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¿Con Gustavo Petro, las relaciones exteriores están dando un giro de 180 grados?
Venezuela, Cuba y cambio de discurso con EE. UU. es lo que deja este primer mes de gobierno.
Gustavo Petro, presidente de Colombia. Foto: Santiago Saldarriaga. EL TIEMPO
El abrazo que Armando Benedetti se dio con Nicolás Maduro la semana pasada en Caracas era impensable en enero del 2019, cuando el entonces mandatario colombiano, Iván Duque, reconoció a Juan Guaidó como presidente de Venezuela.
Esto representó uno de los puntos más tensos de las relaciones diplomáticas entre ambos países, que ya eran casi inexistentes y venían en declive desde el gobierno de Juan Manuel Santos.
Pero con la llegada de Benedetti a Caracas como nuevo embajador, el presidente Gustavo Petro confirmó que algunas políticas en cuanto a las relaciones diplomáticas de Colombia van a dar un giro de 180 grados.
“Aquí sí se inicia un camino difícil, tiene sus bemoles y sus complicaciones indudables, que es restituir una relación diplomática con el vecino”, aseveró el jefe de Estado cuando posesionó como embajador al exsenador, quien fue uno de los hombres claves durante su campaña a la Presidencia. A la llegada de Benedetti se suma la reapertura de la frontera, la cual será el 26 de septiembre.
Armando Benedetti y Nicolás Maduro Foto:Armando Benedetti
En un poco más de un mes, el gobierno Petro ha dado unas señales de lo que será su política exterior. El nombramiento de Álvaro Leyva como ministro de Relaciones Exteriores fue la primera señal de lo que se viene en esta materia, que no ha estado libre de polémicas y, según analistas, es muy ambiciosa, lo cual no está mal, pero no hay un plan establecido para lograr los objetivos.
Uno de los principales pilares es tener a un canciller que lleve al mundo el compromiso con la paz que tiene este gobierno, no solo de los diálogos con el Eln —aquí es clave la relación con Cuba, donde están los jefes guerrilleros—, también la implementación de los acuerdos con la extinta guerrilla de las Farc —tema clave en Europa— y presentar la llamada ‘paz total’.
Petro no solamente quiere recuperar las relaciones con Venezuela, también quiere dar un giro a la relación con Estados Unidos y, según analistas, quiere liderar el bloque regional, algo nunca antes visto.
Negociaciones con el Eln Foto:Eliana Aponte
En palabras de Mauricio Jaramillo, experto en relaciones internacionales, este primer mes ha sido “maratónico” en la política exterior, la cual va de la mano del “cambio” que quiere mostrar Petro en su gobierno y que ha sido su discurso durante su vida política.
Precisamente hablando de cambio, uno de los propósitos es transformar las relaciones con Estados Unidos, las cuales han girado en la lucha contras las drogas, y en opinión del mandatario esta ha fracasado, por lo que hace un llamado a construir “conjuntamente los terrenos de la paz”.
Petro plantea la necesidad de poner nuevos temas en la agenda, como la protección del medioambiente. Y precisamente esa es una de las tareas que tiene el nuevo embajador en el país norteamericano, Luis Gilberto Murillo, quien se posesionó esta semana. Por ejemplo, ha hablado específicamente de trabajar juntos en prevenir la quema de la selva amazónica.
“Se inicia este capítulo, que yo creo que traerá muy buenas noticias, sobre todo con fortalecimientos de la paz”, dijo el mandatario durante la posesión del embajador.
Sin embargo, explicó Jaramillo, se debe aprovechar que los demócratas tienen mayoría en el Congreso de Estados Unidos, pero esto podría cambiar en las próximas legislativas, que son en noviembre. De hecho, algunos congresistas republicanos ya están hablando de reducir la ayuda económica para Colombia.
Y aunque el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, coincide en algunos temas con Petro, como la lucha contra el cambio climático, tener al Congreso en contra podría ser un revés para las intenciones de Colombia.
Para la analista Sandra Borda, se cometió un error y fue “tratar de jugar única y exclusivamente en el campo de los demócratas”, pues, en su opinión, la estrategia fue diseñada “para mejorar la relación con el gobierno actual y se dejó a un lado tratar de irse por el camino medio para intentar mantener el famoso consenso bipartidista”.
El canciller Álvaro Leyva señaló que las relaciones entre Colombia y Nicaragua parecen estar suspendidas. Foto:Archivo EL TIEMPO
Estos puntos anteriores, aunque tienen sus detractores, son bien vistos por la opinión pública, pero hay un tema que se le puede salir de las manos al gobierno y que, incluso, ya tiene una moción de censura contra Leyva.
Esto a raíz de la ausencia de Colombia en la audiencia extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la que se analizaron las violaciones de derechos humanos bajo el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua. Leyva, en principio, dijo que se trató de “razones estratégicas y no ideológicas”.
No obstante, esta situación habría provocado que el Ejecutivo cambiara de opinión sobre el tema Nicaragua y ayer el canciller afirmó que Ortega es un “violador de derechos humanos” y, ante las dudas de cercanía de Petro con el dictador, explicó que “de ninguna manera estamos con el señor Ortega”.
Pero ese liderazgo regional va de la mano con llevar la 'paz total' al área, tal y como lo anunció ayer el canciller, pues Petro pretende que reine la paz en la región, principalmente en Nicaragua, Cuba y Venezuela.
Se inicia este capítulo, que yo creo que traerá muy buenas noticias, sobre todo con fortalecimientos de la paz
Así las cosas, ¿para dónde van las relaciones diplomáticas del país? Según algunos analistas, aunque ven una Cancillería muy activa, tiene muchos frentes abiertos —cambio de temas con EE. UU., paz con el Eln, reactivación de relaciones con Venezuela y liderazgo regional— y esto le puede costar capital político.
“El tiempo del que disponen no es muy amplio. El tiempo es muy corto para esos objetivos. Tienen muchos frentes abiertos y es difícil porque son objetivos de largo aliento”, explicó Jaramillo. Esto, no obstante que la reactivación de las relaciones con Venezuela y los diálogos de paz con el Eln podrían contar con un respaldo popular considerable.
En ese sentido opina Borda, quien considera que el Ejecutivo es muy ambicioso en esta área, así como en otras. “Hay grandes ideas, grandes planes y muy poca gestión”, señaló la experta.
Además, hay expectativa de cómo sería el liderazgo de Petro en la región: “Nos espera un liderazgo inédito que no habíamos tenido nunca”, agregó el experto.
En esta materia se está a la expectativa de si serán condescendientes con las izquierdas no democráticas o si lo pasará por alto y creará un bloque regional con estas. Aquí jugará un papel clave el presidente de Chile, Gabriel Boric. Algunos expertos han señalado que ambos jefes de Estado se necesitan para mostrar que el cambio latinoamericano es posible y renovar la imagen de la izquierda en la región.
Este primer mes ha sido de apertura de varios frentes, de ambiciones, pero a los analistas les preocupa cómo se lograrán los objetivos. “Me parece bien tener perspectiva a largo plazo, lo que me preocupa es que no haya un cómo. Quieren pasar a la historia demasiado rápido”, remató Borda.