Ataques contra la Misión Médica, otra cara de la violencia en Colombia

Las alarmas de las entidades sanitarias y organizaciones de derechos humanos se encendieron en el país tras el aumento de la violencia contra la Misión Médica (MM). Este es el panorama.

(Lea también: Dos niños se han intoxicado por fósforo blanco en las fiestas de fin de año).

Según el Ministerio de Salud y Protección Social (Minsalud), desde 1996, cuando se empezó a llevar registro de estos casos, han ocurrido 2.972 ataques, siendo 2021 el año con más eventos contra este órgano sanitario, con un total de 553, seguido de 2020, con 325 casos. De acuerdo con las cifras oficiales, hasta noviembre de 2022 el número de episodios fue de 271.

Y es que los profesionales de la salud tienen un compromiso con la sociedad desde que comienzan a ejercer.

Las personas y los bienes que hacen parte de la MM están al servicio de todo aquel que necesite servicios de asistencia sanitaria, sin importar cuál es su rol dentro de la situación de vulnerabilidad en la que se encuentre.

(Le puede interesar: Deuda total de EPS se acerca a 50 billones de pesos, dice Supersalud).

“Nosotros estamos para servirle a la gente, y eso puede significar la diferencia entre estar vivo o muerto. Si todos nos permiten trabajar podemos salvar las vidas de las personas, las del bando A, B, o simplemente el civil que resultó víctima de la violencia entre ellos”, afirma Julio César Castellanos, director general del Hospital Universitario San Ignacio (HUSI).

“No necesitamos ningún privilegio, queremos poder llegar a atender a las personas para salvar vidas”, precisa.

Un ataque contra la MM “representa un daño muy grave al ejercicio sanitario en el país, y, desde luego, a la vulneración de derechos fundamentales como la vida, la salud y la integridad de pacientes, heridos o enfermos en zonas de alto riesgo natural y antrópico”, según comenta el jefe de la Oficina de Emergencias y Desastres del Minsalud, Benjamín Moreno.

De acuerdo con Moreno, este aumento de los eventos contra la Misión Médica (muertes, amenazas, ataques a la infraestructura y desapariciones) podría deberse a situaciones como la dinámica de violencia que propician los actores armados en las zonas del país donde tienen influencia y el aumento de la notificación de los ataques en territorios históricamente afectados por el conflicto.

Según el registro del Minsalud, departamentos como Antioquia, Huila, Norte de Santander, Cundinamarca y Valle del Cauca encabezaron la lista de afectaciones contra la Misión Médica en 2022.

Los ataques contra la MM constituyen una violación del Derecho Internacional Humanitario (DIH), así como de las disposiciones del Minsalud, que definió a la Misión como el “conjunto de bienes, instalaciones, instituciones, transporte, equipos y materiales necesarios para llevar a cabo actividades propias de la prestación de servicios de salud” en la resolución 4481, del 28 de diciembre de 2012.

“Las consecuencias humanitarias que generan las agresiones contra la Misión Médica trascienden fronteras, y las circunstancias en que se desarrollan las agresiones a veces son comunes a todos los países”, puntualizó Moreno.

(Siga leyendo: Estos serán los servicios de salud financiados con recursos de la UPC).

En ese sentido, Leonardo Hernández, jefe de la Unidad de Operaciones del Departamento de Emergencias de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), opina que hay tres estadios importantes en los que se debe trabajar para mitigar la violencia que se evidencia en la región: un buen diagnóstico, la identificación de las causas y la intervención rápida para disminuir factores de riesgo.

De otro lado, dice que para el personal sanitario es vital conocer cuáles son las relaciones con el entorno y sus carencias: “Analizar ese contexto es importante para saber cómo podemos mitigar esas circunstancias”.

Según Marylin Bonfante Zárate, directora de Desarrollo Social y Humanitario de la Cruz Roja Colombiana, es importante anotar que Colombia es uno de los países que tienen el sistema de protección de la Misión Médica más desarrollado.

De acuerdo con Bonfante, uno de los hitos de este proceso es la constitución de una mesa nacional de la que hacen parte entidades gubernamentales y de derechos humanos.

Según Moreno, el Minsalud recolecta de esta mesa la información necesaria para llevar el registro de afectaciones contra los cuerpos médicos, y el hecho de que sea compartida posibilita su monitoreo desde distintos frentes y entidades.

Aunque cada una de las instituciones que hacen parte de ella “ha asumido el reto de generar capacidades para desarrollar los planes trazados”, como señala Bonfante, esta es una mesa de observación, por lo que no pretende generar consecuencias judiciales, pues de ella hacen parte instituciones que guardan neutralidad e imparcialidad.

“A través de la información buscamos medidas para proteger la vida de fase aguda, y estrategias para reducir el riesgo de manera prospectiva”, explica Moreno.

Entre los retos que tienen estas entidades que procuran la protección de la MM también está el trabajo con las comunidades, pues no todos los ataques se desarrollan en el marco del conflicto armado. Según el Minsalud, hay muchas agresiones que son generadas en circunstancias asociadas a la inconformidad de civiles o por delincuencia común.

La Cruz Roja Colombiana adelanta una serie de conversaciones con los territorios, para hacer visible el emblema que caracteriza a estos cuerpos médicos y la importancia de garantizar la prestación libre y segura del servicio de salud.

“Es una labor que se hace constantemente, no solo con las comunidades sino también con los actores del conflicto y con el mismo personal de salud, y eso permite tener una labor preventiva”, explica Bonfante.

Esta dinámica de protección a través del diálogo también se lleva a cabo desde instituciones del Estado como la Defensoría del Pueblo y las personerías, con el fin de persuadir a los generadores de violencia para que no agredan a la Misión Médica.

(En contexto: Misión médica en Colombia: suben cifras de violencia contra personal sanitario).

De acuerdo con Moreno, un argumento clave en este sentido es el de “¿por qué agredir a quien nos cuida?”.

“En el medio de una atención en salud siempre hay tensiones. Yo invitaría a que pensemos que si agredimos a quienes nos están protegiendo es como una situación de autolesión, y en ese sentido no es lógico”, sostiene el funcionario.

En la misma línea, el jefe de la Unidad de Operaciones del Departamento de Emergencias de la OPS agrega: “Las misiones médicas salvan vidas. Si atacamos al que salva vidas, quizá mañana lo necesitemos. Debemos extender esa gestión humanitaria, en lugar de cortarle las alas”.