Vuelve y juega. La representante de la Alianza Verde por el departamento de Risaralda, Carolina Giraldo Botero, radicó nuevamente el proyecto de ley para establecer restricciones a los esfuerzos de cambio de orientación sexual, identidad y expresión de género (Ecosieg), mal conocidos como terapias de conversión.
En principio, a Giraldo Botero la apoyaron también los representantes verdes Alejandro García Ríos (Risaralda), Gloria Liliana Rodríguez Valencia (Bogotá) y las senadoras Angélica Lozano (Verde) y Sandra Ramírez, del partido Comunes.
También firmaron la iniciativa varios representantes del Pacto Histórico: Etna Argote (Bogotá), Andrés Cancimance (Putumayo), María del Mar Pizarro (Bogotá) y Susana Boreal (Antioquia).
Asimismo, Juan Carlos Losada, representante liberal por Bogotá, y Daniel Carvalho, representante independiente por Antioquia.
El proyecto vuelve a estar sobre la mesa ante su ausencia en la Cámara de Representantes del hoy director del Icetex, Mauricio Toro, quien inicialmente impulso la iniciativa.
Pero, ¿qué son las terapias de conversión? La Asociación Americana de Psicología lo explica.
Este término encierra todos los medios y técnicas conductuales, psicoanalistas, médicas, religiosas y espirituales que tienen como finalidad cambiar, revertir, impedir o reprimir la orientación sexual, identidad de género y expresión de género de una persona.
Tienen varias finalidades: cambiar una orientación sexual a la heterosexual, cambiar una identidad o expresión de género diversa a cisgénero, cambiar una expresión de género diversa a una alienada al sexo asignado al nacer, reprimir, reducir o impedir una orientación sexual no heterosexual, reprimir, reducir o impedir la identidad de género de una persona no cisgénero y reprimir, reducir o impedir expresiones de género.
En el Consejo de Derechos Humanos Naciones Unidas, los Ecosieg han sido considerados como acciones de naturaleza discriminatoria, cruel, inhumana y degradante, que implican un riesgo considerable de tortura a partir de la noción errónea de que la diversidad sexual y de género son patologías aptas de tratar, corregir o cambiar.
Toro, en su momento, intentó promover una iniciativa para prohibir estas terapias. No obstante, esta fue obstaculizada con todo tipo de estrategias, como recusar al propio congresista por un supuesto conflicto de intereses —dado que Toro fue el primer congresista abiertamente homosexual y estaba presentando un proyecto que beneficiaría a las personas homosexuales, equiparando una orientación sexual con un gremio u ocupación—.
Finalmente, la iniciativa se archivó. Ahora, la representante verde radicó otro proyecto de ley en el mismo sentido.
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