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'El reto de Petro es lograr gobernabilidad deshaciéndose de alianzas': León Valencia
El director de la Fundación Pares analiza las agitadas semanas que se vivieron en la Casa de Nariño.
León Valencia, escritor y analista político de Andes (Antioquia). Foto: Archivo EL TIEMPO
El escritor, analista y director de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) León Valencia Agudelo, atendió a EL TIEMPO para dar su visión de las convulsionadas semanas que se han vivido a nivel político en el país.
Valencia, que fue militante del Eln, cree que la firma del cese al fuego bilateral del pasado viernes en La Habana es “un aire fresco para las intenciones de paz” y una puerta abierta para la negociación con otros grupos armados ilegales.
Dice que Armando Benedetti era necesario para ganar la Presidencia y, aunque confía en que el presidente Gustavo Petro pueda conseguir gobernabilidad con sus nuevas estrategias, reconoce que de cara a las elecciones locales la oposición tiene tomada la delantera.
Asimismo, el analista cree que el jefe de Estado se metió en un terreno complicado con su discurso contra los medios de comunicación y habla de los posibles escenarios políticos que vivirán los colombianos en los próximos tres años.
¿Qué significa el cese bilateral al fuego que firmaron el Gobierno y el Eln? ¿Es un espaldarazo para la paz total?
Es un aire fresco para las intenciones de paz, la cual ha tenido muchos problemas. Tiene el propósito de aliviar la situación en algunas regiones, donde hay una presión muy dura sobre las comunidades. También es un mensaje de confianza en estas negociaciones y un mensaje a la comunidad internacional que ha tenido una disposición muy grande en acompañar el proceso y está esperando avances para comprometerse más. Esta firma llega en un buen momento, porque no sólo hay dificultades en el proceso de paz, sino dentro del mismo Gobierno por los últimos acontecimientos.
Gustavo Petro, presidente de Colombia, y Antonio García, comandante del Eln. Foto:Presidencia
¿Se está enviando un mensaje a los demás grupos armados? ¿Cómo puede repercutir en la negociación con ellos?
Es muy probable que tenga un efecto de contagio y de sensibilidad moral. Puede servir de modelo para los otros grupos, ya que el Eln tiene más experiencia en este tipo protocolos y puede enviar un mensaje con las características del cese. Por otro lado, este acuerdo es un saldo a favor del Gobierno para exigirles más a los otros grupos y reunirse.
¿Qué valor tiene que el presidente haya viajado a La Habana a firmar este acuerdo?
Creo que es una medida audaz ir con Antonio García (comandante del Eln), le da seriedad al proceso. Tiene el valor también de la visita del presidente en un momento muy difícil de Cuba, que necesita una distensión en su relación con Estados Unidos y Petro, que está jugando un papel de mediador con Venezuela, puede enviar ese mensaje también con Cuba.
¿Cómo analiza el discurso del presidente en la carrera séptima de Bogotá? ¿Cree que está radicalizando sus mensajes?
Hay un cambio en la manera en cómo inició el Gobierno. Petro inició buscando un acuerdo nacional con los partidos tradicionales, creando un ambiente más de participación, pero esa idea de participación amplia cambió cuando vio que no había una disposición de aprobar las reformas. Ve que se están aplazando y quiere presionar cerrando su gobierno más a la izquierda e invitando a la población a movilizarse. Sin duda su discurso se ha radicalizado.
Este escenario podría tener un segundo momento a futuro si logra un acuerdo de paz definitivo con el Eln, a esto se le suma el cambio de fiscal y que puedan surgir nuevas oportunidades de pasar las reformas. Pero hasta las elecciones de octubre, la salida del fiscal y la procuradora veo que esto va hacia mayor polarización.
Gustavo Petro, presidente de Colombia durante la manifestación de este miércoles. Foto:Mauricio Moreno. EL TIEMPO
¿Qué costos pueden tener este cambio de estrategia?
Ya tuvo un costo político muy grande. En las encuestas pagó el costo ante la opinión pública, donde volvió a sus seguidores tradicionales, quienes mantiene la fidelidad. Si mantiene eso, sin ninguna intención de romper el hilo constitucional -yo creo que no se le va a ocurrir- sino gobernando desde las facultades y apoyándose en la comunidad internacional, podrá tener estabilidad.
Luego del ruido de las últimas semanas y los obstáculos para avanzar con las reformas, ¿qué tan profundas son las fisuras que hay dentro del Gobierno?
Petro está alineando a su gobierno -donde ha tenido diferencias internas- para tratar de transitar esta tormenta que tiene. Esto va a ser una montaña rusa permanente, nunca habíamos tenido un Gobierno de izquierda en cabeza de una persona que perteneció a la guerrilla, con toda la irritación que eso causa en sectores de la sociedad colombiana.
Este va a ser un Gobierno de muchas subidas y bajadas y en este momento estamos bajando duramente, vamos a ver si Petro logra subir el ánimo a partir de avances en el proceso de paz y tranquilizar al ambiente luego de las elecciones locales. Creo que eso lo veremos hacia febrero o marzo del año entrante, si logra otra vez tranquilizar y subir la montaña.
¿Esperaba esta situación a 10 meses de Gobierno?
Son las consecuencias de la campaña política. Petro no ganaba sólo con la izquierda e incluso con la centro izquierda, por eso tuvo que echar mano de alianzas con sectores de las élites tradicionales para poder ganar. Entonces cuando gana con ellos empieza a gobernar con ellos, pero ahí no hay un equipo con confianzas, con rutinas, costumbres políticas e historias comunes, y eso ha hecho que se vean muchas fisuras. Ganaron la campaña política y después ya vieron realmente lo que era la vida cotidiana. Fue un matrimonio de conveniencia y a las carreras, lo que provoca que rápidamente surjan disputas en la convivencia. Es el costo de la manera cómo se hizo la campaña política, pero si quería ganar tenía que buscar esos sectores.
¿No fue un error, entonces, dejar entrar al proyecto a Armando Benedetti?
Tanto a Armando como a los demás los necesitaba para ganar. Tras 60 años siendo oposición después del Frente Nacional ganar era una meta prioritaria y después se verá cómo se gobierna. Pero ganar era un objetivo prioritario y eso fue lo que eligió Petro, y esa política es absolutamente legítima. Cada momento tiene su angustia: en el 2021 y 2022 era ganar y ahora es cómo conseguir gobernabilidad. El reto de Petro ahora es conseguir gobernabilidad deshaciéndose de las alianzas que hizo en campaña para ganar, y en eso está.
"El reto de Petro ahora es conseguir gobernabilidad deshaciéndose de las alianzas que hizo en campaña para ganar, y en eso está".
Entonces, los episodios de tensión han sido producto de eso...
Si, es producto de esas alianzas que, reitero, eran legítimas y obligatorias.
¿Conseguirá esa gobernabilidad recomponiendo el Gobierno con leales de la izquierda?
Con esto logra un Gobierno más afín y armónico, sin duda. También quiere decir que Petro tiene que echar mano de otras herramientas para conquistar al pueblo y avanzar en opinión, pues tiene que mostrar resultados teniendo un gobierno así. Ahora le está yendo muy bien en factores que, digamos, no controla pero que le han ayudado mucho. La inflación para abajo, mayor empleo, indicadores económicos aceptables teniendo en cuenta la situación internacional de la economía.
Ahora, estas son las realidades de gobernar con una izquierda que por primera vez llega al poder y ha mostrado esas limitaciones de experiencia. Y eso que la ciudadanía escogió a quién más experiencia tenía para ejercer ese primer gobierno, pues Petro tenía 30 años de ser congresista y había sido alcalde de Bogotá, nadie tenía esa hoja de vida. Con que saque una calificación de 6 sobre 10 ya será un éxito muy grande.
¿Esa inexperiencia le ha facilitado la labor a la oposición?
Lo que pasa es que no hay una oposición donde debería haberla, es decir, en los partidos políticos y en los liderazgos políticos que compitieron con Petro en la campaña. Los liderazgos tampoco están en partidos sólidos y organizados, entonces la oposición está descansando en lugares donde no debería hacerlo como la Fiscalía, la Procuraduría y la Revista Semana, actores cuyo oficio no es la política.
Aun así, ¿están cogiendo ventaja para las elecciones regionales?
Sin duda. Hay una estrategia de muchos sectores políticos de centrarse en recuperar ciudades y mantener las fuerzas de los clanes políticos en los departamentos, y creo que ahí van a obtener logros importantes, teniendo en cuenta las dificultades del Gobierno. Los planes políticos tradicionales van a tener una recuperación grande en el mundo urbano y en las regiones, no pronostico un gran éxito ni del Pacto Histórico ni del Partido Verde en esta próxima campaña electoral.
El presidente dejó en claro que quien no siga su guión al pie de la letra se tendrá que ir. ¿Lo ve impaciente por tener resultados?
Conozco algo de las reuniones internas del Gobierno y siempre recibo el mensaje de que Petro está exigiendo resultados. Eso es lo que le permite ganar gobernabilidad, legitimidad y un apoyo sólido en sectores importantes de la población. Uno compara esto con México, con la eficacia que ha logrado en algunos puntos López Obrador y es impresionante sobre todo en los temas sociales dirigidos a los jóvenes y sectores más vulnerables. Allí hay una consolidación de un partido político (Morena) y seguramente Petro debe estar mirando mucho ese modelo, donde hay una enorme capacidad discursiva pero también eficacia en los puntos sociales. Esas declaraciones públicas de Petro tienen que ver con esa presión.
Discurso del presidente Petro durante las marchas de este 7 de junio, Foto:Mauricio Moreno. EL TIEMPO
¿Es buena esa postura?
Ese es el estilo y la manera de hacer política en liderazgos como el de Petro y es muy difícil modificarlo. Petro no es alguien de imagen o de seguir a un equipo político que lo moldea u orienta, él es un líder político que va a su aire y pone la agenda diaria. Le podrán dar consejos, pero serán cosas secundarias, su estilo no va a cambiar.
De a poco ha ido construyendo narrativas como, por ejemplo, la del golpe blando. ¿Qué piensa de eso?
Las teorías conspirativas son muy atractivas y normalmente tienen algo de cierto. Es cierto también que él responde de manera muy dura a lo que considera una conspiración. Hay presiones muy grandes sobre Petro, pero no creo que haya una estrategia organizada para producir unos resultados. Creo que hay presiones sobre el Gobierno y Petro tiende a juntarlas y convertirlas en una conspiración de golpe blando, lo cual tiene una eficacia comunicativa hacia afuera y espero que esa eficacia sirva para disuadir esas presiones, no para enfrentarlas, porque eso podría generar una polarización más aguda.
¿Hay una campaña de desprestigio contra la Vicepresidenta?
La vicepresidenta tuvo un ascenso muy grande en campaña electoral, siendo la figura más impactante y nueva de la política colombiana. Ya sentada en la Vicepresidencia ha mostrado la inexperiencia en el cargo y se lo han cobrado muy caro. Hay muy poca compasión y tolerancia con sus errores, que están ligados a una realidad y es que es una mujer que no había tenido nunca una experiencia de Gobierno. Le cobran más duro a ella que al resto y ella también está respondiendo a eso con expresiones espontáneas que no le quedan bien.
La vicepresidenta Francia Márquez se unió a la movilización en Bogotá. Foto:@mauriciomorenofoto
¿Debería el Gobierno, en especial el presidente, replantearse el discurso contra los medios de comunicación?
Sí, creo que se metió en un camino muy difícil, pues en la prensa hay una solidaridad muy grande cuando ocurren críticas tan duras como las que se han hecho. Además, volverse referencia para la Presidencia es el ideal para alguien que está haciendo opinión, termina haciéndoles un favor. El que se enoja pierde; tiene que controlar el enojo por más injustos que sean los calificativos, le corresponde guardar la calma.
Usted dijo que Laura Sarabia se equivocó al exponerse tanto en los medios. ¿Por qué?
Sarabia agradeció al Presidente y a su familia por su voto de confianza. Foto:Captura de pantalla: Colombia Hoy
Ella mordió el anzuelo. Yo creo que era una señora eficaz en una labor delegada sin poder real. Petro optó por poner una persona que no tenía pasado político, figuración pública ni ningún papel en la sociedad colombiana. La vio como una mujer eficaz en su trabajo en la que él delegaba, pero el poder era de Petro y ella se fue creyendo que tenía un poder autónomo. Creo que le dieron mucho realce a su actividad y la fueron elevando, hasta que le dio por salir a la prensa a ratificar eso: en tres entrevistas se echó todos los enemigos del mundo y del propio Gobierno. Cuando uno sube de esa manera vertiginosa, sin experiencia, pues cae de una manera estrepitosa. Hay que tener equipaje para enfrentar determinadas situaciones y ella no la tenía.
En el Gobierno han arremetido mucho contra las encuestas que salieron las semanas pasadas. ¿Cuál es su postura frente a estos informes?
Si uno se pone a pelear con las encuestas está jodido. Ciertas encuestadoras se juegan también su prestigio y hacen las cosas para presentar lo que es un momento de la vida colombiana. Ahora, la favorabilidad política está muy dispersa en el país, entonces Petro con su 33 o 30 por ciento es el más favorecido dentro de la opinión porque si uno ve los liderazgos políticos al otro lado pues esos están en una crisis enorme. Lo que hay es una crisis de liderazgo en los distintos sectores, y dentro de esa crisis Petro es el que tiene más respaldo.
"El que se enoja pierde; tiene que controlar el enojo por más injustos que sean los calificativos, le corresponde guardar la calma".
¿Tiene razón al decir que sólo la constante movilización social podrá hacer realidad su programa de Gobierno?
Nunca las organizaciones sindicales ni las fuerzas sociales tuvieron un poder político importante. Petro se apoya en ese factor, pero es el factor con menos protagonismo histórico en Colombia. De alguna manera eso le sirvió la semana pasada y demostró que tiene un respaldo importante e igualmente eso es un mensaje para exterior. La comparación que hizo con Pedro Castillo es verdad porque es lo que el presidente peruano no tuvo: la gente no salió a respaldarlo de manera inmediata en Perú y Petro quiere que eso no vaya a pasar en Colombia.
¿Qué escenarios pueden darse en esos tres años de mandato que quedan?
Hay unos nos tres escenarios posibles. El primero, un escenario catastrófico, que sea un Gobierno en crisis permanente y sin una gobernabilidad importante, abriéndole las puertas a un gobierno de derecha duro al estilo Bolsonaro.
En el segundo escenario Petro logra construir una gobernabilidad propia de la izquierda, haciendo cosas importantes de tipo social que le den legitimidad y respaldo en sectores importantes de la población, logrando buenos resultados con las facultades que le da la constitución y terminando como un Gobierno bien valorado.
El tercer y último escenario es que tenga un nuevo momento en el cual, amparado en la firma de un acuerdo de paz, vuelva a su idea original de acuerdo nacional, de reformas concertadas, de participación de todos los sectores que era lo que pretendía al principio. Así, podría abrirle las puertas a un Gobierno más de centro.
¿A cuál le daría más posibilidades?
Siendo optimista, yo le daría 30 puntos al primer escenario, 40 al segundo, y 30 al tercero. Hacer predicciones absolutas sobre el futuro es difícil para los analistas, que tendemos a equivocarnos mucho.