¿Al fin el gobierno del presidente Gustavo Petro le comprará Monómeros al régimen de Maduro?

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca prendió las alarmas en Caracas, donde se han movido durante los últimos meses para vender la compañía Monómeros, propiedad del régimen de Nicolás Maduro, que tiene sede en Barranquilla. Durante estas semanas, ha surgido la pregunta de si Colombia está entre los interesados en adquirir la empresa de fertilizantes para impedir que quede en manos de un privado. 

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El propio presidente Gustavo Petro le envió una carta a Nicolás Maduro, su homólogo venezolano, en la cual le expresó su rechazo a la decisión y pidió reconsiderarla, pues podría significar un revés para la economía de ambos países y un golpe a los bolsillos de los agricultores. 

“La privatización y venta de Monómeros implicará el encarecimiento de los productos primarios agrícolas en nuestros países. Además, obligará a nuestros campesinos y campesinas a depender de productos extranjeros y del precio de insumos agrícolas del mercado internacional", dijo el mandatario en una misiva con fecha del 8 de noviembre.

Pero el régimen de Maduro parece decidido a seguir adelante con la venta de la empresa de fertilizantes, que está avaluada en más de 300 millones de dólares. Con el republicano nuevamente en la Casa Blanca se podrían presentar nuevas sanciones y bloqueos a Caracas ante el fraude electoral, denunciado por buena parte de la comunidad internacional en los comicios de julio en los que, supuestamente, Maduro derrotó al candidato de la oposición, Edmundo González.

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Una vez se conoció la misiva del presidente Petro a Maduro, la cual no habría tenido respuesta, volvió a ponerse sobre la mesa la posibilidad de que Colombia la adquiera, tal y como estuvo en los planes del Gobierno Nacional hace dos años.

“Queremos comprarla, pero estamos a la espera del nuevo presidente de Ecopetrol, creemos que esa empresa, bien dirigida, puede ser más rentable que la misma Ecopetrol. Tenemos que ‘jugárnosla’ toda con esa compra antes de que agremiaciones de agricultores privados la compren”, aseguró en marzo del 2023 el entonces embajador en Caracas, Armando Benedetti. Ese negocio, sin embargo, no avanzó y el tema no volvió a tratarse. 

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Si bien el presidente Gustavo Petro se opone a la venta, Colombia no ha hecho ningún movimiento para adquirir la compañía. Fuentes de la embajada de Caracas le confirmaron a este diario que desde Bogotá no han recibido ninguna instrucción para manifestar el interés del Gobierno de quedarse con la compañía.

Pero el Ejecutivo sí se ha movido y la Supersociedades sometió a la empresa a “control” al considerar que bajo el  escenario en el que se encuentra se "podría generar y materializar un riesgo de insolvencia".

Ese movimiento fue visto como un intento por evitar la venta, pero el Superintendente de Sociedades, Billy Escobar, le dijo a EL TIEMPO en una entrevista publicada el 15 de diciembre que la decisión se tomó con el propósito de garantizar todas las garantías en el proceso. 

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"La medida no afecta la eventual venta, pero sí podría haber un eventual riesgo desde el punto de vista de los acreedores, ya que ellos, por ejemplo, también importan para vender productos y producir insumos. Estos acreedores tienen una carga de acreencias significativa, y es ahí donde queremos garantizar que se les pague ante cualquier eventual negociación. Lo que no puede suceder es que se produzca una venta sin que protejamos los intereses de las demás empresas proveedoras. El otro escenario es el de los trabajadores. ¿Por qué? Porque estamos hablando de 600 trabajadores directos —o en planta— y de 1.200 indirectos. Además, esta empresa presta un servicio clave y fundamental para el sector agrícola del país, vinculado directamente con la seguridad alimentaria", aseguró.

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Y ante la pregunta sobre si existe la posibilidad de que Colombia controle la compañía, tal y como sucedió durante el gobierno de Iván Duque, que posteriormente se la entregó a Juan Guaidó, aseveró que el objetivo, "más que controlarla, ser socia, que es distinto. En su momento la empresa era 50 y 50, pero en el gobierno de Álvaro Uribe se vendió la empresa a (Hugo) Chávez. Entonces ellos quedaron de dueños de eso. Pero esa empresa, como cualquier empresa, puede ser objeto de compra de los colombianos, claro".

Por ahora, no se ha materializado la venta, pero el tiempo está jugando en contra de Caracas, pues Trump se posesionará el 20 de enero y ya ha dado puntadas de su postura con América Latina, especialmente con Venezuela, tras el nombramiento Marco Rubio como secretario de Estado, quien ha tenido una mano dura con Venezuela. 

MATEO GARCÍA 

Subeditor de Política