Cáncer de hígado: siete hábitos saludables para prevenir su aparición

El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia, tomografías, entre otras.

Consulte con su médico si presenta hinchazón y dolor adbominal en la parte superior derecha del estómago. Foto: iStock

PERIODISTA DE SALUD02.06.2023 17:02 Actualizado: 05.06.2023 20:30

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El cáncer de hígado, también conocido como carcinoma hepatocelular, es un tipo de cáncer que se origina en las células del hígado. Este órgano vital se encuentra en la parte superior derecha del abdomen y desempeña funciones importantes, como la producción de proteínas, la desintoxicación de sustancias nocivas y la producción de bilis para ayudar en la digestión.

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El cáncer de hígado suele estar asociado con factores de riesgo como la infección crónica por hepatitis B o C, el consumo excesivo de alcohol, la cirrosis hepática, la obesidad y la diabetes. Los síntomas de esta enfermedad pueden variar, pero pueden incluir dolor abdominal, pérdida de peso inexplicada, fatiga, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), hinchazón del abdomen y cambios en el color de las heces.

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El cáncer de hígado puede desarrollarse de dos maneras principales:

Cáncer de hígado primario: Esto significa que el cáncer se origina en el hígado mismo. El carcinoma hepatocelular es el tipo más común de cáncer de hígado primario.

Cáncer de hígado metastásico: Esto ocurre cuando las células cancerosas se propagan desde otros órganos hacia el hígado. En estos casos, el cáncer de hígado se considera una metástasis de otro cáncer primario, como el cáncer de colon, pulmón o mama.

El hígado graso no tiene muchos síntomas, pero puede sentirse cansado o tener molestias en el lado superior derecho del abdomen. Foto:iStock

El diagnóstico del cáncer de hígado se realiza mediante pruebas de imagen, como ecografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, y análisis de sangre para detectar marcadores tumorales. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida o trasplante de hígado, dependiendo del estadio y la extensión del cáncer.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) es posible reducir el riesgo de contraer cáncer tomando decisiones saludables como mantener un peso sano, evitar el tabaquismo, limitar la cantidad de alcohol que consume, entre otras. A continuación, se mencionan algunos de los hábitos que recomiendan los expertos:

Vacunarse contra la hepatitis B: La hepatitis B es una infección viral que puede dañar el hígado y aumentar el riesgo de cáncer de hígado. Vacunarse contra la hepatitis B es una medida importante de prevención.
Practicar relaciones sexuales seguras: La hepatitis B y la hepatitis C se pueden transmitir a través de relaciones sexuales no protegidas. El uso de condones y otras prácticas de sexo seguro puede ayudar a prevenir la transmisión de estas infecciones.
Evitar el consumo excesivo de alcohol: El consumo crónico y excesivo de alcohol puede dañar el hígado y aumentar el riesgo de cirrosis hepática y cáncer de hígado. Se recomienda limitar la ingesta de alcohol y seguir las pautas de consumo moderado.
Mantener un peso saludable: La obesidad y el sobrepeso se asocian con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de hígado. Mantener un peso saludable a través de una alimentación equilibrada y actividad física regular puede ayudar a reducir ese riesgo.
Controlar las infecciones crónicas del hígado: La infección crónica por hepatitis B o C aumenta el riesgo de cáncer de hígado. Es importante someterse a pruebas regulares de detección y seguir las indicaciones del médico en caso de infección crónica para controlarla y tratarla adecuadamente.
Evitar el o con sustancias tóxicas: El o con ciertas sustancias químicas tóxicas, como el arsénico y el aflatoxina (una toxina producida por un hongo), puede aumentar el riesgo de cáncer de hígado. Es importante tomar precauciones en entornos laborales o ambientales donde haya exposición a estas sustancias.
Mantener una dieta saludable: Una alimentación balanceada, rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras, puede contribuir a la salud general y ayudar a prevenir el cáncer de hígado.

Es importante resaltar que estos hábitos pueden reducir el riesgo de cáncer de hígado, pero no garantizan una protección total. Ante preocupaciones o un alto riesgo debido a antecedentes familiares o afecciones médicas, es recomendable consultar a un médico para recibir una evaluación y recomendaciones específicas.

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Cabe destacar que el cáncer de hígado puede ser grave y potencialmente mortal, especialmente en etapas avanzadas. Sin embargo, el pronóstico y las opciones de tratamiento pueden variar según la etapa de la enfermedad, la respuesta al tratamiento y la salud general del paciente.

Si tiene inquietudes sobre el cáncer de hígado, es recomendable que consulte a un médico para recibir un diagnóstico adecuado y obtener información sobre las opciones de tratamiento disponibles.