El exalcalde y ahora precandidato presidencial Enrique Peñalosa se la quiere jugar por la campaña de la esperanza en el país. Rechaza los clichés de izquierda y derecha e invita a que mucha más gente se sume a la consulta que planean con Álex Char y Federico Gutiérrez.
¿Cómo prefiere que le diga hoy: exalcalde Peñalosa o precandidato Peñalosa?
Precandidato Peñalosa.
Precandidato Peñalosa: ¿Cuál sería en este momento un mensaje de esperanza para este país que, según todas las encuestas, ya no cree en nada?
La información con base en redes, generalmente poco técnica y muy frecuentemente falsa, ha llevado a que los ciudadanos piensen que este país es un desastre, que todos los empresarios y políticos son corruptos, que no se ha progresado. Y ese es un gran error.
Pero en un país donde la noticia es que al Presidente lo han querido matar y que siguen conspirando para ello, es difícil no ser un poco pesimista…
En cualquier país puede haber asesinos y dementes. Ahora bien, en el nuestro hay empresas de crimen organizado, poderosas, que hay que destruir. Pero más allá de eso, Colombia está hoy en una posición como nunca antes para poder avanzar y convertirse en un país desarrollado, en un tiempo relativamente breve. En un país que tenga una vida más parecida a la de España hoy que a la de un país en desarrollo, en cosa de tres décadas. Para nosotros puede que sea mucho, pero para los jóvenes no. En un país que tenga oportunidades para ellos, con mayores ingresos y con más seguridad. Colombia hace muy poco no podía pensar en eso porque no tenía las carreteras, ni la infraestructura, ni tenía la educación ni tenía las tasas de fecundidad tan bajas. Por el contrario, en vez de ser pesimistas, deberíamos emprender un gran proyecto, como Corea u otros países, aprovechando esa creatividad y todo lo que se ha construido.
¿O sea, en lugar de pesimistas, optimistas?
Se la cambio. En vez de pesimistas deberíamos ser muy ambiciosos. Pero para que logremos el cometido de ser un país desarrollado, eso lo tienen que hacer sobre todo los empresarios privados, aunque un buen gobierno es fundamental. Me llama la atención que ni siquiera teniendo el ejemplo de Venezuela al lado hemos aprendido de sus errores. No es que allá se hubiera acabado el petróleo, sino que hay un mal gobierno. Para que el sector privado pueda funcionar bien se necesita un buen gobierno.
¿Qué, de todo lo que usted nos dejó en Bogotá durante su alcaldía, perdura como base de un nuevo país?
Yo soy un gerente público que produce resultados. Lo que este país necesita es un gerente que tenga capacidad de nombrar gente extraordinaria, mejor que él. Yo no soy muy experto en casi nada, un poco sí en el tema urbano.
Me sorprende su modestia. Porque si con algo se lo asocia es con urbanismo…
Más que eso, soy es un experto en escoger gente mejor que yo y lograr que trabajen en equipo. Soy un gerente público que produce resultados que le mejoran la vida a la gente. Eso es lo que yo puedo aportar. Y está demostrado.
Claudia López, la actual alcaldesa de Bogotá, fue uno de esos descubrimientos que usted hizo en alguno de sus equipos. ¿Hoy cree que ese descubrimiento funcionó?
Cuando Claudia era muy joven, yo la llevé como directora de Acción Comunal y le dimos una cantidad de recursos y llevamos a cabo muchos proyectos muy exitosos, porque hacia parte de todo un equipo. Ahora, yo no veo que haya proyectos que ella haya concebido y que esté impulsando. La veo más experta en pelear que en construir. Y a mí me entristece que hay proyectos muy lindos que nosotros dejamos, y muy necesarios, que permitían, por ejemplo, el o de los ciudadanos con la naturaleza.
¿Y que ella abandonó?
Sí. Y si hay algo que se ha sentido en la pandemia es la necesidad de tener o con la naturaleza. A ese respecto, dejamos un proyecto listo, con diseños, con recursos, etcétera: el parque de Tominé, con 50 kilómetros de ciclorrutas, alrededor del lago. La alcaldesa acabó ese proyecto. Para el proyecto de Ciudad Río, no solo dejamos la planta de tratamiento del río Bogotá con diseños, con recursos, con los convenios, listo para abrir licitación, con el río como columna vertebral de la ciudad, con parques, con senderos, con malecones, con cafés, con edificios. Otro proyecto que desbarataron.
Pero no podemos tampoco negar que a la alcaldesa se le atravesó la pandemia…
Perdón, proyectos como el parque Tominé, como Ciudad Río, como el parque de San Rafael, como el sendero de las Mariposas se podían haber hecho con pandemia o sin pandemia. Y habrían sido muy útiles para enfrentar el actual desempleo. Ahora bien, a mí lo que me interesa es que a Claudia López le vaya bien, para que así le vaya bien a Bogotá.
En este momento, con quien tenemos que compararlo es con Petro, pues es el rival de izquierda más fuerte...
Petro es mal gerente público. Él hace lo que le parezca que puede ser popular. Los ciudadanos deberán entonces decidir si lo que quieren es a alguien que hable bien, o que produzca resultados que les mejoren la vida a los ciudadanos. Ambos fuimos alcaldes de Bogotá, es muy fácil comparar resultados, ojalá lo hagan algunas universidades. Sin ir más lejos, por ejemplo, Petro no hizo absolutamente nada para arreglar el problema del Bronx, gigantesca zona de crimen en la ciudad. Nosotros lo acabamos, así como hicimos con el Cartucho. En el tema del transporte, él nos dejó unos buses de TransMilenio con más de un millón de kilómetros, contaminantes; nosotros renovamos toda la flota, y además compramos 500 buses eléctricos adicionales para el SITP.
¿Por qué odia tanto Petro a TransMilenio?
TransMilenio es un símbolo demasiado obvio de Enrique Peñalosa, ¿no?
Entonces, ¿cree que Petro es un buen candidato, pero sería un mal presidente y, viceversa, que usted puede no ser un buen candidato, pero sería un buen presidente?
Así es. Si Gustavo Petro es castro-chavista o no, a mí eso no me preocupa, porque ese no es el tema.
Entonces, ¿cuál es el tema de las próximas elecciones?
Simplemente el de gerencia pública. ¿Quién produce resultados? Por ejemplo, cuando nosotros llegamos a la alcaldía, para solicitar una cita con un especialista la gente tenía que hacer fila a las dos de la mañana bajo la lluvia. Nosotros acabamos con ese maltrato a los ciudadanos, a través de un call center que terminó con esas filas. Petro, además de hablar bien, hace toda clase de promesas que nunca cumple… Por ejemplo, que iba a hacer más de 1.000 jardines infantiles. Hizo como cinco en unos contenedores. Dijo que iba a llevar a los ciudadanos más pobres a vivir al centro, y nunca ha habido tantos ciudadanos de menos ingresos expulsados, hacia Soacha, como en ese gobierno. Entonces, aquí los ciudadanos tendrán que escoger entre el que hable mejor y no cumpla, y el que no hable tan bien pero sí cumpla.
¿Al fin, izquierda, centro o derecha?
En el contexto del debate político colombiano ese debate no tiene sentido. Por ejemplo, ha hecho carrera que ser de izquierda es apoyar el proceso de paz. En mi caso, yo siempre lo respaldé. ¿Eso significaría que soy de izquierda? O si la izquierda significa, en una connotación más internacional, que se le da prioridad a la construcción de igualdad o a la atención a los ciudadanos más necesitados, ¿soy de izquierda? Hice mucho más que Petro para mejorar las condiciones de los ciudadanos más necesitados, en cuanto a salud, barrios, parques y escuelas.
Y como Uribe le cargó a usted el megáfono en un momento dado de su campaña, ¿eso no lo hace de derecha? (Risas)
¿Eso qué significa? Nada. Que él me apoyó en una campaña. Ahora bien, yo no soy antiuribista tampoco. Juan Manuel Santos fue ministro del presidente Uribe...
Y eso no hace uribista a Juan Manuel Santos… (risas)
Entonces, lo que me interesa es hacer equipo con personas que produzcan resultados. Y que crean en que lo fundamental para que haya desarrollo y más empleo en Colombia es que haya más inversión privada. Más empresas medianas, pequeñas o grandes.
¿Y no pensar en que el futuro depende de más puestos públicos? ¿De un Estado más grande y benefactor?
Exactamente. No podemos seguir creando entidades y entidades, y más empleados públicos y burocracias. El Gobierno va a tener recursos para hacer inversión social solo en la medida en que se paguen impuestos. ¿Y quién paga impuestos? O las empresas, o las personas que trabajan en las empresas.
Hablemos de sus compañeros de equipo. A veces da la impresión de que cada uno va por su lado. Federico Gutiérrez está muy activo haciendo sus cosas un poco independientemente, mientras que Álex Char se está quedando muy callado…
Estoy convencido de que vamos a llegar con estos dos amigos, gerentes públicos, y posiblemente con otros también, a una consulta en marzo. Pero yo sueño en más que eso. En que salgamos a hacer campaña juntos, a recorrer Colombia. Eso no excluye que cada cual haga actividades por su lado.
Pero la consulta entre los tres sí está pactada…
Yo creo que sí. Y esperaría que otros también lleguen allá.
¿Como quiénes?
Como el exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry, por ejemplo, o Dilian Francisca Toro, o Alejandro Gaviria, excelente líder público. No sé si Germán Vargas irá a participar; sería un excelente posible presidente y estaría superbienvenido en este proyecto.
Y si hay uno que coja más fuercita, usted lo apoyaría…
A mí lo que me interesa es que Colombia salga adelante. El cuento no es que desde chiquito quería ser presidente. Lo que yo quiero es ser un empleado por Colombia, rodeado de buenos tecnócratas, de expertos en distintos campos.
Si de algo se han alejado las marchas públicas de los últimos días es del país de los tecnócratas…
Cierto. Pero también lo es que si uno va a arreglar el problema de mejorar la salud, tiene que estar rodeado de expertos en salud. Y si uno va a hacer carreteras, tiene que tener un experto en hacerlas. En el tema de mejorar la agricultura pues tiene que tener expertos en el tema agrícola. Y así sucesivamente. Lo que sería grave es nombrar personas simplemente por criterios políticos y no por sus conocimientos. Gobernar en gran medida es una tarea gerencial.
No lo puedo despedir, precandidato, sin preguntarle por su balance de este gobierno. ¿Cómo cree que será evaluado por la historia?
En el futuro se va a ver mejor al gobierno de como se le ve en este momento. Le tocó enfrentar la tormenta perfecta, ¿no? Tenemos un millón ochocientos mil venezolanos pobres inmigrantes. Tenemos el covid. Y como resultado de la pandemia, las tasas de desempleo más altas de la historia. Nuestros jóvenes llevan un año y medio sin clases presenciales, y a veces sin ningún tipo de clases. Tenemos a un gobierno venezolano abiertamente enemigo, apoyando a grupos armados que agreden al Estado colombiano. Tenemos las redes en su momento pico como la principal fuente de información de la gran mayoría de la población, a la que le mienten de manera sistemática, y tienen convencidos a los ciudadanos de que todo el mundo en el gobierno y en el sector privado es corrupto. Tenemos problemas de corrupción, pero, felizmente, nuestra democracia funciona mucho mejor de lo que los ciudadanos creen. Y hay miles de cosas que podemos hacer para que seamos una sociedad más feliz.
¿Como cuáles?
¿Por qué no volcarnos hacia la riqueza de la naturaleza que tiene Colombia? Acabo de llegar de Rusia, de Moscú y San Petersburgo, donde más de seis meses al año tienen temperaturas bajo cero y días de cuatro horas de luz. Y nosotros tenemos esa naturaleza maravillosa, pájaros, mariposas; podríamos atraer a cientos de miles de turistas ecológicos, a montar en bicicleta de montaña, a caminar, y eso produce plata ¿no? Pero claro, para ello necesitamos seguridad.
Y credibilidad en las instituciones. Eso es lo que el país perdió y tiene que recuperar. La persona que logre transmitir esa credibilidad va a ser el próximo presidente de Colombia...
Estoy convencido de que nosotros tenemos instituciones que tienen fallas, pero que son mucho mejores de lo que los ciudadanos creen. Mi misión es devolverle esa esperanza al país que muchos colombianos parecen haber perdido. Tenemos con qué, y podemos.
MARÍA ISABEL RUEDA
ESPECIAL PARA EL TIEMPO