Uno de los delitos que peor comportamiento tienen durante la temporada de fin de año, usualmente, es el hurto de carros.
Tan solo en lo que va de este diciembre, se han registrado 181 casos en la capital del país; y aunque las cifras son positivas frente al año pasado, cuando el conteo fue de 277 casos en el mismo periodo de tiempo; lo cierto es que las autoridades han alertado sobre el incremento del uso de la modalidad de robo por halado y las extorsiones que algunos delincuentes realizan sobre las víctimas para cobrar millonarias sumas de dinero a cambio de recuperar los vehículos hurtados.
En el reporte entregado por las autoridades se pudo evidenciar que entre las seis localidades de Bogotá con mayor afectación por este delito hay 742 barrios donde se concentra esta modalidad delictiva. Esto quiere decir que el 61 por ciento del total de casos registrados en la capital ocurren en estas zonas.
La localidad con el mayor acumulado de casos de hurto de automotores en lo que va de 2022 es Kennedy. Allí se han reportado 696 de estos robos; luego siguen Engativá, con 372, y Puente Aranda, que hasta el momento acumula 266. Por otro lado están Suba, con 261; Ciudad Bolívar, que lleva 239, y finalmente Bosa, que llegó a los 220 reportes.
Modalidades
De acuerdo con los análisis de la Policía Metropolitana de Bogotá, el 80 por ciento de los hurtos de automotores se dan bajo la modalidad de halado; es decir, cuando las víctimas dejan sus carros mal estacionados o en lugares prohibidos y el delincuente aprovecha para hurtarlo.
Carlos González, víctima de esta modalidad de hurto, contó cómo cayó en manos de los delincuentes: “Yo llegué a la localidad de Engativá y dejé el carro estacionado en la calle mientras ingresaba a un lugar, cuando salí ya no encontré el carro. Llamé al 123 y me enviaron al cuadrante, y ellos lo reportaron por el radio. Al otro día mi carro apareció”.
Sin embargo, la historia de González no es la de la mayoría de los bogotanos.
“Que el porcentaje de hurtos por halado en la ciudad sea tan alto implica un reto para las autoridades, pero también, denota que hay un componente de descuido de los propietarios que dejan en la calle los carros sin ningún tipo de seguridad y, aparte, infringiendo las normas que señalan lugares específicos para dejar los carros”, expresó un investigador de Setra de la Policía de Tránsito y Transporte.
Ahora hay una modalidad que está alertando a las autoridades y es el uso de la extorsión luego del robo de los vehículos. “Se roban el carro y luego an a las víctimas para pedirles dinero a cambio. Lo que no saben estás personas es que les pueden robar el dinero y también el carro, o entregarles el vehículo por partes”, explicó el investigador.
De acuerdo con una investigación realizada por el Observatorio de Seguridad de la Universidad Central, basado en los datos del Siedco de la Policía Nacional, los casos de extorsión han aumentado cerca de ocho por ciento y las zonas más afectadas son Kennedy, Engativá, Suba y Rafael Uribe, algunas de las más golpeadas por el hurto de automotores también.
Las posibles causas
Según algunos expertos, el aumento del hurto de automotores, en esta fecha en particular, puede responder a dos variables claras: la escasez de vehículos nuevos, que ha impulsado la compra de carros de segunda mano, y la compra de repuestos y autopartes ilegales, un mercado alimentado por ciudadanos que buscan piezas a bajos costos sin importar la procedencia.
Otra de las razones a las que los analistas le adjudican el aumento de la criminalidad en el sector automotor podría ser el coletazo de la pandemia, que dejó una reconfiguración del crimen en Bogotá. Por ejemplo, los grupos delincuenciales cambiaron su modus operandi. Los mercados criminales, las dinámicas delincuenciales tuvieron una transformación antes y durante la pandemia y, en particular, desde que empezó la reactivación, como lo analizan desde la Secretaría de Seguridad distrital.
Sin embargo, hay algunos que ven con ojos más críticos la actual situación.
Según Néstor Rosania, director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, la incidencia de delitos de alto impacto en la ciudad, como el hurto de vehículos, es producto de una desarticulación entre las instituciones que no previnieron el efecto de inseguridad poscuarentena. Para el experto, “ni el Ministerio de Defensa ni la Secretaría Distrital de Seguridad construyeron a tiempo una estrategia de seguridad clara para ajustarse a las nuevas dinámicas delictivas que surgieron luego del encierro”.
JONATHAN TORO
REDACCIÓN BOGOTÁ
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