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¿Cómo está la violencia contra las mujeres en la política colombiana?
Según estudio, la violencia contra la mujer desestimula la representación en la política colombiana.
La indignación ante la ola de feminicidios en Latinoamérica, donde se estima que más de 3.800 mujeres son asesinadas cada año por razones de género, llevó este domingo nuevamente a las calles a un fortalecido movimiento feminista que ha alcanzado, como nunca antes, marcar la agenda política y social de la región. Foto: EFE
Aunque la inclusión y la participación de las mujeres en los escenarios de poder y toma de decisiones políticas son condiciones indispensables para la democracia; actualmente su subrepresentación es una realidad en diferentes países latinoamericanos, entre estos Colombia.
Según un realizado y publicado por el Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria (NIMD), asegura que las barreras de tipo legal, institucional, cultural y económico no solo dificultan la participación y la representación de las mujeres en el terreno político, sino que constituyen riesgos para la consolidación de la igualdad de género.
“Uno de estos obstáculos es la violencia contra las mujeres en política, un fenómeno que se presenta de manera sistemática y que tiene como propósito impedir, desestimular o dificultar el ejercicio de la participación o la representación en política de las mujeres, sin importar su ideología”, afirma la organización.
El Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria elaboró el informe en el año 2016 en el que analizan las diferentes manifestaciones de violencia política que experimentaron 166 mujeres electas para el periodo 2012-2015.
“Si bien no todas las mujeres reconocen el fenómeno de la violencia contra las mujeres en política, realmente sí es un fenómeno que ocurre con alta frecuencia: el 63% de las encuestadas manifestó haber sido víctima de algún tipo de violencia en el ejercicio de sus derechos políticos”, sostiene la institución.
En Bogotá también se reunieron colectivos de feministas y caminaron por la carrera Séptima. Foto:Nélson Cárdenas / EL TIEMPO
La investigación también encontró que la manifestación de violencia más frecuente fue la violencia simbólica y económica. En menor medida, hubo violencia física y psicológica.
El 91,9 % de las mujeres participantes en el estudio expresaron continuar ejerciendo el cargo para el cual fueron elegidas; sin embargo, el 8,1 % lo dejó antes de finalizar el periodo legislativo.
“Entre las principales razones que motivaron su renuncia se encuentran los asuntos familiares o personales; no obstante, dos mujeres afirmaron que esto se debió a amenazas e intimidaciones”, asegura la organización.
Por último, destacan que que el 22% de las mujeres, durante el ejercicio de sus cargos políticos, han vivido experiencias negativas que las llevan a desistir de participar nuevamente en la contienda electoral.
“Esto es un llamado tanto a los partidos políticos como a la sociedad en general, para pensar formas diferentes de hacer política en las que las mujeres no sean agredidas, intimidadas o menospreciadas por su labor en el escenario público”, señala NIMD.
Mujeres en los escenarios de poder estatales
Las sillas moradas representan el número de mujeres en el Congreso. Foto:Milton Díaz - EL TIEMPO
Diversos llamados internacionales a lo largo de los años —como la Resolución 1325 de 2000 del Consejo de Seguridad de la ONU, la Décima Conferencia Regional de la Mujer en América Latina y el Cariba en 2007, o el Consenso de Brasilia en el 2010— han ratificado la necesidad y la urgencia de que los estados adopten medidas efectivas para garantizar la participación plena de las mujeres en el Estado.
Es así como se han adoptado acciones como las cuotas de género para alcanzar la igualdad y el reparto equitativo del poder entre hombres y mujeres, a través de estrategias, como, por ejemplo, leyes.
Sin embargo, como lo señala NIMD en su estudio: “No cumplir con el porcentaje mínimo de mujeres establecido por la ley, ubicarlas en los últimos lugares de las listas electorales, negarles la posibilidad de ser cabeza de lista o, una vez elegidas, solicitar su renuncia para remplazarlas por candidatos masculinos son algunas de las estrategias que han utilizado los partidos políticos para evadir la aplicación de las leyes de cuotas”.
Esquivar las obligaciones legales para fomentar la paridad de género, impacta directamente sobre el número de mujeres que alcanzan un escaño dentro de los parlamentos. De acuerdo con datos del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL el promedio regional actual (a octubre de 2019) de mujeres en el poder legislativo es de 31,6%. Colombia registra un 18,7%, muy por debajo del porcentaje medio latinoamericano.
Las mujeres están habitando la esfera pública desde diferentes posturas políticas: NIMD
Las mujeres en Colombia conforman el 51,2% del censo poblacional colombiano y, a lo largo de los años, se han creado un conjunto de leyes para fortalecer la participación política de las mujeres como el artículo 13 y 40 de la Constitución de 1991, la Ley Estatutaria 581 del 2000, la Ley Estatutaria 1475 de 2011.
“La cuota de género, aplicada por primera vez en las elecciones regionales de 2011 y por segunda vez en las elecciones legislativas de 2014, ha contribuido a aumentar el número de mujeres inscritas como candidatas a los diferentes cargos de elección popular”, asegura la organización.
Y agrega que, “según cifras recopiladas por Sisma Mujer (2019), menos candidatas se presentaron a las Gobernaciones del país (11,9%) y menos mujeres resultaron electas. Solo Elsa Noguera, en el departamento del Atlántico, y Clara Luz Roldán, en el Valle del Cauca, obtuvieron el cargo. Lo anterior representó una disminución del 60%, pues se pasó de cinco gobernadoras en 2015 a dos en 2019”.
Mercedes Tunubalá Velasco, alcaldesa misak elegida en Silvia. Foto:Archivo particular
“En cuanto a la participación de las mujeres en las Alcaldías, reportó una disminución del 3% en las mujeres electas, ya que se pasó de 134 alcaldesas en el 2015 a 130 en el 2019. Es un resultado poco alentador teniendo en cuenta que se inscribieron un mayor número de candidatas”, explica.
La organización sostiene que dichas elecciones transgredieron los estereotipos de género en el país debido al triunfo de Claudia López como la primera alcaldesa electa de Bogotá, una mujer abiertamente lesbiana; Mercedes Tunubala, indígena Misak, elegida como alcaldesa de Silvia, Cauca; y Aura Cristancho, indígena de la comunidad U’wa, elegida como alcaldesa de Cubará, Boyacá.
“Estos liderazgos, desde una perspectiva interseccional, envían un mensaje significativo para el país: que las mujeres están habitando la esfera pública desde diferentes posturas políticas, con gran reconocimiento en los territorios y con trayectorias profesionales sobresalientes”, afirma NIMD.