Sigan creyendo que, porque saca menos de 30 % de imagen favorable y más de 60 % desfavorable en las encuestas, Petro y el petrismo están derrotados. Con menos de eso empezó la última campaña y ganó.
Sigan creyendo que el tormentoso consejo de ministros televisado afectó a Petro con sus votantes. Produjo más indignación entre sus opositores, irritó aún más a quienes no lo apoyan, pero reforzó a sus electores de base. Les pareció maravilloso su gesto de transparencia de hacer público el consejo de ministros, y su coraje para increpar a sus ministros por no cumplir con las promesas de gobierno. La culpa de los fracasos es de la oligarquía que no lo deja gobernar, y si hay fallas en el Gobierno, no es por culpa de Petro sino de los ministros y por eso ya ha cambiado como a siete.
Sigan creyendo que el petrismo se va a acabar de hundir con este gabinete donde ya no hay figuras que ostenten la trayectoria y el reconocimiento de un Ocampo o Cecilia López, o Alejandro Gaviria. Petro no necesita vacas sagradas sino, en unas cuantas carteras, activistas que agiten la movilización social y su electorado primario. ¿O es que acaso no escucharon el discurso del Teatro Delia Zapata, donde les pidió no abandonar la calle?
Sigan creyendo que Gustavo Bolívar está de antemano derrotado porque perdió la alcaldía. Todo lo contrario. No ha hecho sino subir en las encuestas después de que asumió el DPS, y su millonaria chequera y su gigantesca presencia nacional. Hoy barre a todos sus contendores de la izquierda. Y si no se unen sus opositores, también los barre. Y quien paga todas las facturas por los líos de Bogotá se llama Carlos Fernando Galán, no Gustavo Bolívar.
La culpa de los fracasos es de la oligarquía que no lo deja gobernar, y si hay fallas en el Gobierno, no es por culpa de Petro sino de los ministros y por eso ya ha cambiado como a siete
Sigan creyendo que nombró a Benedetti porque nadie más con visa a Estados Unidos le aceptaría lidiar con un Congreso en el que sus antecesores dejaron perder las mayorías en el Senado. El nombramiento de Benedetti es porque van con toda para recuperar votos parlamentarios, al costo que sea y para cuadrar todo lo que la campaña del 2026 requiera. Lo de Benedetti en medio de tanto escándalo, reparo, crítica aun de sus círculos cercanos no debe interpretarse como una señal de debilidad, sino como un grupo de guerra.
Sigan creyendo que a los gobiernos malos el pueblo siempre los castiga en las urnas. No siempre. Cuando logran convencer al pueblo de que no fue culpa de ellos sino de otros, pueden volver a ganar las elecciones.
Sigan creyendo que el petrismo está dividido irremediablemente y que el santismo ya se fue del petrosantismo. Hay matices, hay varias precandidaturas, hay peleas internas, pero Petro toca la corneta y casi todos le harán caso. Francia es un enigma. El componente santista del petrosantismo, que tantos ministros del Interior ha colocado, si huele a Uribe en las otras toldas, reafirmará la coalición que han mantenido en las últimas tres elecciones.
Sigan creyendo que Uribe solo es capaz de recuperar la presidencia. El uribismo cada día está más fuerte. Y seguirá creciendo mientras más infame sea la falta de garantías en el juicio contra Uribe y más se note el deseo de condenarlo, al paso que los verdaderos victimarios del país siguen gozando de todos los beneficios que les han regalado. Pero no es suficiente. Se debe construir una gran coalición, sumando muchos sectores, con generosidad, grandeza, disciplina y un gran proyecto esperanzador y realista que mire al futuro.
Sigan creyendo que con solo insultar a Petro todos los días se consiguen más votos. Así no se van a recuperar nunca los votos de los jóvenes. Se disputan los votos que ya tienen algunos opositores, pero así no llegan los votos que les faltan. Las nostalgias del pasado no ganan votos. Renuncian a los votos de los jóvenes.
Sigan creyendo que la campaña va a ser limpia. No. No lo va a ser y se va a requerir la participación masiva y multitudinaria de ciudadanos que voten a conciencia.
Sigan creyendo en los milagros en la política. No. No hay milagros en política.
Sigan creyendo que esto se arregla por la ley del péndulo y podrán comprobar que el péndulo venezolano aún no ha regresado porque lo secuestraron. Péndulo que no vuelva en el 2026 puede que no regrese nunca.
JUAN LOZANO