ministerios mientras algunos recuperan lo invertido en las campañas.
En Medellín, durante mi alcaldía, el programa Jóvenes con Futuro fue crucial para el éxito del proceso de reinserción de los paramilitares y en Antioquia, durante mi gobernación, lo ampliamos con el programa Entornos Protectores, que involucra a la familia en la solución.
Jóvenes con Futuro es construir la paz de verdad. Desde Tumaco queremos decirle a Colombia: se puede.
SERGIO FAJARDO
Candidato presidencial