Según el Mapa Mundial de la Traducción, la nueva herramienta del prestigioso Instituto Cervantes, el colombiano Gabriel García Márquez es el autor más traducido de la lengua española a otras lenguas en lo que va del siglo XXI. Es una nueva demostración de la fuerza narrativa del autor de El coronel no tiene quien le escriba, Cien años de soledad, Crónica de una muerte anunciada y El amor en los tiempos del cólera, y un recordatorio de la pasión que aquella voz y aquel mundo irrepetible continúan produciendo entre los lectores del planeta entero.
Muy pocos escritores alcanzan semejantes alturas en el mundo inagotable de los lectores. Para entender las dimensiones de la noticia, baste decir que a García Márquez le siguen, en la lista de los diez más traducidos, las reverenciadas plumas de la chilena Isabel Allende, el argentino Jorge Luis Borges, el peruano Mario Vargas Llosa, el español Miguel de Cervantes, el español Carlos Ruiz Zafón, el español Arturo Pérez Reverte, el chileno Luis Sepúlveda, el chileno Roberto Bolaño y el español Javier Marías.
Es, sin duda, una gran noticia para nuestra cultura. Podría decirse, sin temor a exagerar, que Macondo –la versión garciamarquiana de Colombia– es el más conocido e investigado de los universos literarios en el idioma español: cientos de miles de lectores de las diez lenguas que estudia el Mapa Mundial de la Traducción, o sea, lectores en alemán, árabe, chino mandarín, francés, inglés, italiano, japonés, portugués, ruso y sueco han podido conocer la exuberancia, la violencia, la fatalidad, la musicalidad y el humor que García Márquez supo retratar.
Es sabido que el insuperable Don Quijote, de Cervantes, se inventó la primera novela moderna. Pero no cabe duda de que el trabajo de García Márquez, cuatro siglos después, no solo condujo la forma a una nueva era de esplendor, sino que, en el empeño de recrear este país de milagros y de familias unidas para siempre, ha sabido narrar las experiencias de muchas culturas de la Tierra.
EDITORIAL